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El Niño Dios llegó a los corazones de los abuelos y abuelas del Hogar San Vicente de Paúl de Popayán
Así fue el último día de la novena de aguinaldos en esta entidad geriátrica.
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24 de dic de 2025, 11:44 p. m.
Actualizado el 24 de dic de 2025, 11:44 p. m.
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La alegría de la Navidad llegó a los corazones de los adultos mayores del hogar San Vicente de Paúl, en la ciudad de Popayán, gracias al trabajo conjunto del área administrativa y del personal de salud que los acompaña las 24 horas del día.
Su labor diaria está enfocada en brindar bienestar y tranquilidad a estos verdaderos guerreros de la vida, que hoy disfrutan de una etapa dedicada al descanso y al cuidado amoroso.

“Somos una familia, por eso nuestra atención va mucho más allá del cuidado médico. Buscamos que los abuelos y las abuelas continúen viviendo como cualquier persona: que estudien, se diviertan, participen y aporten. Ser adulto mayor no es un final, es una etapa más de la vida, es seguir viviendo plenamente”, expresó la psicóloga Sandra Ibarra, la directora de esta entidad geriátrica, considerada una de las más importantes de la capital caucana.
Por esta razón, los cerca de 90 abuelos y abuelas culminaron la novena de aguinaldos en la tarde de este 24 de diciembre en un ambiente cargado de alegría, música y unión. La celebración estuvo acompañada por su propia chirimía, el fervor religioso y el compromiso del personal administrativo, enfermeras y demás cuidadores que, día a día, trabajan para que los adultos mayores vivan con dignidad y felicidad.
La alegría y el espíritu de la Navidad llenaron cada rincón del hogar San Vicente de Paúl, en la ciudad de Popayán, donde los adultos mayores vivieron una jornada cargada de fe, música y fraternidad, gracias al trabajo articulado del área administrativa y del personal de salud que los acompaña de manera permanente. Esta celebración se convirtió en un espacio para exaltar la vida y reconocer el esfuerzo de quienes, tras años de trabajo y sacrificio, hoy disfrutan de una etapa dedicada al cuidado, la tranquilidad y el afecto.
Con motivo de la llegada de la Navidad este miércoles, los abuelos y abuelas adelantaron las oraciones y reflexiones por el nacimiento del Niño Dios, en un ambiente marcado por la espiritualidad y la unión. Posteriormente, entonaron los tradicionales gozos y villancicos, acompañados por la alegre chirimía de la institución, que puso el toque festivo a una tarde cargada de sonrisas, aplausos y mucha emoción.

Luego de los actos religiosos y musicales, los cerca de 90 adultos mayores compartieron una comida especial preparada para la ocasión. Más tarde, la magia de los regalos permitió entregar detalles simbólicos a quienes durante toda su vida batallaron para sacar adelante a sus familias, hijos, esposas y comunidades, dejando una huella de trabajo y compromiso en la sociedad caucana.
La directora del hogar, Sandra Ortiz, destacó que el enfoque de la institución va mucho más allá de la atención asistencial. “Somos una familia y un equipo profesional y humano que trabaja para que ellos estén felices, activos y participen en este tipo de actividades, que hacen parte de los programas de atención integral que adelantamos con nuestros abuelos y abuelas. No se trata solo de cuidarlos, sino de brindarles espacios donde puedan expresarse, aprender y sentirse útiles”, señaló.
En ese sentido, explicó que los adultos mayores participan de manera constante en jornadas lúdicas, clases de canto, música y sistemas, además de recibir acompañamiento psicológico, como parte de una estrategia orientada a fortalecer su bienestar emocional, cognitivo y social. Estas actividades buscan demostrar que la vejez no es un final, sino una etapa más de la vida que puede vivirse con dignidad, alegría y plenitud.
La celebración navideña se convirtió así en una muestra del compromiso del hogar San Vicente de Paúl con el respeto, el amor y la atención integral hacia los adultos mayores, quienes encontraron en esta jornada un espacio para compartir, recordar y renovar la esperanza, rodeados del afecto de quienes trabajan diariamente para garantizarles una vida tranquila y feliz.


Soy comunicador social de la Universidad Santiago de Cali y periodista radicado en Popayán desde hace más de 15 años, pero con nacionalidad caleña. Además, soy reportero judicial en una de las regiones más hermosas del mundo, el Cauca.
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