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Las pendientes pronunciadas exigen una mayor destreza al volante, sobre todo, en ciudad o carreteras desconocidas. Por fortuna los vehículos modernos cuentan con asistentes a la conducción, que resultan de gran ayuda. | Foto: Foto: Archivo El País

Arrancar en subida: guía para la pesadilla de los conductores novatos

Afrontar una pendiente en un cambio inadecuado es un error común al conducir. La velocidad, el uso de los frenos y el peso de la carga son otros factores a considerar. Guía para salir airoso en estos casos.

30 de abril de 2022 Por: Redacción El País

Uno de los mayores retos para quienes se estrenan como conductores es saber guiar el vehículo por una pendiente, bien sea en subida o en bajada.

“Cuando uno es novato, teme que al arrancar rápido en un ascenso el carro se le apague y que si le deja coger ventaja, se le vaya para atrás y estrelle a otro, aunque si está bien de freno de emergencia no hay lío”, afirma el conductor caleño Yeison Barrero.

Justamente, para enfrentar con confianza un terreno de montaña lo primero a tener en cuenta, en opinión de Roger Timarán Zorrilla, instructor de Automóvil Club de Colombia, es cerciorarse de que el automotor está en óptimas condiciones mecánicas, además de conocer sus capacidades, ayudas a la conducción, tipo de tracción y tecnologías disponibles.

Cómo afrontar la subida

Los cambios que se deben usar para subir son los de fuerza (primera, segunda y tercera); este último, según la inclinación de la vía y la fuerza del vehículo. Así, en el Km 18 se puede ir en tercera, mientras en ciudad hay que recurrir a primera o segunda. Tampoco se puede olvidar que a un carro de poca cilindrada y potencia le cuesta más trabajo circular en pendiente que a uno que tenga mucho torque (fuerza), tal como lo explica el ingeniero automotriz Juan Carlos Vargas.

Sugiere el experto que “hay que operar rápidamente los pedales y la palanca de cambios para evitar que el vehículo se descuelgue. Pero no demasiado, porque se puede apagar. Además, se debe observar el entorno para advertir peligros, como otro carro o personas atrás”.

Asimismo, es norma presionar el embrague y el freno al tiempo, poner primera y, teniendo este último pedal hundido, liberar el ‘clutch’ hasta que el vehículo inicie su marcha. Luego se comienza a acelerar para que no se devuelva.

Otro consejo de oro en pendientes, según Timarán, es revolucionar un poco más el motor para que llegue al punto de mayor fuerza y ejecutar los cambios. Así, por ejemplo, mientras que en terreno plano no se requiere toda la fuerza para impulsar el vehículo (2.000 a 2.500 r.p.m.), en vías empinadas sí se necesita, por ello hay que acelerar hasta 3.500 r.p.m., aunque eso depende de cada motor. De hecho, las marcas de carros dan una guía de uso del motor y los cambios, con respecto al velocímetro.

Dado que los cambios de marcha en subida son diferentes, se deben realizar de la siguiente manera: en primera, acelerar hasta los 20 km/h; en segunda, hasta 40; en tercera, hasta 60 y, así sucesivamente, para que el motor desarrolle todo su poder.

En bajada

Al realizar un descenso, lo mejor es conducir en los cambios bajos, que son los de fuerza, o sea, primera, segunda y hasta tercera marcha, porque ayudan a amarrar el vehículo, evitando que coja velocidad. De hecho, se puede perder el control del automotor, por lo cual hay que estar alerta para no excederse.

Por supuesto, la caja de velocidades por sí sola no sirve, por lo que siempre hay que aplicar los frenos, pero no con tanta frecuencia, recomienda el ingeniero Vargas, al advertir que no hay que pasarse de la raya con la velocidad, porque se termina abusando de los frenos, los cuales debido a la fricción se recalientan y pierden efectividad.
Un aspecto más para recordar es que el cambio para descender siempre será el mismo que se puso en subida.

Al estacionar


Para que el carro quede bien frenado y engranado en una pendiente, se debe poner el freno auxiliar, conocido como de mano o de emergencia. Y luego hacer el cambio a primera. Una vez se realizan ambas acciones, hay que apagar el motor y soltar los pedales para lo cual se libera el embrague y después el freno.

Si la idea es estacionar al lado de un andén, por seguridad se gira la dirección hacia un costado, dejando las llantas contra el mismo.

El peso cuenta

La carga que se lleve a bordo incide en el comportamiento del carro, pues hará que le cueste más trabajo desplazarse y le tome más distancia frenar. Además, al ascender el motor deberá hacer más fuerza aún para sobreponerse al peso. En cambio, si se está descendiendo, los afectados serán los frenos, porque habrá que usarlos con más frecuencia para retener la carga.

Por ello, tal como lo explica el Vargas, escritor de libros sobre vehículos, se deben revisar los datos que trae el auto en la plaqueta de la carrocería, en relación con la capacidad de carga máxima y el peso bruto vehicular, PBV, que es la suma del peso del automotor, el combustible, los ocupantes y la carga.

Así, en el caso de un PBV de 2.000 kilos y una capacidad de carga de 500 kilos debe tenerse en cuenta que en esa cantidad está incluido el peso de cinco ocupantes de unos 70 kilos cada uno, lo que significa que solamente con los pasajeros ya se han ocupado 350 kilos y solo le quedarán disponibles 150 kilos de capacidad.

Tecnologías

Además de los vehículos con caja automática, en los que basta poner la palanca de cambios en D (Drive) para que el computador del carro opere en función de la velocidad, la conducción en subida o en bajada, el tipo de motor y otras variables que autorregulan los cambios, existen otras ayudas.

Una de ellas es el control de asistencia de arranque en pendiente, que mantiene el vehículo quieto en subida, gracias a sensores que analizan la inclinación de la vía. “En pendiente, el sistema aplica automáticamente el freno por 3 segundos, mientras el conductor arranca y lo libera en forma gradual al presionar el acelerador para continuar la marcha sin inconvenientes”, explica Óscar Ortega, jefe de Capacitación de Kia.

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