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El trabajo informal en Cali asciende a casi el 50 %, es decir que por cada persona trabajando en el sector formal, hay otra en el sector informal. Con la pandemia, la informalidad se ha disparado por las altas tasas de desempleo. | Foto: Jorge Orozco - El País

VENDEDORES AMBULANTES

Vendedores informales, las otras víctimas de la pandemia que aún no logran recuperarse

Caída de los ingresos, altos niveles de endeudamiento y grandes afectaciones en salud, lo que les dejó el covid. Urge implementación de política pública.

20 de marzo de 2022 Por: Luz Stella Cardona Ruiz, reportera de El País<br>

En un ejercicio de georreferenciación realizado en 2019, la Alcaldía estimó que había aproximadamente 10.000 vendedores informales ganándose la vida, por medio del rebusque, en las calles de Cali.

Sin embargo, las altas tasas de desempleo han hecho que la informalidad aumente, aunque se desconoce la cifra exacta, que para antes de pandemia era de alrededor del 50 %.

La crisis y el alto grado de vulnerabilidad de este sector poblacional quedaron reflejados a través de una encuesta realizada a 750 vendedores informales, el año pasado, por el Observatorio de Políticas Públicas, Polis, de la Universidad Icesi.

Uno de los aspectos más preocupantes encontrados fue la reducción de los ingresos en casi un 50 %. Mientras en prepandemia algunos reportaban $1,2 o $1,3 millones mensuales, ahora perciben unos $500.000 mensuales.

Teniendo en cuenta que el 73 % son los proveedores económicos del hogar, estos recursos resultan insuficientes para cubrir las necesidades básicas de alimentación, salud y educación, entre otras, del grupo familiar.

Lina Martínez, directora del Polis, advierte que la reducción de ingresos ha derivado en mayores vulnerabilidades, como el incremento de la pobreza y la deserción escolar (el 22 % de los vendedores que tenían hijos en edad escolar afirmaron que estos debieron abandonar sus estudios).

Asimismo, aunque la mayoría de ellos están muy cerca de la edad de pensión (36 % mujeres y 27 % hombres), el 90 % no cotiza ni a salud ni a pensión que les permita tener una vejez digna. Todo esto, configura un escenario muy crítico y los acerca cada vez más a la línea de pobreza que, en Colombia, según el Dane, está en $331.668.

El 33 % de los vendedores perciben ganancias inferiores a la línea de pobreza. Las mujeres, afro e indígena,
los grupos más vulnerables.

Si bien durante la pandemia el Gobierno entregó subsidios, solo el 18 % de los vendedores recibió algún tipo de ayuda económica.

Adicionalmente, durante los tres meses que duró la cuarentena obligatoria, el 74 % de la población no pudo trabajar. Esto llevó a que el 21 % debiera endeudarse a través de préstamos informales: familiares, amigos o gota gotas. Hoy, estos préstamos solo agravan su situación financiera, pues el 77 % tiene dificultades para pagar sus deudas.

Martínez señaló que la Administración Distrital tiene la Política Pública de Desarrollo Económico para promover la inclusión financiera de los trabajadores informales, pero todavía no se ha implementado.

“Todo esto solo muestra que tenemos una ciudad con un sistema de protección social muy bajo para ayudar a las personas más necesitadas; además de la incapacidad que tiene la ciudad para generar posibilidades de trabajo formal y la poca acumulación de capital humano que hay en la población trabajadora”, subrayó.

De ahí la necesidad de implementar mecanismos para mejorar las condiciones y calidad de vida de los vendedores informales, pues según afirmó, la única política pública que existe está más enfocada a la recuperación del espacio público.

Habla los vendedores

Jimmy Núñez, presidente del sindicato de Vendedores Ambulantes y Estacionarios de Cali, indicó que la Oficina de Inspección, Vigilancia y Control, IVC, viene desde hace cuatro meses realizando un censo para determinar cuántos vendedores informales trabajan en las calles de la ciudad y así establecer sus necesidades.

El líder sindical supone que la cifra final podría ser ubicarse entre 25.000 y 30.000 personas que dependen del espacio público para ganar un mínimo vital (dos o tres veces más que el censo que tenía Cali para 2019).

“Los vendedores informales fuimos los que más sufrimos porque estuvimos más expuestos al virus que cualquier otra persona y aún nos tocaba salir a trabajar. La cuarentena llevó a que mucha gente quebrara, colapsara y aún muchos no han podido volver por las secuelas que les dejó el Covid - 19", manifestó Núñez.

Los perjuicios fueron en todos los aspectos: sociales, económicos, y también de salud mental por las deudas y porque muchos trabajadores o sus familiares murieron por la enfermedad.

A la fecha, afirmó, han presentado 32 propuestas a la Administración para mejorar las condiciones de trabajo y calidad de vida de los vendedores.

“La idea es que tengamos seguridad social y capacitación a través del Sena, que los hijos puedan ir a la universidad o a un colegio y no a las calles como sus padres”, indicó.

Reiteró que la mayoría de los vendedores han perdido su 'plante', pero también sus ganas de vivir, porque ahora son víctimas de los gota a gota que los amenazan cuando no pagan. “Durante la pandemia todos nos empobrecimos, esa es la verdad”, sostuvo.

Entre tanto, Marcelino Olaya, representante de la Fundación de Vendedores Estacionarios de Cali, aseguró que “ha sido muy difícil la pospandemia agudizada por el estallido social”.

Agregó que la situación económica es bastante precaria para por lo menos un 90 % de la gente, que solo tiene para dos comidas al día, no les alcanza para pagar el arriendo y tampoco para mandar sus hijos al colegio.

“Algunos tienen Sisbén, pero la atención no es acorde a sus necesidades. El presupuesto para los vendedores es solo para hacer encuestas y control del espacio público, pero no hay programas de ayudas como un comedor o guardería para los hijos de las mujeres que se crían en una cajita", enfatizó.

Otro fenómeno que está afectando los ingresos de los vendedores locales es la llegada de los venezolanos. Se estima que hay unos 2000 en el centro.

Fondo de oprtunidades

Además del censo de caracterización que hace parte de la Política Pública aprobada mediante Acuerdo 0424 de 2017, desde la Secretaría de Desarrollo Económico se viene trabajando en el Fondo de Oportunidades para disminuir la informalidad que va más allá de los vendedores ambulantes.

Liliana Sierra, jefe de ese despacho, explicó que el Fondo tiene dos líneas, una de microcrédito y otra de capital semilla. A la primera cualquier persona puede acceder siempre y cuando no esté reportada ante las centrales de riesgo. Además, recibirán educación económica y financiera para garantizar que se puedan mantener en el sistema financiero formal, lo que les permitirá crecer y salir de la informalidad. De esta manera se espera combatir también los gota gota.

El Fondo nació el año pasado y se espera que esté operando en abril. Los recursos son del municipio que fijará las tasas de interés, las cuales no superarán el 10 % anual, para realmente llegar a la población más vulnerable como los vendedores informales.

Datos de interés

De los vendedores encuesta dos por la Universidad Icesi, 49 % fueron mujeres y 51 % hombres.

La encuesta se realizó de manera telefónica entre marzo y mayo del año pasado. El 81 % de los vendedores informales viven en los estratos uno y dos, según el sondeo.

Junto con los vendedores, la Universidad Icesi creó un banco de proyectos que puede ser utilizado para mejorar las condiciones de vida de estos y sus familias. El mayor número de decesos por Covid - 19 en Colombia se dio entre la población más pobre, de la que hacen parte los vendedores.

El 21 % afirma que ellos o alguno de su familia se han acostado con hambre, es decir, 2100 no han tenido acceso al mínimo de comidas requeridas.

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