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Yuri y el adulterio

24 de julio de 2011 Por:

Yuridia Canseco Valenzuela, ‘La Jarocha’, como la llaman en México por ser de Veracruz, se convirtió al cristianismo después de caer en una depresión terrible, pues en 1994 perdió su voz durante seis meses a raíz de unos nódulos en sus cuerdas vocales. Era, como ella misma lo sustuvo en 2004 a este diario, una mujer exitosa como artista, pero no como persona. Se sentía mal emocional, física y espiritualmente. No tenía relación con su familia y, para colmo, su vida amorosa “era un desastre”. Fue una familiar quien la evangelizó y le hizo ver cómo Dios la había curado de sus males y desde entonces, empezó a tener una relación personal, directa con Dios.Por convertirse al cristianismo las críticas le llovieron y la intérprete de éxitos como ‘Yo te Amo, te Amo’, ‘Qué te Pasa’ y ‘Karma Camaleón’ pasó las verdes y las maduras para que las disqueras la volvieran a llamar. Los contratos comenzaron a escasear. No fue fácil al principio, pero como sostiene “Dios ha abierto las puertas”. El hecho de ser cristiana, aclara, no la cohibe de montar un show muy profesional, con bailarines en escena, mostrando alegría y sensualidad. No quiere decir que “vaya a salir al escenario con una Biblia en la mano, vestida de monja o a hacer proselitismo religioso”. Lo que sí se propuso como artista, una vez Jesús conquistó su corazón, fue no cantarle al adulterio. “No puedo promover el adulterio, porque yo lo viví y eso es terrible, trae maldiciones, soledades, uno se siente infeliz viviendo a cuestas de un hombre que no es suyo”, comentó a El País. Yuri se refiere al infierno que vivió durante cuatro años siendo ‘la otra’. Pues se convirtió en la amante del director musical de su orquesta, un hombre casado con una amiga de la artista.Por eso es que el tema ‘Amiga mía’, escrito especialmente para ella, juró nunca más volverlo a interpretar. “Amiga mía, sé que estoy quitándote al hombre de tu vida, amiga mía, sé que estoy matándote y es lenta tu agonía... amiga mía, qué difícil es, decirte amiga, ahora, amiga mía, lo amo tanto y sé que él a mí también me adora...”. Tal como lo dijo a Univisión, no quiere interpretar canciones así, “porque sufrí mucho e hice sufrir a una familia. Ahora tengo los pantalones para decirlo: yo le quité el marido a una amiga”. La cantante mexicana le pidió perdón a su amiga y cada vez que tiene la oportunidad aconseja a sus fans que no se fijen en hombres casados. “Uno sufre mucho, y no lo digo para que me aplaudan sino para que vean que las artistas somos seres humanos que también cometemos errores, porque a veces la gente nos idolatra y nos pone como dioses”.Pero Yuri, pese a su belleza, talento, dinero, reconocimiento y esa imagen de mujer fuerte, era un ser frágil. Tanto, que intentó suicidarse en dos ocasiones. “Porque el dinero, la belleza, el éxito, un hijo o la vida profesional no pueden llenar una parte de tu corazón que sólo la llena Dios”. Incluso, asegura, “la fama a veces estorba” y dice que puede vivir sin ella. Por fortuna Yuri, una mujer sanguínea, colérica, líder, terca, graciosa y que habla hasta por los codos, encontró la tranquilidad no sólo en Jesucristo sino también en el chileno Rodrigo Espinoza, con quien lleva 16 años de casada. Con él y por su estadía en Miami donde no tenían empleada del servicio, aprendió a ser una verdadera ama de casa. Y le gustó: lavaba, planchaba, limpiaba los pisos. “Antes le decía a mi esposo que iba a comer huevos revueltos con uñas postizas. Ahora no soy experta, pero me defiendo”, comenta entre carcajadas.Y después de varios años intentando ser padres, lo consiguieron en 2009, al adoptar a Camila, hoy de 2 años. Fue un proceso largo pero que valió la pena, pues Dios envió a sus brazos la niña que anhelaban. Sin embargo, la misma artista confesó a una revista que entró en una depresión grande en los primeros meses de convivir con su hija adoptiva. Lo que provocó el rumor de que estaba considerando regresarla. “No pensé que fuera tan difícil ser mamá, sobre todo cuando tienes una vida hecha, pero nunca he pensado en regresarla”, aclaró Yuri, quien a sus 46 años vuelve a estar en primavera.

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