Los jóvenes que se convirtieron en los 'guardianes' de la salsa en Cali
En Cali, un grupo de jóvenes apasionados por la salsa creó una comunidad digital llamada Salsa sin Miseria, con el fin de no dejar acabar este género tan característico de la capital del Valle.
En Cali, un grupo de jóvenes apasionados por la salsa creó una comunidad digital llamada Salsa sin Miseria, con el fin de no dejar acabar este género tan característico de la capital del Valle.
La descripción de la página en Facebook termina con este párrafo: Así que si a vos se te van los pies cada vez que suena un tema, sentite bienvenido; y como diría Pablo Lebrón: «¡póngase usted a bailar, que nosotros llegamos!».
Se trata de Salsa sin Miseria, una comunidad digital caleña con una invitación abierta para que quien lo desee se adentre en el universo de la salsa, y no solo bailando. Este domingo cumplirán cinco meses de haber llegado.
Sergio Valdés Martínez, uno de los promotores de esta iniciativa, cuenta que la idea nació hace un par de años en medio de la rumba caleña, de los sitios que frecuentaba con sus amigas Diana Vargas y Stephanía López; en una noche de salsa, de mucha salsa, salió a flote una frase que utiliza el papá de Stephanía a la hora de referirse a la actitud de gozarse la fiesta en alma y cuerpo, de dejarlo todo en el disfrute del género musical: salsa sin miseria.
Sergio, entonces, seducido por el poder de las palabras, le dijo a sus amigas que algún día podrían utilizar esa frase: La idea nos quedó rondando y en enero de este año dimos el salto, nos sentamos juiciosos a estructurar, con cuaderno y lápiz, qué íbamos a hacer. Ese mismo mes nació la comunidad digital que bautizamos con ese nombre, recuerda él, de 23 años y computador en mano, mientras revisa la primera publicación bajo el rótulo de Salsa sin Miseria.
El post, básicamente, fue la descripción de la comunidad, acompañado de una imagen con una frase salsera y el logo del grupo. Y como ya lo habían previsto, el primer comentario de un seguidor fue una pregunta: ¿Por qué sin miseria? ¡Porque el sabor y la gozadera no deben escatimarse!, le respondieron. Luego otro seguidor complementó: sin miseria es una expresión del Pacífico que llama a hacer las cosas de buena gana y sin reservas.
En Salsa sin Miseria tenemos un único fin: adentrarnos en la gozadera y explorar el sentir salsero desde diferentes perspectivas... Buscamos crear un espacio que gire en torno a las experiencias que se originan en la calle..., explica en Facebook, otro tramo de la descripción.
Los cocinerosEn Salsa sin Miseria a los integrantes se les dice cocineros, como una manera de explicar que son los encargados de preparar todo el contenido con el que se alimenta su comunidad.
Hoy son cuatro. Todos jóvenes amantes de la salsa (unos de Cali y otros de Palmira) y cada uno con un perfil profesional distinto al servicio de la página. Ellos, por supuesto, tienen seudónimos, como los utilizados también por los artistas del género.
Sergio, profesional en Mercadeo y Publicidad, se hace llamar Izzy, como el maestro de ceremonias de Fania All-Stars, quien también diseñó varias carátulas de los álbumes de la agrupación. Sergio, en consonancia, diseñó el logo de Salsa sin Miseria.
El toque femenino lo pone Stephanía López, más conocida como La Monina. La Monina es rubia, publicista y tiene 27 años. También una familia a la que no solo le debe la herencia capilar, sino una que se le sale en el hablado y en la rumba: su familia disfruta la salsa en familia y cuando lo hace, lo hace sin miseria, así como dice su padre. La Monina, dice Sergio, es la cara del chuzo porque encaja en el perfil del caleño gozón tradicional: en su casa hay campana, bongó y discos vinilo.
Junto a ellos está Junior Adilson Pantoja, Sanserení, que como en la canción de Ismael Rivera, es el que le pone la sabrosura a la fiesta. Pero también la poesía que nutre a la comunidad digital: Sanserení, tiene 26 años y es literato.
El integrante más nuevo es Cristhian Rodríguez, un diseñador de 25 años al que le dicen Perico Macoña porque, ama esa canción de Ángel Canales.
Hasta ahora, el proceso con Salsa sin Miseria ha funcionado bien, dicen todos. En Facebook, por lo menos hasta ayer, tenían 7112 seguidores. Es muy chévere que personas muy conocedoras de la salsa, como melómanos y músicos, nos den el visto bueno. Y nos digan que tenemos el sentimiento salsero, que entendemos el discurso y que lo sabemos transmitir. Así también nuestros familiares, amigos y jóvenes, dice Sergio.
En esencia, Salsa sin Miseria se dedica a promover la historia musical del género, saliéndose de los convencionalismos de una búsqueda virtual, donde al teclear el título de una canción o el nombre de un artista, un motor bota datos sin ritmo, sin música. Y para eso todos los días tienen una programación distinta que varía a través de diferentes líneas de contenido. Hace dos días, por ejemplo, para recordar el décimo aniversario de Los Hermanos Lebrón, postearon: María Lebrón confirmó que la cadencia, el estilo y la sabrosura son cuestiones de familia. ¡Aquí les dejamos este trabajo a blanco y negro... Y el enlace de la canción Para mí un perdón. Cada día, Salsa sin Miseria cuelga de uno a tres posts.
Y eso, a lo que se dedican, era la idea desde un principio: Servir de puente generacional para preservar una cultura que se baila, se canta y se goza en Cali, coinciden todos.
Antecedidas del numeral o etiqueta que identifica el universo virtual, algunas de las secciones que promueven son #DiccionarioSalsero, #LosSalserosAndanDiciendo, #SeBuscaUnRumbero y #PuraPasta. En cada una de ellas se rescatan términos, fechas, dichos y datos que enriquecen y aportan al conocimiento. Hoy, por ejemplo, para no ir más lejos, si se da una pasadita por la página, es #ViernesdeSalsa
En Facebook se puede encontrar la página como Salsa sin Miseria. En Twitter e Instagram como @SalsasinMiseria. O puede escribir al correo salsasinmiseria@gmail.com