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El presidente Iván Duque, desde Fresno, Tolima, en donde se realiza el Taller Construyendo País, le dijo al gobierno de Cuba que debe entregar a los jefes del ELN sin importar que haya de por medio un protocolo. | Foto: Colprensa

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Duque cambia de 'tono', ¿qué hay detrás del endurecimiento de su discurso?

El atentado del ELN a la escuela de Policía y la lucha por sacar del poder a Nicolás Maduro, en Venezuela, han forjado el carácter del presidente, dicen analistas.

3 de febrero de 2019 Por: Redacción de El País y Colprensa

"Estas condiciones no nacen por capricho, sino por la premisa de que la paz se debe construir sin premiar ni legitimar a los criminales, y no puede ser producto del chantaje y la ilegalidad".
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No solo es la calidad de sus palabras, también es la fuerza con la que las pronuncia, incluso sus gestos. El atentado del ELN contra la Escuela de Cadetes de Policía General Santander en Bogotá y la crisis política y social en Venezuela parece que le templaron el carácter al presidente Iván Duque.

Lo que muchos sectores le criticaron en los primeros cinco meses de Gobierno empezó a surgir en las dos últimas semanas: templanza.

“Es la primera vez que le escuchó a Duque un discurso con la contundencia de ser Presidente”, dijo la periodista colomboespañola Salud Hernández-Mora.

Otros analistas compararon al Jefe de Estado con las posturas más fuertes de su mentor político, Álvaro Uribe, cuando se refería a este tipo de hechos durante su gobierno. (2002-2010).

Lo cierto es que a Duque, hasta antes del atentado que cobró la vida de 21 policías, múltiples sectores le cuestionaban el no tomar posiciones contundentes. Algo que se transformó, aún más, en los últimos días, al cambiar ese estilo pausado y calmado por una actitud firme e inamovible en un tema en el que hoy es uno de los principales referentes: el rechazo al régimen de Nicolás Maduro.

No obstante, el de Venezuela ha sido una bandera de Duque, incluso, desde que era senador. Hace más de un año puso una demanda contra Maduro ante el Corte Penal Internacional por violación de los Derechos Humanos.

Luego, ya como jefe de Estado, logró consolidar un bloque de países que dieran aportes para la crisis migratoria. A eso se suma el pronunciamiento que hizo desde el Grupo de Lima de no reconocer el gobierno de Maduro y que hoy va en el apoyo incondicional a la presidencia interina de Juan Guaidó.

Y aunque no ha pasado más de un mes de ese nuevo estilo, para muchos ya se ha traducido en el repunto de su imagen favorable.

En efecto, las decisiones tomadas como reacción al atentado terrorista del ELN y la búsqueda de la salida de Maduro del poder en Venezuela ya muestran réditos: La encuesta en YanHaas dada a conocer el pasado jueves indicó que el 35 % de los consultados aprobó la gestión del Primer Mandatario, frente al 25 % de la medición que se hizo el 15 de diciembre pasado.

En cuanto a la relación con el estilo de su mentor Álvaro Uribe, el senador liberal Luis Fernando Velasco cree que el gobierno del presidente Duque “busca parecerse a ese estilo, porque siente que eso le permite reencontrarse con algunos sectores que fueron definitivos en su elección”.

Héctor Olimpo Morales, exviceministro del Interior, sostiene, por su parte, que ve al jefe del Estado esmerado en hacer un gobierno que se parezca al de Uribe, “a su temperamento, a su visión de país y seguramente tiene algunos puntos en común que confluyen con lo que Uribe piensa y opina, pero seguramente le veremos que tiene cosas que son de su propia cosecha”.

Pero sectores del uribismo creen que el error inicial de Duque fue haberse tratado de desmarcar de su mentor.

El analista John Mario González sostiene, precisamente, que el discurso más fuerte de Duque responde ante todo a la coyuntura que hay en el momento, pero aún es distante a que se pueda comparar con lo hecho por Uribe: “A Duque le faltan bríos para parecerse a Uribe, lo que sucede es que las circunstancias se dieron y el tono obligaba a Duque a producir un énfasis que da la impresión de parecerse en algo a su mentor, pero creo que la diferencia sustancial entre los dos es de visión de Estado, de país”.

Distante a lo anteriormente expresado se muestra el senador bolivarense del Centro Democrático Fernando Araujo, quien asegura que los discursos de Álvaro Uribe e Iván Duque están inspirados en lo mismo: libertad y orden.

“El presidente Duque tiene muchas coincidencias con el expresidente Uribe, una de ellas, tal vez la más importante, es que ambos son respetuosos de los principios que dicta el Escudo Nacional: libertad y orden. Uribe nos habló de la seguridad y Duque nos habla de la legalidad, realmente ambos se complementan; la seguridad y la legalidad van juntas de la mano”, dice el congresista.

Así mismo, asegura que no cree que el actual Jefe de Estado esté tratando de modificar el tono del discurso. “Desde que era senador siempre nos mostró esta postura”, asegura Araujo, uno de los senadores más cercanos a Duque y quien remata su postura diciendo: “lo que está haciendo Duque es ser coherente”.

La voz de la oposición, expresada por la segunda vicepresidente del Senado, Angélica Lozano, de la Alianza Verde, es contundente en que no se están pareciendo.

“No tiene ni un fragmento de la fuerza en la ciudadanía que tenía Uribe ni el miedo. No tiene los factores de poder que tenía Uribe, como por ejemplo, para que el Congreso de la República le marche y conectarse con la gente en la calle”, explica Lozano.

También expresa la senadora que lo que sí está intentando el mandatario actual “es reencauchar la seguridad democrática en cuerpo ajeno y 15 años después la ciudadanía ya no está en el clima de ese momento”.

Pero más allá de ver si son iguales las formas de gobierno, algunos sectores advierten que muchas de las llamadas nuevas posturas de Iván Duque tendrán consecuencias en los objetivos de su gobierno.
El senador Velasco sostiene que “Duque se está posicionando claramente en el discurso que lo llevó a la Presidencia y la mayoría de los colombianos consideran que es lo que más le conviene al país, pero tengo diferencias”.

Para el analista González, otro de los efectos de esa faceta actual de Duque es que habría problemas en lo económico. “Si el gobierno sigue insistiendo mucho en la vía militar, la cosa se le puede complicar con otros objetivos de gobierno como atraer la inversión extranjera, dar la sensación de que el país está logrando su facilitación y por esa vía traer medidas importantes y un turismo que el país necesita”.

González insiste en que el Gobierno se ha parado en una línea fuerte del discurso contra el terrorismo, “pero aún se podría decir que no tan duro y poco inteligente en el manejo de los temas de los protocolos con Cuba en el proceso de paz con el ELN”.

Finalmente, sobre si el tema del discurso fuerte contra el terrorismo se podrá mantener, la senadora Lozano sostiene que eso depende en especial de si el ELN continúa con acciones violentas que alejen una posibilidad de paz: “Así será si el ELN le sigue haciendo esos ‘favores’ de quitarle espacio en la agenda pública a lo que más le importa a la ciudadanía y devolvernos”.

Tenga en cuenta

Durante sus primeros meses de Gobierno, el presidente Iván Duque fue cuestionado por su partido de Gobierno. Incluso, desde varios sectores se llegó a decir que estaban inconformes con sus decisiones.

Sin embargo, José Obdulio Gaviria, senador del Centro Democrático, desmitió dichos rumores y aseguró que el presidente tenía toda la libertad de tomar decisiones según su criterio, alejarse de la mermelada y crear su propio estilo.

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