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ECONOMÍA

Bethsabé Álvarez, la abuela que preserva el cultivo tradicional del cacao en el Cauca

Se llama Bethsabé, nació en una finca en Padilla, Cauca, y toda su vida ha estado entre matas de cacao, que luego transforma en bolas de chocolate.

21 de abril de 2019 Por: Francy Elena Chagüendo Azcárate / Reportera de El País&nbsp;<br>

El primer recuerdo que tiene Bethsabé Álvarez del cacao es de su casa paterna en Betania, un corregimiento de Padilla, Cauca, donde creció.

Esos recuerdos están llenos de las enseñanzas de su familia, de sus padres que muchas veces le repitieron que el campo le podría dar todo lo que necesitara. Y así fue.

Bethsabé no es una agricultora cualquiera. Tiene 95 años y no concibe su vida sin estar entre sus matas de cacao, café o plátano. Por eso cada que puede toma las tijeras y se interna en su finca para “darle cariño”, como ella dice, a sus plantaciones; camina y ‘salta’ entre los cultivos como si ninguno de esos años le pesara.

“Desde niña estoy en la agricultura porque esa fue una enseñanza de mi familia. Mi padre era una persona emprendedora, nos enseñó todo sobre el campo”.

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Y eso es lo que ella ha hecho desde que tiene memoria, siempre ha sembrado plátano, café, frutales y cacao, cultivos de una finca tradicional.

“Cuando niña veía a mi mamá hacer las bolas de chocolate para el desayuno, molíamos el cacao y lo tostábamos, eso viene de una tradición”.

Todo ese conocimiento, más lo que ha aprendido al participar de proyectos de desarrollo con entidades internacionales y recientemente con Vallenpaz, la han llevado a ser una de las cultivadoras de cacao que más suena en el Cauca. Tal vez no por su amplia producción, pero sí por su empeño y experiencia.

En su propia casa elaboran el chocolate de la manera tradicional, del conocimiento adquirido ancestralmente, tuestan, muelen y al final fabrican las bolas de chocolate, un producto que según Bethsabé Álvarez le compite a cualquiera producido por las grandes compañías del país.

Municipios como Padilla, Guachené, Santander de Quilichao y Caloto se han vuelto cacaoteros y con siembras de agricultura familiar y, algunas más técnicas, buscan hacerle el quite a la pobreza de las zonas rurales.

Según datos de la Federación Nacional de Cacao, Fedecacao, en el Cauca había en el 2010 780 hectáreas sembradas en este producto y en 2017 la cifra llegó a 1866 hectáreas.

En el Suroccidente, Nariño es el departamento con mayor producción, fueron 2871 toneladas de cacao en 2017, una cifra que prácticamente se ha mantenido estable en los últimos años.

Cauca tiene una participación más pequeña con una producción de 595 toneladas de cacao y 0,98 % del total nacional. En esta región ha venido creciendo la producción, pues en 2013 se llegó a 310 toneladas y en 2015 subió a 450 toneladas.

La producción es similar a la del Valle que en 2016 logró 690 toneladas de producción y bajó a 505 en 2017.

Una mujer que sobresale

“Yo salía a vender las frutas al mercado y la gente empezó a encargarme las bolas de chocolate. Luego mis hijos, que viven en Bogotá, llevaban el producto y lo empezaron a comercializar allá y vimos que había un potencial mayor que el de la economía familiar”, comenta la agricultora Bethsabé Álvarez.

Dos de sus hijos empezaron a ayudarle en su finca con la idea de tener una producción más ordenada de cacao y han hecho parte de varios programas de ayuda de entidades locales e internacionales.

Gracias a eso, su producto “chokuelas” (bolas de chocolate) ha salido de los límites de Padilla, por ejemplo, han participado en varias ferias Agroexpo y han logrado pequeñas exportaciones a EE.UU. sobre todo de personas que conocen el producto y se lo encargan para llevarlo a otros territorios.

Su casa de Padilla no es una tienda, pero no es raro que vecinos y quienes la conocen toquen su puerta para adquirir el chocolate que vende en dos presentaciones a $10.000 y $12.000.

“Nuestro chocolate es de una calidad excelente, no se le extrae nada, de la mata a la mesa, no se le quita nada, es un alimento completo”, destaca con orgullo Bethsabé.

Pero pese a esto, la producción de cacao en la finca de esta líder, que tuvo siete hijos, aún es de subsistencia familiar. Tienen unos 600 árboles sembrados, muchos en proceso de renovación con injertos, con los que producen 2 arrobas, es decir unas 50 libras por tanda.

“Llevamos unos 7 años con una mayor comercialización y los hijos me impulsaron y vieron que es un producto rentable y empezamos a sembrar más, sin embargo, producimos una tanda de chocolate, lo vendemos y después volvemos a fabricar cuando todo se ha comercializado”.

En Guachené y el norte del Cauca funcionan varias asociaciones de cacaoteros como la Asociación Grupo Palenque que agrupa a 55 productores esta zona, de los cuales 25 son mujeres.

Actualmente, gracias al apoyo recibido por Vallenpaz y la compañía Nacional de Chocolates tiene un proyecto de comercialización con los cultivadores caucanos.

“El objetivo es que la gente conserve la finca tradicional y vea que es una oportunidad de generación de ingresos. Estamos comprando toda la producción de la región y se le vende a la Compañía Nacional de Chocolate”, comentó Helmer Banguero, gerente de la Asociación grupo Palenque que opera en el municipio de Guachené. Resaltó que ya se han superado las metas, pues cuentan con 550 productores de cacao de la región que han aportado al proceso.

Para Bethsabé Álvarez, el cacao es un muy buen cultivo. “Hay que volver a creer en este producto, esta zona es cacaotera y cafetera. Pero si hay forma de que la región resurja es con el cacao”, dice.

En Colombia hay algunos productores de cacao que logran una producción de 2000 kilos por hectárea, uno de los mejores rendimientos del sector en la región.

24
por ciento creció la producción de cacao de Colombia en enero de 2019 con un total de 6.607 toneladas.
1701
toneladas de cacao exportó la Federación Nacional de Cacaoteros, Fedecacao en el 2018.
175
mil hectáreas sembradas con cacao hay en Colombia, de las cuales 144.000 están en producción.
595
toneladas de cacao se producen en el departamento del Cauca al año, según Fedecacao.

Potencial

En el Valle hay empresas como Cacao Pacífico que venden en el mercado interno y en el exterior productos como manteca de cacao, coberturas de chocolate, cacao en polvo, entre otros. Antonio Varela, gerente de la empresa, explicó que hoy en día la compañía compra la materia prima a productores de Tumaco, Tolima, Arauca, Santander y muy poco en el Cauca.

Sin embargo, dice que sí estarían interesados en hacer alianzas que les permita comprar a los productores locales. “El cacao tiene una gran importancia porque es una actividad lícita a la cual se pueden dedicar las familias con amplias perspectivas de mercado. Pero para ello hay que mejorar la productividad”.

Actualmente la productividad promedio es de 400 kilos por hectárea cuando se podrían obtener 1500 kilos con un mejor trabajo de campo. De ahí que considera que el Gobierno Nacional debe enfocar una mayor labor de apoyo a los agricultores.

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