¿Cuál es la mejor forma de guardar el café?

El café, esa bebida oscura y fragante que acompaña las mañanas e impulsa a lo largo del día, es una fuente inagotable de placer para muchos. Desde los granos recién tostados hasta la taza humeante, cada detalle cuenta para preservar su frescura y sabor inigualable.

El primer dilema surge al decidir entre comprar granos de café o café molido. Para los puristas del café, la elección evidente es optar por los granos enteros. Esto se debe a que el café en grano conserva mejor sus aceites esenciales y compuestos aromáticos, que son los responsables del sabor y aroma distintivo de cada variedad.

Cuando se trata de almacenar granos de café, la regla de oro es mantenerlos en un lugar fresco y oscuro. La luz y el calor son enemigos naturales del café, ya que aceleran el proceso de oxidación y degradan los aceites que le confieren su característico sabor. Así que, un recipiente hermético y opaco en una despensa fresca es el hogar ideal para esos preciados granos.

Además, muchos entusiastas del café juran por la regla del ‘uso inmediato’ al comprar granos. Al moler solo la cantidad necesaria antes de cada preparación, se garantiza que cada taza sea una explosión fresca de sabor. Esto puede parecer un ritual más laborioso, pero para aquellos que buscan la perfección en cada sorbo, el esfuerzo adicional vale la pena.

Café molido: El tiempo es esencial para conservar la calidad

Para aquellos que buscan comodidad y rapidez, el café molido ofrece una solución práctica. Sin embargo, el desafío aquí radica en mantener la frescura una vez que el paquete se ha abierto. El enemigo principal es el oxígeno, ya que promueve la oxidación y degrada rápidamente los sabores.

La clave para conservar el café molido radica en minimizar la exposición al oxígeno. Transferir el café a un recipiente hermético apenas abierto el paquete es esencial. Los recipientes con válvulas de liberación de gas son una opción popular, ya que permiten que los gases liberados durante el proceso de tostado salgan sin permitir la entrada de oxígeno.

Además, es crucial almacenar el café molido en un lugar fresco y oscuro, siguiendo los mismos principios que con los granos enteros. Evitar almacenarlo cerca de fuentes de calor, como la estufa o el horno, es esencial para preservar la calidad del café molido.

Congelar o no congelar

Un tema controvertido en la comunidad cafetera es si congelar el café es una estrategia válida para prolongar su vida útil. Algunos argumentan que el frío extremo puede ayudar a preservar la frescura, mientras que otros creen que puede afectar negativamente los aceites esenciales y alterar el sabor.

La verdad está en el equilibrio y la técnica. Si decide congelar su café, asegúrese de hacerlo correctamente. Divida el café en porciones pequeñas y úselas por separado, evitando la descongelación y recongelación repetida. Además, utilice bolsas herméticas para minimizar la exposición al aire.

Sin embargo, muchos expertos sugieren que, en lugar de congelar el café, es mejor comprar cantidades más pequeñas y consumirlas rápidamente. La frescura del café es una experiencia efímera, y cada taza debe ser apreciada en su mejor momento.

*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.