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Silvio López, columnista de opinión.
Silvio López, columnista de opinión. | Foto: El País

DEPORTES

¿Qué pasará con la 'Ciclovida' de Cali? Responde el Secretario de Deporte

Silvio López advierte que en ese programa se estaban haciendo contratos indebidos. Así habló con El País.

20 de agosto de 2017 Por: Felipe Salazar Gil / reportero de El País 

Evita hablar de corrupción directamente. El término políticamente correcto que utiliza el secretario de Deporte y Recreación, Silvio López, para referirse a las irregularidades en contratación que domingo a domingo se registraron en la Ciclovida es “desvare” o “red de amiguismos”.

Por esto, asegura, decidió renovar el programa y apuntarle a captar más público, porque la participación de los caleños en este programa está muy por debajo de la inversión que se le destina. Además, el funcionario afirma que este año se acabarán los apagones en el estadio Pascual Guerrero, pues las luminarias serán cambiadas a tecnología LED y desmiente que tenga aspiraciones a la Alcaldía.

¿Por qué cambiaron el modelo de la Ciclovida después de tantos años?

La Ciclovida es un programa que ha sido legitimado por la gente, pero se ha quedado anquilosado en el tiempo y ha generado mitos como que 200.000 personas que salen cada domingo a hacer ejercicio, lo cual no es cierto porque en la ciudad participan alrededor de 24.000 personas cada ocho días, mientras que en Bogotá salen 900.000 personas y en Medellín otras 50.000. Este es un programa que vale cerca de $5000 millones y hay que repensarlo porque lamentablemente se volvió un ‘desvare’ para muchas personas que pedían trabajo y les daban cupo. Nosotros creemos en el programa, pero tenemos que reinventarlo.

¿La Ciclovida se volvió una invitación de comadres?

No nos tocó a nosotros, pero hemos dado con casos en los que la gente dice que venía a pedir trabajo y los acomodaban los domingos para ganarse la plata y el seguro por trabajar el dominical. Detectamos muchas personas en la Ciclovida que son familia o amigos de la cuadra y durante muchos años esto se volvió una red de amiguismos, que no está mal per se, pero si eso no es en busca de la excelencia sino de cubrir espaldas cuando la gente no va a trabajar, está mal. Ese esquema lo estamos rompiendo; de hecho, hace diez años la Ciclovida no invertía en infraestructura y con el nuevo modelo lo estamos haciendo: con lo que alquilábamos las bicicletas estáticas compramos bicicletas para las estaciones. Obviamente esto toca algunos intereses.

¿Estas irregularidades se estaban presentando en la Secretaría de Deporte o en la Corporación para la Recreación Popular, que operaba el programa?

La Corporación es la que opera el contrato, pero la Secretaría es la que indica quiénes son las personas que van a trabajar. Hay que asumir la responsabilidad en la dependencia.

¿Hay corrupción en la Secretaría?

Lo que puedo decir es que a la corrupción le encanta y le beneficia el desorden. Y lo que encontramos a nuestra llegada fue una entidad con recursos anuales de $100.000 millones, con un desgreño administrativo aterrador, inexistencia de procesos, de estructura organizacional, el control del almacenamiento era un absurdo, la gestión documental muy precaria, la planeación inexistente, un control interno en cero. Es increíble que un organismo de este tamaño se maneje de esta forma y solo se explica porque ‘en río revuelto, ganancia de pescadores’. La casa la tuvimos que poner en orden.

¿En ese recorte que hicieron salieron todos los funcionarios que generaban corrupción? ¿Denunciaron las irregularidades?

Todas las directivas o los que tenían mando salieron, eso fue clave en la depuración. Yo mandé una carta a la Contraloría manifestando el estado en que encontré las cosas.

¿Las irregularidades consistieron solamente en repartir contratos a amigos o en qué más?

Lo que digo es que se tercerizaba todo. Que sean amigos o no, cada quien inferirá. Serán los organismos de control los que se manifiesten, pero la administración y manejo de recursos de la Secretaría era susceptible de mejora.

Más allá de las mejoras de las que usted habla para la Ciclovida, hay muchos asistentes inconformes con el nuevo modelo. Dicen que se han recortado las clases, que los ejercicios no son los mismos...

No son cientos ni miles de personas las que están perdiendo con los cambios. Al contrario, con el nuevo accionar queremos que más gente vaya a las estaciones. En los últimos tres domingos hemos visto mucha más gente haciendo esas actividades. Hay personas que dicen que se recortaron clases de 1 hora a 45 minutos de duración, pero eso se cambió hace mucho tiempo por temas de salud física, porque hay mucho adulto mayor haciendo actividades, porque se ha detectado hipertensión y ejercicios contraindicados. Esto no quiere decir que no retomemos lo que la gente hacía antes o le gustaba, pero le estamos apuntando a nuevos públicos.

Cali siempre se ha caracterizado por ser sede de grandes eventos deportivos, pero últimamente no se ve protagonismo de la ciudad...

Seguimos siendo una capital de grandes eventos deportivos. Este año tuvimos la parada mundial de ciclismo, el suramericano de natación, el suramericano de voleibol, la ‘Leonera Downhill’, la Copa América de Boccia; seremos sede de la Copa Americana de Baloncesto en silla de ruedas, subsede de los juegos Bolivarianos en tres meses, veremos el Summer Street Ride de BMX; todos son eventos internacionales.
Seguramente no tendremos unos Juegos Mundiales, eso solo se da una vez en la historia de la ciudad.

¿Qué inversiones piensan hacer en parques y escenarios deportivos?

Nosotros encontramos una ciudad con 583 escenarios deportivos comunitarios y 4 unidades de alto rendimiento. La ciudad se ha dedicado a construir escenarios deportivos y no ha previsto que hay que mantenerlos, incurriendo en un gran detrimento patrimonial. Nosotros no vamos a construir más, lo que vamos a hacer es mantenimiento o a complementar lo que hay. Hoy tenemos decenas de escenarios sin baños, sin accesibilidad para las personas con discapacidad o, incluso, techos. Todo eso hay que intervenirlo.

¿Qué pasa con las luminarias del Pascual Guerrero? Cada vez se ven más sombras en la cancha...

El estadio se intervino con recursos millonarios y, lamentablemente, el suministro de energía no fue remozado como el resto del escenario. Para mantener las luces del estadio se necesita contactar una fábrica en España porque son obsoletas. Hay 190 luminarias y hemos cambiado 100, hay 70 cercanas a cumplir su vida útil y otras 20 están fundidas.

Próximamente llega otra importación de 20 luces para no afectar las transmisiones de televisión, porque este no es un tema de que no se pueda jugar fútbol o que el espectador no alcance a ver, sino que las luces no tienen la potencia ideal para la transmisión. El arreglo total lo estamos trabajando en convenio con Emcali para cambiar la tecnología actual a luces LED, que cuesta alrededor de $1200 millones; este cambio se va a hacer este año y representa una baja sustancial en el consumo de energía y va a hacer que los apagones sean tema del pasado.

¿Y cuándo van a acabar los palcos de Oriental?

Ese es un tema complejo. Más que mirar ese tema ahora estamos en conversaciones con la Universidad del Valle para hacer un canje: la idea es que la Universidad se quede con la sede de San Fernando, que es del Municipio, y que el Estadio pase a manos de la ciudad para estar tranquilos en las inversiones que se puedan hacer. Una vez logremos aclarar la propiedad de los terrenos o tengamos la certeza de invertir sin que eso represente problemas legales o penales, podríamos mirar si invertimos recursos.

¿Cómo está la seguridad en el estadio?

Ese es un gran logro y Cali debe sentirse orgullosa. En Bogotá se está hablando de suspender a los aficionados que delinquen y de la biometría, algo que ya implementamos en la ciudad. Hoy, Cali tiene el estadio más seguro de Colombia, porque tenemos más de veinte detectores de metal, decenas de computadores comparando la identidad de la persona que ingresa con su huella digital; estos son elementos que pide la ley desde hace diez años y ninguna entidad se ha movido para proveerlos. La ciudad se movió a presionar esto porque queremos que las familias vuelvan al estadio y que esa ya no sea una actividad de valientes.

¿Usted tiene aspiraciones a la Alcaldía? En los corrillos se dice que está utilizando la Secretaría como trampolín para llegar a ese cargo...

En lo absoluto. A mí el alcalde Armitage me sacó de la casa, nunca pensé estar aquí porque siempre me moví en el sector privado. El Alcalde me convenció con Christine (Armitage) y otros amigos y personas afines dijeron que necesitaban una persona que conociera del deporte y trabajara con convicción por la ciudad. Yo quiero hacer mi trabajo bien y para eso no puedo pensar en el futuro, solo quiero acabar los cuatro años de este gobierno e irme para la casa.

Asuntos varios

Ustedes tienen trece programas deportivos, pero no son muy conocidos y, según algunos sectores, tampoco tienen mucho impacto...

Creo que lo de la divulgación es cierto, pero lo del impacto no, porque tenemos miles de personas beneficiadas con los programas. En ‘Carreras y caminatas’, uno de los proyectos, para cada carrera se agotan las inscripciones y participan entre 4000 y 5000 personas; tenemos arcos de llegada y salida, camisetas, hidratación.

El boom de las carreras, ¿qué rédito le está dejando al Municipio?

Salud. Podríamos ser de los mejores salubristas de la ciudad, porque estamos brindando a la comunidad una oportunidad de recrearse y dejar el sedentarismo. Esa es una de las grandes conquistas de las carreras de calle en el mundo: la masificación, con poca inversión en recursos, de la actividad física. Tenemos siete carreras gratuitas con las mismas condiciones de carreras privadas.

¿Qué tercerizaciones han acabado?

Hemos eliminado casi totalmente la tercerización. Estamos incorporando trabajadores directamente, porque esta Secretaría tenía 330 funcionarios administrativos para firmar contratos y tercerizar todo el presupuesto. Ese grupo de personal burocrático se redujo a 170 personas que están haciendo más de 3500 contratos este año (de enero a junio y de junio a diciembre), cuando lo máximo que hacía la Secretaría eran 1300 contratos. Estamos contratando más de 1700 personas que son especialistas en deporte, que son los que ejecutan los programas.

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