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Fantasías sexuales, una forma saludable para prender la pasión en la pareja

Mantener pensamientos eróticos es normal. Estos no solo son la expresión de un individuo saludable, sino que estimulan la creatividad de la pareja en la intimidad.

3 de febrero de 2013 Por: Meryt Montiel Lugo, Editora equipo de Domingo

Mantener pensamientos eróticos es normal. Estos no solo son la expresión de un individuo saludable, sino que estimulan la creatividad de la pareja en la intimidad.

Revivir el beso que le dieron hace apenas unas horas. Untar de chocolate a Natalia París o a Brad Pitt y disfrutar del dulce sabor recorriendo con besos toda su piel. Exhibirse desnudo en el balcón. Hacer el amor en un cajero electrónico, en un avión, en público; con varias mujeres u hombres a la vez... Todas las imágenes románticas, súper salvajes o excéntricas que podamos crear respecto de una persona, objeto, escenario o situación que nos puedan provocar deseo, placer sexual, son las llamadas fantasías sexuales. Y estas, de acuerdo con el manejo que cada quien les dé en solitario o en pareja, pueden convertirse en una herramienta para encender la pasión o ser la causa de rompimiento de una relación.Fantasear de manera frecuente es algo normal. Los pensamientos eróticos, como lo explica el sicólogo experto en temas de pareja, Álvaro Bonilla, son expresión del deseo saludable de un individuo, los invita a explorar su sexualidad, a romper tabúes y tradicionalismo y a confrontarse con sus propios límites: con lo que para él es aceptable y no es. Como todo recurso de la imaginación, es un escape de la realidad y una alternativa a la rutina. Cada quien es libre de soñar consciente o inconscientemente con situaciones consideradas ‘normales’ y hasta con las más descabelladas: que se salen del comportamiento sexual aceptado por nuestra sociedad. Cada quien es director de su propia película. Un individuo heterosexual puede fantasear con una relación homosexual, por ejemplo, o con ser infiel. Y no tiene por qué sentir culpa por permitirse soñar libremente. Generalmente la persona experimenta ese sentimiento por la educación machista, conservadora y moralista que le fue impartida. Como lo explica la sexóloga Alessandra Rampolla en su libro ‘La diosa erótica’, no hay por qué sentir culpabilidad por tener esos pensamientos, fantasear no quiere decir necesariamente que la persona desea experimentar ese comportamiento ni que lo disfrutará en la vida real. O que sea sucia o pervertida.Entre fantasía y realidad puede existir una amplia distancia, no todas resultan realizables para el individuo. Por eso, advierte Bonilla, docente del Politécnico Gran Colombiano, hay que saber controlar la ansiedad de llevarlas a cabo, pues existen sujetos que persiguen de forma compulsiva escenarios para concretar cierta fantasía y la frustración de no conseguirla de forma idéntica, a como la concibieron en la mente, resulta en un comportamiento adictivo.BeneficiosLas fantasías no hay que reprimirlas. Hay que incentivarlas, trabajarlas (ver recuadro), pues mantenerlas es “buenísimo para la relación”, interviene la sexóloga Flavia Do Santos. De hecho para el placer, comenta, hay que mantenerlas vivas, pensar, soñar, dejarse llevar por esa película mental donde cada uno de nosotros somos director, protagonista, antagonista y todo lo que uno quiera. “Nuestro pensamiento es la mayor forma de libertad que tenemos”. Así que a la relación los pensamientos eróticos “la ayudan estimulando, dando ideas, calentando para el momento”. Esas fantasías sexuales son beneficiosas para la relación cuando sirven para estimular la creatividad de la pareja, cuando permiten que el sexo se vuelva un juego siempre nuevo y alejado de la rutina, y funcionan cuando deseamos realizar estas fantasías con nuestra pareja, evidentemente, respetando su propia libertad y expresión sexual, comenta Bonilla.La gran mayoría de personas tienen fantasías que no pueden realizar con su pareja, porque involucran a terceras personas o por comportamientos sexuales tabúes o no practicados por su cónyuge. En ese sentido, señala el sicólogo, es preciso no imponer situaciones sexuales a la pareja, manipularla o coaccionarla para realizar una fantasía, ya que se generan o se profundizan problemas.Como los que tuvo una pareja que recuerda la sicóloga Alejandra Quintero, directora y conductora del programa Sexo sin Censura, del Canal Capital. “Una mujer siendo novia de un hombre le propuso ir a un bar swinger, pues quería tener sexo con otras mujeres. El hombre accedió y ella comenzó a vivir esta fantasía siempre y cuando estuviera desinhibida por el efecto del alcohol. Al otro día amaneció sintiéndose muy culpable. Pese a esto repitieron la misma situación algunas veces hasta que se casaron. A los seis meses empezaron a tener problemas porque el hombre quería seguir visitando estos lugares para que siguiera viviendo sus fantasías sexuales, pero ella alegaba que al ser una mujer casada y futura madre de sus hijos no quería tener esos comportamientos tan licenciosos”.Compartir o no la fantasíaContar al cónyuge las fantasías propias y más profundas depende de la confianza y la libertad que puedan tener como pareja, señala el sicólogo clínico y sexólogo Fernando Calero de la Pava. “Muchas veces, lo único que se logra con esto es crear desconfianza en el otro y, en otros casos, sí encender la pasión”.Muchos, agrega Bonilla, no están preparados para oír que su pareja fantasea con un trío o con un desconocido o con una antigua pareja, porque ello implicaría pensar que la pareja no se encuentra safisfecha, desea ser infiel o es un pervertido (a). Por ello, dice, “no se debe contar aquello que pueda herir a la otra persona y hay secretos que vale la penaPara tener en cuentaCómo incentivar lecturasSobre todo para las mujeres, la lectura erótica es una fuente maravillosa de información de la que podemos sacar temas para ir expandiendo nuestro repertorio, escribe la sexóloga Alessandra Rampolla en su libro La Diosa Erótica. Y recomienda los libros ‘Women on Top’, ‘Forbidden Flowers’ o ‘My Secret Garden’, de Nancy Friday.El sicólogo y sexólogo Fernando Calero de la Pava recomienda otros libros: La Pianista, de Elfriede Jelinek; Diarios, de Anais Nin; El Cuarteto de Alejandría, de Lawrence Durell; ‘Plexus’, y Trópico de Cáncer y Trópico de Capricornio, de Henry Miller.El docente del Politécnico Gran Colombiano, sicólogo Álvaro Bonilla, sugiere la saga ‘50 sombras de Grey’, de E.L. James.PelículasCalero de la Pava recomienda los filmes ‘Lola’ y ‘El matrimonio de Maria Braun’, de Rainer Werner; ‘Un Momento Peligroso’, de David Cronenberg; ‘Las Edades de Lulú’, de Bigas Luna; ‘Los Cuentos de Canterbury’, de Pier Paolo Pasolini; ‘La Pianista’, de Michael Haneke. InternetEl intercambio de material pornográfico y comunicación interactiva para compartir fantasías es otra sugerencia de Rampolla. Al igual que los recuerdos de la vida propia.

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