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"La impunidad es la partera de nuevas violencias": expresidente Álvaro Uribe

El expresidente Álvaro Uribe dice que quiere la paz, como todos los colombianos, da excusas por su “permanencia en política” y afirma que no es de extrema derecha.

14 de julio de 2013 Por: Diego Martínez Lloreda

El expresidente Álvaro Uribe dice que quiere la paz, como todos los colombianos, da excusas por su “permanencia en política” y afirma que no es de extrema derecha.

En lo más profundo de su corazón, Álvaro Uribe quiere la paz, no es enemigo de ella. De lo que es enemigo es de la impunidad porque está convencido de que una paz con impunidad conduce, necesariamente, a nuevas guerras.Uribe también advierte que una paz con impunidad “es la humillación de la víctima; y la víctima humillada no es propensa al perdón”. En su más reciente visita a Cali, el expresidente abrió un hueco en su apretada agenda para dialogar con El País. Y habló del proceso de paz, de su proyecto político, de la traición y de Cali. Y le respondió a sus críticos por qué no se considera un político de extrema derecha.En el encuentro del Centro Democrático, el lunes pasado, usted dijo que si alguien de ese movimiento llegaba a la Presidencia, usted le recomendaría no cancelar los diálogos de paz sino suspenderlos condicionalmente. ¿Eso implica un cambio suyo de actitud frente al tema de la paz?En uno habla el político y habla el corazón ¿Y el corazón qué quiere? Lo que quieren todos los colombianos, la paz. Nosotros no estamos en contra del diálogo, sino de la impunidad. Cuando yo fui Presidente dije: ‘Estamos dispuestos al diálogo, pero a partir de que haya un cese de las actividades criminales’, entonces nuestra objeción no es la paz, es la impunidad ¿Cómo así que están dialogando y asesinan a 11 soldados colombianos? Nuestra objeción es a que mientras en el país el terrorismo ha arruinado el sector agropecuario, van a negociar con ellos el futuro de ese sector. Lo que dije ese día, a través del corazón, es queremos la paz, pero no con impunidad. La impunidad genera dos problemas: el primero, el mal ejemplo y el segundo es una barrera del perdón. ¿Cuál ejemplo? Hoy las bacrim son tan grandes como las Farc, o más, le dan impunidad a las Farc y las bacrim van a aspirar a la misma impunidad. Y tiene otro problema, que lo ha registrado la historia de la humanidad. La impunidad es el reconocimiento del campeonato al criminal, es la exaltación del criminal y es la humillación de la víctima; y la víctima humillada no es propensa al perdón. ¿Cuando habla de impunidad, se refiere a la posibilidad de que los jefes guerrilleros no paguen cárcel y terminen en el Congreso?Esa es una de las preocupaciones. Si me dicen que hay un joven que estuvo en las Farc y que no está incurso en delitos de lesa humanidad y que el precio de la paz es que ese joven no vaya a la cárcel y que pueda intervenir en política, yo no me opongo. Otra cosa es el Secretariado de las Farc, responsable del secuestro y asesinato de los diputados vallecaucanos, responsables del carro bomba contra el edificio de la justicia en Cali, los responsables del asesinato de los soldados y policías en el Cauca. Si usted me dice que les van a dar impunidad y elegibilidad política, eso le hace mucho daño a la democracia. Si me dice: mire, que no paguen sentencias de 40 años, sino de ocho en aras de la paz, es aceptable. Yo tendría que aceptarlo porque eso fue lo que decidió nuestra ley de justicia, paz y reparación, que permitió la desmovilización de 35.000 paramilitares y de 18.000 guerrilleros .Sobre el proceso de paz, ¿qué sensación le dejó el acuerdo agrario que se logró?Es muy grave porque mientras el sector agropecuario está en la ruina y el Gobierno no lo ha atendido, está negociando el futuro del sector agropecuario con el terrorismo, que ha secuestrado y ha destruido ese sector. Hay quienes dicen que eso es como negociar el futuro de los bancos con los asaltantes de bancos. A mí me invitaron a que revisara el acuerdo, les dije: ‘Yo no puedo porque no estoy de acuerdo en que se negocie un sector de la economía con el terrorismo’, entonces no me quedaría bien ir a opinar sobre eso. Lo que se ha conocido públicamente, me parece muy grave porque pone en igualdad de riesgo al propietario de la tierra vía narcotráfico, vía corrupción y al propietario honesto, y en un país que necesita aumentar en un 50 % la producción de alimentos, una democracia como la colombiana tiene que proteger al empresario honesto pequeño del campo, al mediano y al grande y aquí el Gobierno pone en igualdad al honesto y al bandido.Hay preocupación por los tiempos del proceso de paz. El Gobierno está empeñado en finalizar este acuerdo antes de acabarse este año; apenas se ha acordado el primer punto, faltan cinco, las Farc no tienen afán. Hay mucha preocupación por la presión que le pueden hacer al Gobierno, conociendo a las Farc, por lo que pueden lograr con esa presión...Yo miraría en el análisis del tiempo no solamente las fechas inmediatas sino las mediatas. Yo miraría el año 2018 cuando Colombia deberá elegir a un Presidente. Si yo fuera Maduro, o los hermanos Castro les diría a las Farc: bajen las expectativas, firmen con el gobierno Santos, ustedes no encuentran a una persona como él que les dé ese nivel de impunidad y de elegibilidad. Seguramente, al negociar, ustedes reeligen a Santos porque eso crea entusiasmo en el país, pero en el siguiente periodo el Gobierno se desacredita porque Colombia va desmejorando lo social, lo económico. Y gánense la Presidencia en el 2018 y pónganle al país un gobierno Castro-Chavista.Toda esa perspectiva, puede llevar a Colombia a una serie de dudas y vacilaciones que llevan a ser un país de desempeños mediocres. Colombia ha tenido gobiernos ilustres pero desempeños mediocres. Uno de los esfuerzos que hicimos fue crear una mentalidad de desempeño sobresaliente en seguridad, en inversión y política social. Cuando hay forcejeos en estos escenarios de incertidumbre, forzan al país a regresar a los desempeños mediocres que es lo que ya empezamos a ver: seguridad a media máquina, ya la economía perdiendo pujanza, políticas sociales estancadas.Pero sobre la posibilidad de que las Farc o algún movimiento de izquierda llegue al Gobierno en el 2018, ¿esas no son las reglas del juego? ¿para eso no se hace un proceso de paz? No con los terroristas. La Constituyente del 91, invitó a las Farc a que participaran y no quisieron. El Ministro de Gobierno, al promulgar esa Constitución, dijo: ‘Ya Colombia ha cerrado la posibilidad de que se haga política con armas’. Estamos en el 2013 y las Farc le han sumado 22 años de terrorismo, por que al terrorismo le gusta hacer políticas con armas, que fue un gran error de la Unión Patriótica. En la Unión Patriótica, muchos combinaron la política con las armas; eso, más el descuido oficial, llevó al exterminio de la Unión Patriótica. Usted dice que llegue un modelo Castro-Chavista, que son las reglas de juego de la democracia, pero también quienes estamos dentro de la democracia tenemos derecho a advertir que eso le haría daño al país y en eso no hay reversa. Venezuela está demostrando que cumple lo que le dijo Fidel Castro alguna vez, que más o menos quiere decir esto: ‘No puede haber elecciones sino cuando el Gobierno las compone y determina el resultado’.En un conversatorio que hubo sobre la paz en Cali, al que vinieron los negociadores de paz, el general Jorge Mora Rangel, que estuvo toda la vida luchando contra las Farc, dijo que él no iba a olvidar lo que las Farc habían hecho, pero que él estaba pensando en el futuro y por el bien de Colombia estaba dispuesto a pasar la página. ¿Si él, que estuvo en la primera línea de la guerra está dispuesto a pasar la página, los demás colombianos no debemos hacer los mismo?Eso implica muchas reflexiones. La primera es que cuando hay mal ejemplo la página no se pasa sino que aparece una nueva página con los mismos males; cuando hay mal ejemplo de impunidad seguimos en procesos de paz, pero aparecen nuevas fuerzas de violencia; la impunidad es una partera de nuevas violencias. Todos los colombianos queremos pasar la página pero una cosa es pasar la página de la violencia y otra cosa es firmar un acuerdo para que haya más violencia.Lo del General, con todo respeto, yo creo desmotiva y desorienta a las Fuerzas Armadas. Si a las Fuerzas Armadas las nivelan con el terrorismo, las desmotivan. Quedaron iguales a los terroristas como potenciales victimarios. Es una afrenta al honor militar. El Gobierno del presidente Pastrana había logrado que Europa y Estados Unidos declararan a las Farc como terroristas, gran logro, nosotros complementamos eso con el ELN, las autodefensas. El 70% de los colombianos calificaba a estos grupos como terroristas, el gobierno Santos, haciendo todo lo contrario a lo que prometió en campaña, ahora los considera actores políticos, los niveló con las Fuerzas Armadas y una consecuencia política es hoy es tan válido para los soldados disparar contra la guerrilla como para la guerrilla disparar contra los soldados, ¿de dónde acá eso? Todo eso es desmotivante, desorientador. ¿Cómo no desorienta un Gobierno, si un día dice: ‘Persigan al narcotráfico’ y pasan tres años hablando de la legalización de la droga? ¿Cómo no desorienta un Gobierno que dice: ‘confronten la guerrilla’, en seguida la guerrilla asesina a 11 soldados y al Gobierno lo único que le importa es hablar de paz con impunidad, cuando los cabecillas de los asesinos de los soldados son los interlocutores del Gobierno en La Habana? Si yo fuera soldado y escucho a mi general Mora, diría: ‘esperemos a que acaben de hacer este acuerdo, qué voy a exponer yo mi vida a combatir a esta gente’. Si yo fuera policía y escucho al Presidente hablar sobre la legalización de la droga digo: ‘Yo no expongo mi vida a combatir narcotraficantes’. Y mire lo que ha pasado, este crecimiento del narcomenudeo. En estos días ‘Iván Márquez’ le extendió una invitación para que acudiera a La Habana a conversar con ellos. ¿Va a aceptar la invitación?Doctor Diego, el problema no es de personas, yo no soy Gobierno, el problema es que al país no le hace bien negociar con el terrorismo el sector agropecuario, las instituciones políticas; el problema es la impunidad, el problema es que un país, que a diferencia de El Salvador y Guatemala, tiene una democracia respetable, porque allá había dictaduras cuando hicieron la paz, ¿cómo es que van a negociar aquí las instituciones políticas con quienes han atentado contra ellas? Este país se demoró un siglo en la discusión de la elección popular de alcaldes y la propuesta surgió de quien menos la esperábamos: Álvaro Gómez;y después vino la elección popular de gobernadores, los mecanismos de participación directa. Siempre de joven, cuando estaba en universidad pública le leía a las Farc ‘el día que Colombia amplíe la democracia, incluya la elección popular de alcaldes y gobernadores, haremos la paz’. Colombia hizo eso, un discurso y luego se convirtieron en sicarios de alcaldes, de gobernadores. Entonces, los observadores internacionales dicen: ‘Es increíble que Colombia, en el siglo pasado no haya tenido sino cuatro años de interrupción democrática, que sea la democracia más sólida, de más larga duración en el continente, en medio de semejante violencia’. Una democracia que se ha sostenido siempre, a pesar de los violentos, ¿por qué tiene que negociar sus instituciones con los violentos? ¿Se siente de extrema derecha, como lo califican sus críticos?Que piensen los críticos lo que quieran. Yo creo en el Centro Democrático, creo que es el balance de seguridad e inversión en política social, que haya más seguridad y más política social, que haya más inversión productiva y más inversión social, balance que se está deteriorando en Colombia. Yo creo en un balance entre Estado austero, pero expansivo, es mejor gastarse un billón adicional en el Sena para cumplir la propuesta de nuestros precandidatos, que todos los bachilleres de Colombia puedan tener universidad o tecnología, que gastar un billón en publicidad oficial.Yo creo en ese balance entre la democracia representativa y la participativa, cuánto le ayudó a la confianza institucional de Colombia todos esos años de diálogo nuestro con los sectores populares de la Patria; hoy no hay diálogos con ellos, hay apariencia de diálogo, lo que hay es diálogo con el terrorismo, una equivocación de interlocutores. Gravísimo que se tenga al país semiestancado esperando a ver qué pasa en La Habana. Además, el presidente Santos no nos dijo que iba a hacer eso. Yo le voy a decir, la seguridad nuestra, democrática, nuestros más radicales opositores: Gustavo Petro, aquí, hablemos del caso del Valle con Alexánder López, la doctora Piedad Córdoba, tuvieron toda la protección en esos años de Gobierno, pregunto, ¿será eso derecha? Pregunto, ¿estimular la inversión como la estimulamos, si usted hace un hotel en Cali, tiene 30 años de exención, pero al mismo tiempo decirle a los sectores más pudientes: me paga un impuesto de la seguridad democrática, será eso derecha? Yo creo que eso es equilibrio democrático. Exigir, pedir, implorar que en el Catatumbo se separe a las Farc del pueblo, que a esos violentos de las Farc los lleven a la cárcel y que no le resuelvan los problemas a los campesinos... Nosotros encontramos un Catatumbo con 15.000 hectáreas de coca y lo dejamos con 300, pero lo dejamos con 15.000 hectáreas de palma africana, hoy hay 25.000.Usted ha concebido un proyecto político para llegar al poder, no solo para llevar a unas personas al Congreso sino también para hacer una propuesta al Gobierno, ¿usted cree que es posible ganar la Presidencia cuando el contrincante es una persona que tiene todo el poder de la burocracia del Estado, la chequera del Estado?Lo que no puede prosperar es la política por temores y cálculos oportunistas. Lo que se requiere es la política por consecuencia y por principios. A mí me dice una señora en Medellín: ‘Uribe esperate a ver a abril del año entrante, si Santos va bien usted vota por la reelección de él’ y le contesto: ‘Mija, porque uno no sabe qué le toca el día siguiente, este es un gobierno inconsistente, porque dice una cosa y hace otra y lo mantiene a uno en la incertidumbre’, eso es como jugar a la ruleta, uno gana un día y si al otro día pierde lo que había ganado el día anterior. Nosotros no podemos ser oportunistas, tenemos que luchar, cualquiera que sea el resultado electoral, por aquello que creemos útil para Colombia. Yo estoy triste por la descentralización; hoy hay dos grandes posibilidades de descentralización y nada mejor que el Valle del Cauca o Antioquia o el Caribe, que han sido los adalides de la descentralización en Colombia para hablar de eso, se está perdiendo una oportunidad. Perdóneme, gracias a nuestro Gobierno este país pasó de dos billones de regalías a diez y medio que se incluyó el año pasado. El manejo descentralizado a lo regional podría ser un gran paso a la descentralización.Yo tengo que responder por el pasado y responder qué nos quedó bien y qué nos quedó mal y, lo más difícil, reconocer lo malo. Todo el mundo da como un hecho que usted va a ser la cabeza de lista de Centro Democrático al Senado, ¿por qué no se ha animado a anunciar esta decisión, por qué todavía está dudando cuando es claro que una cosa es la lista con usted y otra es la lista sin usted?Primero, a los lectores yo les quiero pedir su comprensión para mi permanencia en la política. Yo le debo gratitud a los colombianos, me eligieron dos veces presidente, yo me miro al espejo y digo: ‘Bueno, ya no hay pintura que me reverse la nieve de este pelo’, y en el espejo me siento que debo estar solamente para cargar al nietecito, pero dejo de mirar al espejo y me acuerdo de aquel cuento de García Márquez que dice; ‘El ser humano envejece primero en el espejo que en la vida real’. Yo en la vida real me siento fuerte, me digo: ‘Hay que seguir en esta batalla política’. A mí me da pena con la Patria, mi permanencia política, Dios dispondrá hasta cuándo, pero no la puedo condicionar a aspiraciones personales, hay una serie de circunstancias que hay que mirar, que se están mirando en mi eventual participación como candidato al Senado.¿Se siente más cómodo en la oposición o en el poder?Me siento cómodo en el diálogo sincero con mis compatriotas, como el que tuvimos ayer en Aguablanca, en la Clínica Valle del Lili, en el colegio del doctor Tenorio, con sectores populares, con el Sindicato de Emcali, con los empresarios. El presidente Santos, el 25 de junio le devolvió a la ciudad, después de 13 años de intervención a Emcali ¿Por qué usted no le devolvió a Cali la empresa? ¿Desconfiaban de los alcaldes de la época? ¿qué opina de las circunstancias en las que se devuelve Emcali y de la forma como se entregó al Municipio? Primero, nosotros encontramos a Emcali intervenida, inviable para cerrar, con una deuda con la Nación que hoy asciende a $1,25 billones. Segundo, claramente había que preservar todos los servicios, alcantarillado, agua y energía, pero que las nuevas circunstancias mundiales de las telecomunicaciones obligaban a una transformación. Fueron 8 años de lucha incesante con eso, especialmente con el Concejo, se logró un acuerdo y finalmente cuando ya estábamos en la hora, no aparecieron eventuales socios, de pronto ese acuerdo impuso una serie de restricciones. Me parece que Cali tiene hoy una persona excelente en la Alcaldía, que además conoce profundamente ese tema y uno confía que se resuelva el tema de la telefonía. Pero viene otro problema, nosotros creamos el fondo de capitalización, tenía dos fuentes de recursos: una contribución de los ciudadanos, ¿por qué lo quitaron si eso crea más apropiación sobre las empresas del Estado? A mí me da mucha tristeza pero ¿qué se va a hacer? yo no quería devolverla hasta que eso no quedara totalmente consolidado. Emcali le tiene que devolver a la Nación, pagar $1,25 billones, pero que la Nación no se lleve esa plata para Bogotá, que ese dinero quede en Cali en un fondo de financiación, de propiedad de la Nación, pero ese fondo para financiar el desarrollo de Cali y el Valle. No se dejen quitar eso, eso es una gran manera de obtener descentralización, ustedes con una financiación de ese volumen financian el desarrollo del Valle del Cauca porque me dicen: ‘Hombre, aquí se necesita dinero para los horticultores, para los cafeteros, hay que hacer otras vías, infraestructuras’. Un fondo de esos se vuelve más importante que el Banco Mundial, que el PIB, es un Infivalle multiplicado a la N potencia. No se dejen quitar eso, eso y el manejo regional de regalías puede reivindicar la aspiración vallecaucana de descentralización profunda, ustedes con ese fondo no tienen que pedirle un peso al Gobierno Nacional.

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