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Rafa Taibo dice que en ‘Ellos están aquí’ utilizan los recursos del cine de misterio y de terror clásico. | Foto: Fotos: Canal RCN, especiales para el país

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Así buscarán los misterios del 'más allá' que habitan en los rincones del Valle

El español Rafa Taibo habló de la tercera temporada del programa de miedo ‘Ellos están aquí’, que tendrá varios escenarios caleños.

18 de febrero de 2019 Por: Isabel Peláez / Reportera de El País

Que el 50 % de los sitios históricos
en los que intentarán descubrir misterios del más allá están en el Valle del Cauca y sus alrededores, dice en su marcado acento español Rafa Taibo,
el mismo que suele amenazar a presencias oscuras o retarlas, y
gritar eufórico “¡No te creo!”, cuando algo pone a prueba su coraza de escéptico.

“Como esa hacienda de Palmira donde, dicen, se aparece una niña; y en ese teatro en Cali donde suceden acontecimientos extraños, o en Coltabaco donde uno de los vigilantes nocturnos registró, a través de una cámara, una presencia sobrenatural”, cuenta Taibo, director del programa ‘Ellos están aquí’.

“Los lugares históricos almacenan en sus muros ecos de los acontecimientos de los que fueron testigo”, dice Taibo, quien asegura que en esta tercera temporada harán énfasis en dichos sitios emblemáticos del país.

Esta vez serán 15 episodios que se emitirán los domingos, a las 9:00 p.m., por el Canal RCN, de manera consecutiva, por cuatro meses.

“Me defino como un actor pésimo, un director aceptable, un cocinero más
que pasable y un amante perfecto”.

- Rafa taibo, actor, presentador, narrador, músico.

Rafa acepta que durante estos cuatro años de programa él mismo ha cambiado mucho. “El Rafa de la primera temporada era más joven, se enfrentaba con mucha ilusión a penetrar lo desconocido, todo le resultaba divertido, era apasionante explorar lugares misteriosos en la noche, y ser testigo en primera línea de fenómenos inexplicables. Ese Rafa se ha ido enriqueciendo, sin perder la ilusión ni la emoción, aunque ha aprendido a respetar los procesos, a ser más precavido en la preparación y en el desarrollo de las investigaciones, He descubierto que esto tiene un lado peligroso, no solo por los lugares inhóspitos que exploramos sino por los acontecimientos inexplicables que vivimos que pueden llegar a poner en riesgo nuestra integridad física y psicológica”.

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Así, “más maduro y asentado”, llega este español enamorado de Colombia a esta nueva temporada, decido a “encontrar una prueba incuestionable de que existe un mundo paralelo al nuestro o que todo es fruto del poder ignoto de nuestra mente que es capaz de generar todo esto que registramos en nuestros episodios”.

Que ha sido un camino de aprendizaje en todos los sentidos, que iniciaron con las uñas, y que ahora han descubierto nuevos mecanismos y recursos técnicos de investigación, se verá reflejado en esta oportunidad. Pero además, Rafa y su equipo confiesan que han aprendido mucho en el aspecto espiritual, “ahora tenemos la certeza de que la ceremonia de apertura de portales es clave, que cuando estas se dan y cuanto más reducidos son los grupos que desarrollan las investigaciones, más acontecimientos suceden”, cuenta Taibo.

Precisamente el pasado domingo, que inició la tercera temporada, la audiencia de ‘Ellos están aquí’ fue testigo del nuevo sistema vigía que permite a una sola persona penetrar en un lugar a investigar, cubriendo lo que suceda a 360 grados, con unas cámaras adaptadas a su cuerpo.

También pudieron apreciar en el programa nuevas maneras de captar las psicofonías. Este método de investigación ancestral que se remonta a principios del siglo XX, —consistente en dejar una grabadora en un lugar durante toda la noche y luego escuchar lo que grabó el aparato—, ha sido desplazado por el sistema multicámaras.

“Tenemos el récord de la psicofonía más larga nunca antes grabada en la historia de la investigación paranormal, en el Museo Naval de Cartagena. Aprendimos que tener cámaras infrarrojas ayuda a detectar sucesos que se escapan al ojo humano. Comprobamos que una cámara térmica permite registrar fluctuaciones en la temperatura de los lugares en que grabamos y lo que antes se veía como una sombra ahora adquiere otra dimensión al poder ver su rango térmico reflejado en la cámara que registra estas cosas”, prosigue Taibo.

La perrita Tara... normal

La nueva integrante del equipo, llamada Tara, fue una sugerencia del público, según el director, se trata de su mascota, su perrita Pincher. “Muchos seguidores nos insistían que incorporáramos un perro o un gato, para corroborar que los animales ven cosas que a los humanos se nos escapan. Tara me ha alertado de fenómenos poco habituales, se me ocurrió llevarla a un par de investigaciones y el resultado no pudo ser mejor. Yo sé que se enamorarán de ella, ya con el primer capítulo la están llamando la perrita Tara... normal”.

Además de esta investigadora canina, para el programa invitarán a famosos que aceptaron vivir la experiencia, a expertos en disciplinas relacionadas con lo paranormal y a seguidores que han hecho fila para participar, pero siempre recibiendo asesoria y una preparación previas.

No hay que olvidar, como dice Taibo, “que hay un riesgo no solo físico, porque los lugares que investigamos a veces están en ruinas y son peligrosos, también existe un riesgo psicológico. Queremos complementar la visión de los expertos habituales del programa con especialistas de otras disciplinas, desde el Palo Monte, una religión de origen afrocubano, hasta videntes que complementan el trabajo de Ayda Valencia (la medium)”.

Y si bien Rafa se ha hecho odiar y amar a la vez por su frase “¡No te creo!” o por su manera poco ortodoxa de retar a los fantasmas, dice que no le molesta la incredulidad del público, “no solo admitimos la crítica sino que la fomentamos. A través de la duda podemos hacernos preguntas y encontrar respuestas”, dice hoy en día quien fue en un comienzo el más escéptico de todos.

Ahora cree en los fenómenos inexplicables. “Lo que pasa es que en 45 minutos el espectador ve un resumen muy sintético, cada noche representa más de diez horas de investigación”. Lo que niega tajantemente es que el programa sea guionizado. “Hemos intentado organizar un esquema, pero siempre ocurre algo que nos altera los planes. Cuando estás en una cripta y te toca la cara una mano invisible, es inevitable que no solo des un brinco sino que digas una palabra disonante. Todo es fruto de las reacciones más espontáneas frente al contacto con lo desconocido. Hay quienes me critican porque reto a las entidades y cuando aparecen salgo corriendo. Suelo decirles a mis críticos que no se preocupen, que voy mejorando porque cada vez corro más rápido. Todo depende de la situación anímica en que estés. Nunca sabes qué te va a pasar ni cuándo te va a pasar”.

Antes y después del Bronx

No sabían lo que iba a pasar en su primer arribo al Bronx, experiencia que lo dejó incapacitado a él y a Isabel Goyeneche, angeóloga e investigadora de la Academia de Parapsicología Urantia, y Alexander Torres, investigador de fenómenos paranormales, con quemaduras en la cara y el riesgo de perder la visión. Aunque se plantearon suspender el programa, no solo continuaron con este sino que regresaron al sitio, acompañados de un catedrático en química de la Universidad Nacional, médicos, bomberos, policías, y replicaron la ceremonia que terminó en desastre. “

Nadie pudo dar una explicación racional, la única proviene de lo paranormal. “Nos empezaron a llamar Guerreros de Luz en las redes. Porque cuando finalizamos cualquier episodio, hacemos una ceremonia de liberación de almas, de otorgar luz a las energías que hay en el lugar.

Según los expertos, las energías de la oscuridad se alimentan, en ocasiones, de almas que tienen secuestradas y les hacen vivir un ciclo constante de dolor, probablemente reviviendo un acontecimiento traumático en el que hallaron la muerte. Cuando celebramos una ceremonia de cierre de portales y liberación de almas les estamos arrebatando a esas fuerzas de la oscuridad, esas almas, esas entidades, esas energías de las que se alimentan. Por eso estas nos ven como enemigos con los que plantar batalla”.

Sin embargo, Rafa dice que le teme más a los vivos que a los muertos. “El mayor misterio que vivimos es la existencia en sí misma, nos preocupamos más por el día a día, por pagar la factura del teléfono, porque nos roban el celular, y ese corre corre diario nos impide ver el conjunto de lo mágico y misterioso que nos rodea y el milagro que representa el estar aquí”.

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