SALSA
Luto en la Salsa de Cali por la muerte de la melómana Esperanza Perafán Valencia
La abogada, melómana y coleccionista Esperanza Perafán Valencia, socia de Amigos del Son, dejó lista su tarea con Melomanitos, antes de llevarse su música al cielo. Perfil.
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25 de dic de 2020, 11:55 p. m.
Actualizado el 23 de dic de 2024, 04:34 p. m.
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Los melómanos y coleccionistas de salsa de Cali despertaron ayer, 25 de diciembre, justo un día antes de la versión número 29 de su encuentro en la Feria de Cali, con una triste noticia, la partida de una de sus más queridas aliadas, la abogada Esperanza Perafán Valencia.
Conocida en el mundo salsero como ‘La Señora Ley’, haciendo alusión al famoso tema del Conjunto Clásico, una de las guardianas y portadoras más importantes de la salsa de golpe en la capital salsera, empacó sus discos de acetato para llenar de música y sabor el reino de los cielos.
Aunque no le alcanzó la vida para participar en la transmisión del Encuentro de Melomanitos, el cual dirigió junto a Luis Carlos Delgado, dejó su tarea lista, antes de caer enferma de covid, el mismo que al sumarse a sus deficiencias vascular y pulmonar, precipitó su muerte, ayer a las 9:00 a.m.
“Que Esperanza no esté en estas actividades, será un duro golpe para los amigos y salseros, ella era una de las que le ponía alegría, sabor y entusiasmo al evento desde hacía más de 20 años, a veces acompañada de sus hijas y su hermana”, asegura Lorena Henao Loayza, directora del Encuentro de Melómanos y Coleccionistas de la Feria de Cali, quien lamentó, al igual que el alcalde Jorge Iván Ospina y el gerente de Corfecali, Alexander Zuluaga, la noticia de su fallecimiento.
La casa de la abogada y coleccionista de ritmos afroantillanos, socia de los Amigos del Son, fue sede de dicha asociación. Allí no faltaban los tornamesas y los discos, —tenía más 1200 elepés de ritmos afrolatino caribeños, como salsa, bolero, guaracha, guaguancó y son montuno, sin contar los muchos que regaló a amigos y seguidores—. Cuenta el periodista y melómano Ossiel Villada que en Cali, donde se presenta el fenómeno único de las reuniones rituales de melómanos, que no se da ni en Puerto Rico ni en Cuba, la casa de Esperanza era la casa del ritmo: “allí se juntaban a escuchar la música con un respeto y una ritualidad, llevaban incluso registros bibliográficos de cada encuentro, con fecha, hora, sitio y participantes”.
Su sobrina, la periodista Paola Gómez Perafán, quien heredó su amor por la salsa, recuerda sus invitaciones: “Sobrina, vamos a ir a ver a Los Lebrón? ¿Hoy viene Sammy Marrero, vas a venir a Melómanos? ¡Compra las boletas para ver a Bobby Valentín! ¿Ya me mandaste los papeles de Sammy (hijo de Paola y Guido Correa) para los Melomanitos? Me consiguieron el disco de Barreto ¿Te lo compro?”.
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En Facebook Paola le dedica unas sentidas palabras a su tía querida: “así es como hoy queremos recordarte, en tu alegría, en tu amor, en tu música, en tu salsa. Es el mejor homenaje que podemos hacerte... recordarte en lo que hiciste por tus hijas, tantos esfuerzos por verlas profesionales. Tía, a quien con cariño llamé ‘la Kardashian de la salsa’ por ese afán permanente de estar en todos los eventos y hacerte mil fotos con los artistas, con tus melómanas, con los salseros, gracias por todo lo que le diste a la cultura salsera de esta ciudad bella”.
Y agrega: “te vas un 25 de diciembre, cuando empieza en tu Cali la semana donde tanto disfrutabas y hacías en el Encuentro de Melómanos. Prometemos estar ahí el 27 de diciembre, en el Encuentro de Melomanitos, con tu sobrino nieto Samuel, programando en tu honor. Hasta siempre, tía adorada de mi alma, mi socia, mi amiga, la mánager de mi libro, la mujer valiente que luchó hasta el final”, publica Paola, en una conmovedora dedicatoria a su tía.
A propósito de Melomanitos, cuenta Luis Carlos Delgado que con Esperanza venían trabajando desde hacía varios meses. “Todo lo dejó hecho. Fue la encargada de recibir las documentaciones, estuvo en las audiciones, lo que verán tiene mucho de ella”, dice refiriéndose a las transmisiones del 27 al 30 de diciembre de Melomanitos, de 9:00 a.m. a 1:00 p.m. en CaliTV, EmcaliTV y en la página oficial y redes sociales de la Feria de Cali.
Delgado conoció a Esperanza hace 12 años, “por www.rumba&guateque.com y por su programa Señora Ley nos volvimos muy amigos, íbamos a muchas audiciones juntos, compartíamos tarima, en Amigos del Son siempre aportó su sabiduría, trabajaba en pro del grupo. De gran calidad humana. El mundo salsero de Cali está golpeado, estamos pensando en hacerle un homenaje y le haremos muchos más”.
Esperanza tampoco pudo asistir a otra cita: ‘La Audición, Melómanos de Telepacífico’, de la cual iba a ser hoy la protagonista. ‘Querido amigo, tengo Covid. Hoy me salió positivo. Te ofrezco mis disculpas por no poder acompañarte en tan magno evento. Gracias siempre por contar conmigo, Dios te bendiga. Cuídate”, le escribió el 16 diciembre a Oscar Jaime Cardozo, para disculparse por no poder asistir a su programa en el canal regional. Y hace cinco días le envió un audio en el que le decía: “Gracias, peladito, te quiero mucho”. “Hace dos semanas vino a mi casa para hacer la preproducción y unas imágenes de apoyo de los elepés de los que iba a hablar: uno de Willie Rodríguez, otro de La Terrífica y otro de Flamboyán”, dice Cardozo.
Para este investigador y coleccionista, ella “emanaba un espíritu maternal, todos, desde los más jóvenes hasta los mayores la admirábamos y queríamos mucho, siempre tuvo para todos un abrazo, una frase bonita. En el coleccionismo fue una hormiguita, le encantaba reunirse con la gente, sentirse querida y expresar su cariño”.
Tuvo tres hijas, dos gemelas: Ana María (licenciada en preescolar) y Marcela (médica), y su hija mayor Carolina (médica también) quienes heredaron su gusto musical, ellas la acompañaban a sus citas melómanas, en las que muchas veces se encontró con el periodista Ossiel Villada, quien siempre la saludaba con la frase: ‘Donde hay salsa hay Esperanza’”. Para él: “si bien con el auge de las redes sociales se han dado a conocer muchas mujeres melómanas, hijas de la generación digital, Esperanza venía desde hace años difundiendo, promoviendo y enseñándole a nuevas generaciones, sin contar aún con las herramientas tecnológicas”.
Dice Ossiel que “ella no era tan afín a la timba cubana, la movía más la salsa de esquina, la que se escuchaba en los barrios de Cali. Sabía de música de la vieja guardia, guaracha, son, danzón y montuno. Le gustaba el bolero. Admiraba la percusión, los metales de la Sonora Matancera. Te daba datos de fechas de discos y cantantes y no le notabas una pizca de vanidad, era humilde, respetuosa. Esperanza estaba en todas partes donde hubiera salsa, en un encuentro, una rumba, una charla o un concierto y donde suena la salsa, hay una esperanza que nos llena el corazón de fe en el futuro y en la vida“.
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