Sigue el Festival Internacional de Cine de Cali, estos son los imperdibles de este jueves

Tras su gira por festivales como el de Tallinn (Estonia) y el Mannheim-Heidelberg de Alemania, ‘El alma quiere volar’, de la realizadora caleña Diana Montenegro, se estrena en el Festival Internacional de Cine de Cali, hoy, a las 9:30 p.m., en Royal Films de Jardín Plaza, y el domingo 21 de noviembre, a las 3:15 p.m., en la Cinemateca La Tertulia.

“Al plantearme escribir mi primera película empiezo a mirar hacia el interior de mi familia y encuentro el reflejo de un montón de temas como la represión y el miedo que como sociedad aún cargamos como mujeres en nuestro país y en el mundo. Crecí cuestionándome sobre una cantidad de patrones que hemos normalizado, tanto hombres como mujeres, y me parecía importante generar una reflexión”, explica la directora, egresada de Comunicación Social de la Universidad del Valle, con estudios de documental en la Universidad de Cinematografía de Rusia y la Autónoma de Barcelona.

La película se filmó en Cali con actrices y actores naturales y contó con una preparación de la mano de la directoria caleña Natalia Imery Almario. La protagonista es Laura Andrea Castro, actúa con Lilia Córdoba, del Grupo de Teatro Por Una Vida Mejor, de la Universidad Santiago de Cali, María Fernanda Puyo Negret y Luis Merino.

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La película nace en los ecos de la infancia de Diana, pero los personajes están construidos a partir de mujeres y hombres que conoció. Camila (Laura Castro), es una niña de 10 años, que crece dentro de una familia donde la mayoría son mujeres con miedos y preguntas alrededor de la vida y con una incapacidad de asumir las riendas de su existencia. En vacaciones, sus padres la llevan adonde su abuela materna y allí la niña descubre además una maldición que las aqueja.

La autora de los cortometrajes Sin Decir Nada, Magnolia y el Susurro de un Abedul, considera que “el machismo lo hemos construido todos y todas, algunos en mayor proporción, pero es importante entender como desde las mismas mujeres nos falta solidaridad y cómo la sociedad ha ocultado y ha sido cómplice con el silencio frente a la violencia de género. Hombres y mujeres debemos construir un cambio inminente y necesario y es a partir del entorno familiar que debemos empezar a cambiar esos patrones”. Destaca la acogida entre la crítica masculina, “esa etiqueta de ‘Cine mujeres para mujeres’ está desapareciendo”. Y explica que la película es “también un proceso de duelo y de abrazo hacia la muerte de mi madre, a quien nunca vi lograr su libertad de esa prisión del machismo”.