Papá Noel llegó a dos hospitales de Popayán, Cauca, para alegrarles la Navidad a los niños: así fue la iniciativa

Cuando el amor y la solidaridad nacen del corazón, se convierten en acciones capaces de transformar realidades, incluso en los escenarios más difíciles.

Esto quedó demostrado con la llegada de Papá Noel a dos centros asistenciales de Popayán, donde varios niños y niñas que reciben atención médica durante estas fechas especiales del año. Los menores vivieron un momento de alegría, esperanza y magia esta Navidad.

La actividad se desarrolló en los hospitales Universitario San José y Susana López de Valencia de la Ciudad Blanca. Papá Noel recorrió los pabellones pediátricos y entregó regalos, sonrisas y mensajes de aliento a los pequeños pacientes, quienes enfrentan tratamientos prolongados y complejos.

La iniciativa fue liderada por el periodista y líder social Félix Solarte, quien desde hace más de veinte años impulsa este tipo de jornadas solidarias en la capital caucana.

“No se necesita mucho para provocar una sonrisa en un niño. A veces basta un gesto, una palabra, un abrazo o un pequeño regalo para que ellos se sientan felices y acompañados. Estas actividades nacen del corazón y se mantienen gracias a la solidaridad de muchas personas que creen que la Navidad también debe llegar a los hospitales”, expresó Solarte.

El proceso para hacer realidad esta jornada no fue improvisado. Durante varios meses, el comunicador social se dio a la tarea de gestionar apoyos, tocar puertas y convocar voluntades con el fin de recolectar los obsequios que finalmente fueron entregados a los menores. Gracias a ese esfuerzo colectivo, fue posible llevar juguetes, detalles y mensajes de esperanza a niños provenientes no solo de Popayán, sino también de distintos municipios y zonas apartadas del Cauca, donde estos pequeños no conocen un que es recibir un regalo.

“Cada año asumimos este compromiso con mucha responsabilidad y amor. Sabemos que para muchos de estos niños la Navidad se vive entre tratamientos, medicamentos y largas esperas, por eso buscamos que, al menos por un momento, se sientan niños otra vez, que jueguen, que rían y que crean que todo puede mejorar, es el objetivo principal de la actividad”, señaló el líder social.

Acompañado por personal médico y de enfermería, Papá Noel ingresó a cada habitación y cubículo, saludando uno a uno a los pequeños pacientes. Carritos, muñecas, pelotas, sonajeros y otros obsequios fueron entregados con cuidado y cercanía, en un ambiente cargado de mucha emoción, donde también participaron padres y cuidadores, visiblemente conmovidos por este gesto de solidaridad y amor.

“Esto no se trata solo de entregar un regalo, sino de enviar un mensaje claro: ellos no están solos y no lo van a estar. Detrás de cada niño hay una familia que lucha, que sufre y que espera. Nuestra presencia busca decirles que hay una comunidad que los acompaña, que ora por ellos y que cree profundamente en su recuperación, porque Dios está con ellos, para sacarlos adelante”, afirmó Félix Solarte.

El periodista destacó también el papel del personal de salud, a quienes calificó como aliados fundamentales para que estas actividades puedan realizarse sin afectar los procesos clínicos.

“Los médicos, enfermeras y auxiliares hacen un trabajo admirable. Ellos también son héroes silenciosos, porque permiten que estos espacios de humanidad y ternura se integren al tratamiento médico, de ahí que esta actividad también fue el momento de agradecerles por esta importante labor”, agregó.

Solarte, ampliamente reconocido en Popayán por su trabajo social y comunitario, aseguró que esta iniciativa trasciende lo simbólico y busca dejar un mensaje de fondo para la sociedad caucana.

“Vivimos en una región golpeada por muchas dificultades: la violencia, la pobreza, la falta de oportunidades. Pero no podemos permitir que eso nos robe la sensibilidad ni la capacidad de hacer el bien. La solidaridad también es una forma de resistencia para salir avanzando”, explicó este comunicador social.

Finalmente, Félix Solarte resaltó que, por unos momentos, asumió el papel de asistente de Papá Noel para cumplir una misión muy especial: demostrar que la Navidad sigue viva cuando se comparte con amor. “Papá Noel existe cada vez que alguien decide dar sin esperar nada a cambio. Existe cuando una persona se pone en el lugar del otro y entiende que un pequeño acto puede significar muchísimo para quien atraviesa un momento difícil”, concluyó el responsable de esta jornada social.

La jornada terminó entre sonrisas, fotografías, abrazos y palabras de agradecimiento, dejando una huella de esperanza en los pasillos hospitalarios y reafirmando que, incluso en los contextos más complejos del país, la solidaridad es una poderosa herramienta para sanar corazones.