El pais
SUSCRÍBETE

En Popayán sin Salsa no hay Guaguancó

Popayán, la ciudad blanca de Colombia reconocida por ser tierra de próceres, ex presidentes y de las deliciosas empanadas de pipián, es también una ciudad que respira y vive la pasión por la salsa.

27 de junio de 2011 Por: Andrés Dorado, Alejandra Fuli, Karen Ramos / Especial para El País

Popayán, la ciudad blanca de Colombia reconocida por ser tierra de próceres, ex presidentes y de las deliciosas empanadas de pipián, es también una ciudad que respira y vive la pasión por la salsa.

Si bien el reconocimiento como capital salsera ha sido otorgado a otras ciudades, Popayán ha vivido desde hace décadas el fenómeno salsero con igual pasión que sus vecinos, es así como hoy en día se pueden encontrar en la ciudad diversas manifestaciones de esta cultura musical, que con el tiempo se han consolidado como un movimiento urbano, en el que convergen escuelas de baile, coleccionistas, tabernas salseras y agrupaciones musicales.La ciudad de Popayán, reconocida por el color blanco de sus paredes coloniales y sus celebraciones religiosas, destacadas a nivel internacional, está ubicada en pleno Valle de Pubenza. Lugar donde se fabrican los más bellos atardeceres, cuando el sol desaparece entre las montañas de la cordillera occidental, justo entre la cuchilla del Tambo y el cerro de Munchique, se abre el telón de la noche y resuenan sonidos vibrantes, marcados por pregones y la fuerza de la percusión africana. Es el espíritu de la Salsa que inunda la noche.En Popayán “la Salsa está en el ambiente”La Rueda de Casino o Rueda cubana es un estilo de baile que llegó a la ciudad de Cali hace 11 años y a Popayán fue traído por la escuela del colectivo artistico Rucafe hace siete años. Desde entonces han puesto a bailar a casi 500 personas de manera ininterrumpida. El momento de mayor auge de bailarines que tuvo Popayán fue en los años 70’s, con el furor del Boogaloo y la Pachanga, ritmos que hicieron vibrar a esa generación. Hoy en día es la Rueda de Casino el baile que ha despertado el interés de muchas personas, creando una nueva generación de bailarines de salsa en la ciudad.Diego Echeverry, quien pertenece al colectivo cultural Afroamigos, conformado por coleccionistas de música salsa y dedicado a rescatar, promover y difundir todo lo relacionado con la cultura Afro, propuso en el año 2004 crear en Popayán una sucursal de la escuela de Salsa Rucafe que estuviera vinculada al proyecto cultural. Es así como nace Rucafe-Popayán.Desde una propuesta de baile internacional, que es la Rueda de Casino, la cual tiene sus orígenes en Cuba en la década de los 50, Rucafe-Popayán llega a su séptimo año con un total de 14 promociones de nuevos bailarines de la ciudad. “El movimiento salsero en este momento es interesante porque se vienen consolidando propuestas formativas de escuela” afirma Diego Echeverry, director de la academia de baile Rucafe-Popayán, que viene fortaleciéndose como la primera escuela de baile en llevar un proceso formativo sólido que ha logrado mantenerse en el tiempo. “En la ciudad se vienen dando buenas condiciones para el movimiento salsero. En Popayán la salsa está en el ambiente”, dice.Aquí el que baila ganaJaime ‘el trompo’ Miranda, es un digno representante de la generación que aprendió a bailar con el golpe de la Pachanga y el Boogaloo; carpintero de oficio, desde los 15 años ha movido sus pies al ritmo de la Salsa. Hoy ya cuenta con 55 años y es uno de los bailarines más respetados y admirados de la escena salsera de la ciudad.Su apodo de ‘el trompo’, se lo ganó en una de tantas competencias de baile a las que ha asistido a lo largo de su vida de bailarín. Sobre la importancia del baile en el mundo de la salsa Jaime es contundente y afirma que, “aquí el que baila gana”, aludiendo a la famosa canción de los Van Van de Cuba y refiriéndose al poder del baile en las pistas de la rumba salsera. Jaime completa 44 años de pasión por el baile y pasa sus días entre la viruta y los LP’s o ‘pastas’ que ha coleccionado a lo largo de su vida. Asiste activamente a los encuentros de melómanos que tienen lugar en la ciudad, y cada vez que tiene la oportunidad sale a deleitar al público con sus pasos característicos, que como el mismo dice, lo han hecho ‘el dueño del sabor’.“La salsa nos define”Si visita Popayán es casi inevitable no recorrer el centro histórico. Es ahí, entre la belleza arquitectónica de las iglesias y el encanto de los faroles perfectamente alineados, donde la magia de la salsa aparece en medio del blanco de las paredes. Ubicada en la calle 4ª, diagonal a la plazoleta de la iglesia de San Francisco, La Iguana Afro Video Bar, resuena con sonidos que inundan de color la noche payanesa.La Iguana, inaugurada aproximadamente hace 15 años por Diego Velásquez, un paisa que cuando recuerda sus inicios en la música menciona la disputa que tuvo entre dos géneros musicales, el rock y la salsa, “Me ganó el lado de la Salsa” afirma. Velásquez llegó a Popayán encaminado por un amigo que lo visitó en una ocasión en Medellín, y al observar la creciente colección musical de Diego, lo animó a venir a esta ciudad para montar junto a él una taberna salsera. Esa sociedad dio vida a 'La Topa Tolondra', proyecto que se prolongó por seis años, tres de los cuales fueron musicalizados por el paisa.Luego de desvincularse de La Topa Tolondra, Diego o ‘el iguano’, como es conocido entre sus amigos, decidió materializar una idea que tenía en su cabeza desde hace tiempo: tener su propia taberna salsera para compartir la música que él disfrutaba. Fue entonces cuando le dio vida a La Iguana Afro Video Bar, y como el mismo dice, “Así, songo sorongo me fui quedando, ¡y me quede!”. Desde entonces el sonido de La Iguana acompaña las noches de Popayán con la música más caliente del planeta, como es identificado este género musical. La Iguana es un lugar que corresponde con la calidez y la alegría de la música que en su interior se escucha. El local está acompañado de imágenes que recuerdan a los grandes maestros de la salsa, todo el lugar es música. Dar un vistazo a este sitio, es equivalente a recorrer rápidamente la historia de este género con una colección musical que capta la atención de cualquier curioso.A La Iguana, según Diego, la define básicamente la música, una mezcla que busca el equilibrio entre los ‘clásicos’ de la salsa y las nuevas tendencias musicales que a éste género corresponden. En sus propias palabras, “la diferencia de La Iguana es que estamos ‘al día’ pero sin hacer muchas concesiones comerciales, entonces los salseros que viene aquí saben que van a escuchar música muy diferente, que seguro no van a encontrar en otro lado”, comenta ‘el iguano’ para quien la salsa es una forma de vida, un hecho social que nos define como latinos.Son Manicomio, el sabor de la locura Son Manicomio es una agrupación local que se ha tomado los escenarios de la ciudad para presentar su proyecto de Salsa Fusión. Está encabezado por Gabriel Coral, director musical de la banda, músico egresado de la Universidad del Valle, quien también fue cofundador de la reconocida banda caleña Toño Barrio. Ahora está radicado en Popayán y es docente del conservatorio de la Universidad del Cauca, es un apasionado músico nacido en la ciudad de Pasto, Nariño, que se ha servido de la flauta para un trabajo creativo, en palabras del maestro Coral, le sonó la flauta.El proyecto Son Manicomio nació de la necesidad que se tiene de crear, de bailar y de trasmitir vivencias a través de la música. Es definido, según las palabras de Coral, como un pacto entre “amistad y amor eterno” haciendo referencia a una de las canciones originales del grupo (Son Manicomio Loco Son) y agrega que otros de los ingredientes que identifican al grupo son, la locura y el cariño por el oficio.Desde que saltaron a la escena local han hecho bailar frenéticamente a los asistentes de sus conciertos con una música que se ha caracterizado por fusionar el ritmo de la salsa con sonidos propios del pacífico colombiano, folclor peruano y el rock. De esta forma Son Manicomio ha hecho un aporte importante para el desarrollo del movimiento salsero de Popayán. Coral ve la escena local con buenos ojos, finalmente asegura que “La salsa es inherente a una ciudad particular, está implícito en el sentir de la gente. Con la salsa la gente siente que el corazón se emociona. La salsa es el corazón de las ciudades”.

AHORA EN Colombia