Alarma por ingreso de explosivos y armas al Valle; este es el plan para evitarlo

Luego de que el pasado lunes estallara una moto bomba que dejó a tres personas lesionadas, en el municipio de Caloto, al norte del Cauca, se prendieron las alarmas por el transporte indiscriminado de explosivos y armamento en los departamentos del Cauca y en el Valle del Cauca.

Tan solo el pasado 4 de febrero en el Valle del Cauca fue hallado un cilindro de 40 libras con explosivos que fue destruido por el Ejército Nacional. Este artefacto estaba ubicado cerca de una escuela rural en Dagua, municipio que se ha convertido en blanco de atentados contra la Fuerza Pública, pues hace unas semanas, en el corregimiento de El Queremal, fue atacada una estación de Policía, al parecer, por hombres pertenecientes a las disidencias de las Farc.

Otro de los hechos más recientes se presentó el pasado 27 de enero en el barrio Alfonso López, al nororiente de Cali, donde fueron encontrados 200 kilogramos de explosivos tipo anfo y pentolita, almacenados en una caneca de cartón prensado, de la cual salían dos cables unidos por un dispositivo eléctrico. De acuerdo con las autoridades, el material encontrado había ingresado al casco urbano de Cali oculto en una canoa que transitó por el río Cauca.

Frente a esta problemática, el brigadier general William Fernando Prieto, comandante de la Tercera Brigada del Ejército Nacional, afirmó que “se está llevando a cabo en el departamento del Valle del Cauca el Plan Tormenta, una estrategia enfocada en el plan de campaña, que tiene como objetivo la ubicación de sectores específicos donde se han presentado amenazas de actos terroristas. Para esto se han desplegado unidades de la Tercera Brigada con sus batallones orgánicos en todo el departamento, proyectando que se vienen las elecciones”.

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Ante la grave situación de orden público, el Ejército ha aumentado los operativos para seguir con la ofensiva contra los grupos armados.

Además, aseguró que se tiene un dispositivo de seguridad en las vías del departamento para garantizar la tranquilidad de los vallecaucanos en diferentes zonas que se van alternando por seguridad de las tropas y de los ciudadanos del sector.

Asimismo, el coronel Nelson Dabey Parrado, comandante del departamento de Policía del Valle, puntualizó que además de los puestos de control, se ha dispuesto un grupo antiexplosivos, el cual está realizando actividades de prevención en donde se han presentado casos de afectación terrorista, como en la Vía Panamericana en el sector de Tuluá donde se registró la quema del cabezote de un tren cañero, el pasado 23 de enero.

“También es importante señalar que hemos logrado incautar armas de fuego de largo alcance como fusiles en Tuluá, logrando así judicializar a los integrantes de las estructuras dedicadas al terrorismo en esta zona del país donde tenemos presencia de las disidencias Adán Izquierdo, la Jaime Martínez y la Dagoberto Ramos que delinquen en la frontera con el Cauca”, aseveró Parrado.

El investigador y asesor en seguridad y defensa Álvaro José Pretel, precisó que es fundamental el trabajo conjunto entre Ejército y Policía. El Ejército, para vigilar las rutas de llegada de explosivos desde la zona rural, los laboratorios de producción y fortalecer las redes de investigación para interceptar las rutas transnacionales de llegada de explosivos y, la Policía, para aumentar los puestos de control en la zona urbana y, por medio de una investigación criminal más fuerte, identificar puntos de producción urbanos.

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De acuerdo al informe de la Corporación Mil Víctimas, en el año 2021 ingenieros militares lograron desactivar 5323 artefactos explosivos improvisados.

El experto agregó que además de estas labores también son importantes los patrullajes fluviales en la Región Pacífica, principalmente en territorios como Tumaco, Guapi y Buenaventura. “Aquí juega un rol muy importante la Armada Nacional, tanto para brindar seguridad a los habitantes de la rivera de los ríos, como para interceptar estructuras criminales. Asimismo es conveniente el uso de la tecnología y equipos con el que cuentan las autoridades como los sensores, radares, botes y puestos de control”.

De acuerdo con Pretel, las zonas que necesitan más atención son el bajo Cauca, norte de Santander, Montes de María, Guaviare, Caquetá y Arauca, que actualmente se encuentran expuestos por el reacomodamiento y fortalecimiento de los grupos armados y la generación de fracciones de las antiguas Farc en bandas criminales. “Especialmente en el Valle y Cauca, los Gaor están retomando corredores de narcotráfico, zonas de producción y lugares donde ejercen control ilegal del territorio en el cual se dedican a extorsionar, secuestrar y robar”.