San Andrés; habitantes alertan sobre múltiples asaltos y falta de control de autoridades en zonas residenciales

Aunque San Andrés es uno de los destinos turísticos más reconocidos y visitados de Colombia, la percepción de tranquilidad que por años caracterizó a la isla se ha visto golpeada por hechos de inseguridad que hoy preocupan a sus habitantes. Uno de los más recientes ocurrió el pasado 15 de diciembre, cuando un grupo de delincuentes armados perpetró un asalto a plena luz del día en un establecimiento comercial ubicado en el barrio residencial Rock Hole.

Este día, tres hombres llegaron en una motocicleta, portando una escopeta y un revólver, armas que, según relataron los testigos, los ladrones no ocultaron en ningún momento. Con ellas intimidaron a las cajeras de una reconocida ferretería del sector y se llevaron el dinero del lugar ante la mirada atónita de algunas personas que se encontraban en los alrededores.

El caso generó desconcierto entre los habitantes de la isla, quienes aseguran que este tipo de episodios se han vuelto cada vez más frecuentes fuera de la zona turística.

Al respecto, Juan Antonio González, gerente comercial del establecimiento afectado, expresó en declaraciones entregadas a SEMANA que la situación de inseguridad contrasta con la imagen histórica de San Andrés como un territorio tranquilo, “Se está volviendo una situación permanente; San Andrés era un sitio muy tranquilo”, afirmó.

Una semana después del atraco, el comerciante aseguró que no ha recibido información oficial sobre capturas o judicializaciones, pese a que el caso quedó registrado en cámaras de seguridad. Según explicó, tras el asalto, unidades de la Policía acudieron al lugar, revisaron el material audiovisual y recopilaron pruebas, las cuales posteriormente circularon en medios locales y redes sociales.

“La Policía vio los videos, al rato llegó más Policía, gente de civil, revisaron las cámaras, tomaron fotos, vieron los videos. Ese material llegó a los medios locales, los publicaron, la gente empezó a decir dónde viven los ladrones, a qué se dedican, pero oficialmente no hay una identificación”, relató González.

Cabe señalar que, el hecho ocurrido en Rock Hole no fue el único. Pues, un día después, se denunció otro robo a una vivienda en el barrio La Rocosa, donde las víctimas habrían sido retenidas y amordazadas, un patrón que, según habitantes consultados, se repite con mayor frecuencia en zonas residenciales.

Algunos residentes, consultados de manera informal, también manifestaron su preocupación por la posible presencia de estructuras criminales organizadas, mencionando no solo al Clan del Golfo, sino también presuntos vínculos con integrantes del cartel mexicano Jalisco Nueva Generación, aunque las autoridades no han confirmado oficialmente estas versiones.

Para González, el problema tiene una clara división geográfica. “San Andrés se divide en dos grandes áreas: la zona turística y la zona residencial. La mayoría de los problemas ocurren en los barrios populares, afuera de la zona turística; a los que vivimos en San Andrés nos está afectando bastante”, sostuvo.

Desde la isla, comerciantes y residentes coinciden en que la violencia en Colombia no solo se manifiesta en hechos armados o disputas criminales, sino también en la violación constante de la tranquilidad ciudadana, reflejada en robos, atracos y la sensación de abandono institucional. La inseguridad, advierten, golpea directamente la vida cotidiana de quienes intentan trabajar y vivir en paz.

Mientras se esperan respuestas oficiales por parte de la Policía de la isla, comerciantes y residentes insisten en la necesidad de mayor presencia institucional, ante el temor de que delincuentes armados continúen operando con total descaro, afectando no solo la seguridad, sino la tranquilidad de quienes habitan en uno de los destinos más emblemáticos del país.