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Rubén Darío Palacios, biólogo caleño | Foto: Especial para El País

MEDIO AMBIENTE

"El bosque de San Antonio tiene un alto estado de fragilidad", advierte biólogo caleño

Para Rubén Darío Palacios, biólogo caleño, el bosque de San Antonio está en peligro y si no se hace algo rápido podría dañarse su ecosistema.

15 de noviembre de 2019 Por: Susana Serrano - reportera de el país

Rubén Darío Palacios en 2017 realizó una investigación donde demostró que Cali era el municipio con la mayor riqueza de aves del país.

En el 2018 publicó junto a sus amigos de barrio un artículo sobre regiones biogeográficas en los Andes tropicales en la PNAS, la segunda revista científica más citada en el mundo.

Junto ellos también creó la Fundación Ecotonos, con la que buscan proteger la diversidad ecológica del país, descubrir nuevas especies y dar a conocer sus investigaciones.

Dentro de poco Rubén publicará en la revista Conservation Biology, una de las más importante en temas de conservación de la biodiversidad a nivel internacional, una investigación sobre el estado actual del bosque de San Antonio, que hizo en compañía de su Fundación Ecotonos.

Esta sería su segunda publicación sobre el bosque de San Antonio en una revista científica de talla internacional, ¿cómo se siente por el reconocimiento que ha tenido su trabajo?

Para mí es muy gratificante que el conocimiento generado a través de mis investigaciones contribuya a la conservación y restauración de este tipo de espacios.

El bosque de San Antonio no sólo es patrimonio de los vallecaucanos, es reconocido como un Área Clave de Biodiversidad a nivel mundial.

Según esta nueva investigación, ¿cuál es el estado actual del bosque de San Antonio?

San Antonio se encuentra en un estado de alta fragilidad.
Con mis colegas hemos documentado los cambios que han ocurrido por más de cien años, cuando el bosque estaba prístino y no se había construido la carretera Cali-Buenaventura.

Encontramos que se ha perdido casi la mitad de la cobertura boscosa y aunque todavía hay áreas con buena extensión de bosque, mucho de lo que queda son pequeños relictos aislados.

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En cuanto a las aves, han desaparecido 31 especies. Una de ellas fue el ‘compás’, un ave muy atractiva con un canto único, que a mitad del siglo pasado se vendía como ave de jaula.

En ese entonces los ornitólogos advirtieron que iba a desaparecer, pero no se hizo mucho y ahora toca ir a lugares remotos para ver la especie.
También ha disminuido considerablemente la abundancia de las especies que quedan.

Da tristeza no poder visitar el bosque de hace cien años.

Pero no todo se ha perdido y hay muchas razones para ser optimista.
En las últimos 20 años el bosque se ha recuperado y en consecuencia algunas especies han vuelto, como es el caso de la guacharaca colombiana, que durante muchos años estuvo desaparecida.

Lo que se necesita ahora es proteger lo que queda y reforestar otras áreas, para incentivar el regreso de otras especies.

Todavía estamos a tiempo para que el bosque de San Antonio y sus aves se mantenga por cien años más.

En sus investigaciones puede determinar el estado de los bosques a través de las aves ¿Cómo es esto posible?

Las aves cumplen muchos roles y funciones dentro del bosque y por eso son excelentes indicadores de su estado de conservación.
Existen aves que son dispersoras de semillas y otras que polinizan las flores.

También hay diferencia en sus hábitats. Algunas habitan en las copas de los árboles, otras forrajean en el suelo en busca de insectos.

La desaparición de algunas especies de aves, es un indicio del estado del bosque. En este caso en San Antonio esto es signo de que el bosque no está en buen estado, y esto tiene consecuencias para otras especies y también para nosotros los humanos, porque pone en riesgo la provisión de servicios ecosistémicos como el agua.

¿Cuáles son las principales acciones que tienen en peligro el bosque? ¿Qué medidas debemos tomar y qué tan pronto?

La principal preocupación es la urbanización descontrolada y la venta de lotes en áreas protegidas.

Es urgente que la administración municipal tome serias medidas al respecto y actúe.

La prioridad sería evitar la deforestación y la contaminación en la cuenca alta del río Cali, y también la reforestación de muchas áreas en el curso de la parte media.

El río Aguacatal también se encuentra en la misma situación y lamentablemente ha recibido muy poca atención.

Como ciudadanos, lo principal sería conocer el bosque de San Antonio, más allá del agua panela con queso que se compra en el Kilometro 18, ya que no se protege lo que no se conoce.

Es importante saber que a media hora del casco urbano tenemos quetzales (tipo de ave) y tucanes.

‘Cali es Cali...’, pero hay que entender que gran parte de su riqueza son sus lomas y montañas.

Por suerte muchas organizaciones y personas ya están trabajando activamente en la conservación de los bosques y lo principal sería poyar estas iniciativas.

Sabemos que con base en esta investigación usted ha planteado un proyecto para preservar la biodiversidad y el recurso hídrico en el bosque de San Antonio por medio  de su Fundación Ecotonos. ¿Cómo van hasta el momento?

En Fundación Ecotonos estamos planteando la construcción de un corredor biológico de 7 km de largo, para reconectar el bosque de San Antonio con el Parque Nacional Natural Farallones de Cali.

Este proyecto surge de los resultados de mi investigación, donde encontramos que la desconexión entre estas dos áreas pone en riesgo la integridad ecológica de la región, especialmente los municipios de Cali, La Cumbre, Dagua, y Yumbo.

Ya tenemos apoyo internacional de instituciones como la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), y de expertos de renombre mundial como el conservacionista británico Stuart Pimm, ganador del Tyler Prize for Environmental Achievement en 2010, y el padre de la restauración ecológica, James Aronson.
Ahora estamos buscando apoyos nacionales y locales.

Hace poco hicimos el lanzamiento del proyecto en el Club de Tenis Cali con muy buena acogida y algunas empresas y personas han manifestado su intención de colaborar, pero necesitamos mucha más ayuda.

Igualmente estamos armando alianzas con otras organizaciones que también tengan proyectos de conectividad ecológica, con el fin de integrar nuestra propuesta a otros esfuerzos y así lograr restaurar gran área de bosques nublados de la región.

En 2017 usted lideró un estudio sobre las aves del municipio de Cali, ¿qué opina sobre el descubrimiento del Tororoi Bailador?  ¿Cree que haya más por descubrir?

En nuestra investigación encontramos que Cali cuenta con 561 especies de aves, un dígito superior al de cualquier otra ciudad de Colombia y que muchos países de Europa.

El hallazgo del Tororoi Bailador es una adición extraordinaria a la lista, porque es una especie nueva para la ciencia. También me parece todo un acierto que vaya a ser un icono de la feria de Cali, porque es una especie que baila.

Quiero enfatizar que el descubrimiento del Tororoi Bailador no fue un evento aislado ni un descubrimiento fortuito. Es el resultado de un trabajo conjunto de instituciones del Valle del Cauca que unieron esfuerzos para promover el estudio de la biodiversidad y facilitar la presencia de investigadores en la zona, iniciativa que felicito, al igual que el trabajo de todos los involucrados en el proceso.

Muchos pajareros de región ya habían visitado el sitio y se sabía de la posibilidad de encontrar nuevas especies en los Farallones de Cali. Pero para hacer este tipo de descubrimientos se requiere de mucha planeación, movilización de equipo científico y personal capacitado, además de monitoreo y presencia continua, por lo que no es algo fácil.

Creo que la limitante siempre ha sido la disponibilidad de recursos económicos, que son extremadamente escasos para este tipo de proyectos. La voluntad siempre es lo que sobra.

Si hubiera más apoyo, estoy seguro de que habría muchos más descubrimientos en Los Farallones de Cali, donde muchas zonas aún están inexploradas.

Además del Tororoi Bailador, ¿qué otros animales y plantas representativas de la zona podríamos perder si no cuidamos el bosque de San Antonio y los Farallones de Cali?

Pueden desaparecer especies como la comadreja colombiana, uno de los mamíferos más raros y enigmáticos del planeta, que fue fotografiado recientemente en los Farallones de Cali luego de más de 30 años sin registros.

También muchas otras aves pueden desaparecer, incluyendo la tangara multicolor, que se encuentra en peligro de extinción y es la insignia del bosque de San Antonio.

Hay otros animales que no son tan carismáticos, pero también están amenazados y son igual de fascinantes. Un ejemplo es la rana duende de ruizi, que habita entre la hojarasca del bosque, es muy distinta a otras ranas y hace poco fue redescubierta en los alrededores de Dapa. Lo bueno es que se están realizando acciones para promover su conservación.

En cuanto a plantas, los Farallones de Cali y el bosque de San Antonio son hogar de una increíble variedad de orquídeas que se ven amenazadas por la extracción ilegal. También están en peligro los árboles de madera fina como laureles y cedros, y otros muy especiales como el roble negro, especie endémica de los Andes de Colombia.

También hay que tener en cuenta que los ríos y quebradas están en riesgo, lo que puede llevar a una peligrosa crisis del recurso hídrico.
La mejor manera de evitar alguna tragedia es preservar los bosques de montaña, que son fábricas naturales de agua.

Que otras investigaciones o proyectos tiene planeados a futuro.
Tenemos un proyecto de establecer una estación biológica en el área para realizar mas investigaciones, entrenar estudiantes en temas ambientales y proveer información que contribuya a mantener el bosque en buen estado de conservación.

Adicionalmente, Fundación Ecotonos hace parte de la Mesa Técnica de San Antonio, un conjunto de ocho organizaciones con experiencia técnica y ambiental en el área.

Recientemente, en la Mesa Técnica hemos consolidado un banco de proyectos con cinco líneas estratégicas, que van desde el uso y manejo sostenible de los servicios ecosistémicos a la co-gestión de los recursos naturales, pasando por proyectos que involucran negocios verdes y empoderamiento de la comunidad local.

La invitación es a que las personas y organizaciones interesadas se comuniquen con nosotros para apoyar los proyectos que sean más de su interés.

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