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Lo que viene tras la tormenta política por el remezón en el Gobierno Santos

El problema que surgió en los partidos que apoyan al presidente Juan Manuel Santos se dio, sostienen analistas, porque hubo representación, pero no más burocracia. ¿Ya pasó la tempestad?

1 de mayo de 2016 Por: Katherine Vega - Colprensa

El problema que surgió en los partidos que apoyan al presidente Juan Manuel Santos se dio, sostienen analistas, porque hubo representación, pero no más burocracia. ¿Ya pasó la tempestad?

Bien dice el adagio popular: luego de la tormenta llega la calma. Y es precisamente lo que esperan que vuelva a la Unidad Nacional, tras la formulación de la terna para elegir al Fiscal General de la Nación  y el remezón ministerial que realizó el presidente Juan Manuel Santos esta semana.

Pataletas, mal genio, hasta amenazas fueron consecuencia de las decisiones del Mandatario. Incluso salieron a flote comentarios sobre la necesidad de terminar con la coalición de partidos políticos que ha apoyado a Santos  en los temas trascendentales para su gobierno.

Sin embargo, analistas consideran que esta tormenta política ya acabó y suponen que llegará  la calma, al menos hasta  el momento de definir cómo serán las próximas elecciones presidenciales.

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Que la Unidad continúa, lo afirma el profesor de la Universidad Externado de Colombia Carlos Arias, aunque señala que es determinante lo que pase con los temas de paz.  “La tormenta por el cambio de gabinete ya pasó. Creo que se va a reunificar la estructura de la Unidad Nacional en torno al Presidente,  solo si el proceso de negociación con las Farc se concreta, así como el tema del ELN”.

Por esa misma línea va la posición del analista político Jorge Iván Cuervo, quien señala que “todavía no están dadas las condiciones para pensar en un rompimiento; hay fricciones normales, rifirrafes después de un ajuste de gabinete, pero sería bastante prematuro hablar de rupturas”.

Pero para Arias, como lo dijo el senador liberal Horacio Serpa, la Unidad Nacional en cierta manera sí hizo agua, aunque, a su juicio,  ello no implicó riesgo de que vaya a acabar en el mediano plazo.

“La Unidad Nacional creo que sí se mantiene, pero se hizo agua si se compara con lo que era hace cuatro años, no solo por lo que acaba de ser el remezón ministerial, sino por lo que se advierte en menos de ocho meses: el proceso de las nuevas elecciones presidenciales”, explica.

¿De rojo a vinotinto?

Qué pasa si  se rompe o no la Unidad Nacional, no es una inquietud  nueva. Han sido varias las ocasiones en las que se ha especulado sobre el rompimiento de la coalición, pero para fortuna del presidente Santos, su matrimonio político  ha logrado sortear los impasses y sentir las mieles de la reconciliación. 

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Al menos así lo demuestra el avance de las iniciativas legislativas alrededor de la paz, que –dice Cuervo— es el ‘pegamento’ de las colectividades.

Pero esta vez la pelea tuvo color rojo y casi vinotinto, al ser el mismo copresidente del liberalismo quien dijera  que “la Unidad Nacional es un imaginario político que hay que acabar”. Las palabras de Horacio Serpa efectivamente causaron revuelo y durante esta semana, en la que se produjo la reacción, el Presidente recibió al senador  en la Casa de Nariño.

Para el profesor Arias, los liberales se molestaron mucho por el cambio de ministerios. Pero cree que, analizando el panorama con calma, se dieron cuenta de que siguen con una participación considerable: “Sí tienen representación en el Gobierno y una bastante fuerte, más no burocrática en la medida que ellos querían. Eso significa que muy seguramente la Unidad Nacional se va a reconfigurar alrededor de lo que empiece a ser el oxígeno, en términos burocráticos, que pueda ofrecer el Gobierno”.

Para él, es clave, si se quiere que el ‘amor’ con los liberales permanezca, que “continúen personas como Simón Gaviria, quien es el director del Departamento Nacional de Planeación, que es la banca personal del Gobierno Nacional. Desde allí se mueven todos los presupuestos hacia las regiones y hacia la Federación Nacional de Municipios, por ejemplo”.

Pero también, que el Mandatario haya decidido que a la Alta Consejería para las Comunicaciones llegue Camilo Granada, un liberal. Según Arias, “trabajó con César Gaviria en el 91 y estrechamente con Ricardo Santamaría, que es muy cercano a ese expresidente”.

Cuervo señala que el disgusto de Serpa se dio más bien por la presencia de Néstor Humberto Martínez en la terna para Fiscal, lo que fue interpretado por muchos como un guiño al vicepresidente Vargas Lleras. De hecho el senador advirtió: “Si siguen presentándose privilegios para determinados sectores políticos, si sigue patrocinándose desde la Casa de Nariño una candidatura presidencial, nosotros tenemos que tomar decisiones”.

Parece, entonces, que las advertencias de los liberales no serán más que “pataletas”, según Cuervo, quien de hecho cree que  “sí patalearán, pero para que alrededor de los sectores haya una distribución burocrática mejor. Obviamente, cuando los ministros se posesionen tendrán ese juego político para calmar los ánimos”.

Las presidenciales, el fin

“Cambio Radical está en la Unidad por Germán Vargas Lleras. Con la cercanía a las presidenciales y la salida del vicepresidente del Gobierno, ahí sí puede ser que se fracture la Unidad Nacional”, afirma el profesor Arias.

Todos saben que habrá una candidatura presidencial del vicepresidente Germán Vargas Lleras, por ello, el mismo senador Horacio Serpa le ha dicho que ‘al agua patos’, para que la acepte de una vez. Mientras tanto los liberales han sido reiterativos en que tendrán su candidato único, mientras los de La U no se han pronunciado al respecto.

Por ello se cree que la UN podría romperse en dicha coyuntura. La pregunta por ahora es ¿hacia dónde apostará el Primer Mandatario?

Para Arias, no es claro que el presidente Santos le esté haciendo el guiño a Germán Vargas Lleras; por el contrario, piensa que el cambio de ministros y de la estructura administrativa de la Presidencia de la República se hizo con la intención de quitarle poder al Vicepresidente.

Pero, para Cuervo, tampoco hay señales de que el Jefe de Estado no esté trabajando para que el candidato de la Unidad Nacional sea Vargas Lleras. Una actitud evidente de ese tipo por parte de Santos inmediatamente llevaría a la salida de los liberales de la coalición.

Por ahora lo único que queda es esperar a que, como lo señalan los analistas, se haga esa segunda distribución de entidades adscritas por parte de los nuevos jefes de carteras, para que bajen los ánimos y llegue la calma; y a que mientras siga la zozobra por la candidatura del Vicepresidente, los liberales sigan buscando ese diálogo directo que quieren con el presidente Santos y compromisos concretos de parte del mandatario que apoyaron para la reelección.

El otro revolcón

Además del malestar  que se generó en la Unidad Nacional por la salida de unos ministros y la llegada de otros, dos de los partidos de la oposición también tuvieron fracturas internas.La Alianza Verde  publicó una carta firmada por 16 de sus congresistas en la que dejó claro que el nombramiento de Jorge Londoño no podía ser calificado como cuota del partido. La senadora Claudia López fue una de las más críticas con la posición. Incluso cuestionó que Clara López se haya prestado para investirse de ministra.En el Polo Democrático  pidieron la cabeza de Clara López su presidenta, quien renunció un día después de que el presidente Santos la nombrara ministra de Trabajo. El senador Jorge Robledo, del sector del Moir, pidió que renuncie además a la colectividad.

Y la U, ¿qué?

En el Partido de la U  no hubo inconformidad, pues les dieron el Ministerio de  Transporte. Y además conservaron los cuatro que tenían. La  Dirección de la colectividad  reiteró su respaldo al presidente Santos. 

Sin embargo el senador  de  la U Roy  Barreras cree que  la que la Unidad Nacional -partidos La U, Liberal y Cambio Radical-  ha  generado concentración de poder por parte del  Vicepresidente de la República, “por eso   no puede girar en torno a una candidatura autoimpuesta sino en torno a la paz. Es hora de una nueva unidad por la paz, más amplia, multicolor e incluyente que deje claro quienes estamos comprometidos verdaderamente con la paz”.

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