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Informe: con la Cumbre Mundial de Alcaldes, llegó la hora de los afrodescendientes

A 20 años de expedida la ley de negritudes, el espacio social para los afrodescendientes está más abierto. Están en el gobierno, la empresa, las letras y las artes. Ahora tienen en Cali su Cumbre Mundial de Alcaldes.

8 de septiembre de 2013 Por: Luiyith Melo García | Reportero de El País

A 20 años de expedida la ley de negritudes, el espacio social para los afrodescendientes está más abierto. Están en el gobierno, la empresa, las letras y las artes. Ahora tienen en Cali su Cumbre Mundial de Alcaldes.

Lo que encontró Ubeimar Delgado cuando llegó a la Gobernación del Valle, como se sabe, fue un barco a la deriva en medio de una tempestad administrativa y financiera que no se vislumbraba cómo afrontar.Tampoco sabían el Gobernador y su equipo de asesores que iban a encontrar en un afrodescendiente la luz necesaria para enderezar el rumbo. El negro Giovanni Ramírez, un ingeniero industrial curtido en las terapias financieras empresariales, tenía la fórmula para reanimar las rentas regionales, proponer un nuevo rumbo de la Industria de Licores del Valle y darle respiro a las finanzas de Infivalle.A Ramírez pocos le creían y él tampoco estaba interesado en ser el protagonista de la película. Pero hizo su papel tras bambalinas. Entregó sus recetas y se recogió en su asesoría fiscal, casi anónima. Las rentas regionales están mejorando este año, la Licorera de Caldas no va más con sus inventarios de aguardiente en el Departamento y el Instituto Financiero del Valle está cauterizando unos bolsillos que tenía rotos en el fondo.Ese tipo de cosas, para los afrodescendientes, casi un millón que hay en el Valle, es el mejor aporte que pueden hacer a la sociedad. Lo dice Jesús María Lucumí, presidente de la Asociación Afrocolombia Viva. Lo cree Rosalba Castillo, líder de la etnia en el departamento. Ramírez ha sido la ‘materia gris’ a la sombra de las finanzas del Valle, como lo reconoció un alto funcionario de la Gobernación; sin aparecer, es quien ha diseñado un rumbo para el fisco.Al funcionario le está tocando hacer el trabajo técnico para poner la casa en orden, porque -dicen- el gobernador Delgado y el secretario de Hacienda, Juan Manuel Obregón, reconocen en privado en él a un hombre serio y clave para la recomposición fiscal del Valle.Hoy está al frente de la Secretaría de Asuntos Étnicos del Departamento y el 8 de julio el gobernador lo encargó de la gerencia de Infivalle. Es uno de los ‘minutos’ que componen la actual hora afro. Un técnico llegado del sector privado que manejó los recursos humanos y las finanzas de una prestigiosa multinacional de gaseosas en Cali durante 19 años, y en los últimos diez estuvo en la Dirección Técnica de la Contraloría de Cali ante el sector Salud. Allí una auditoría técnica suya destapó el escándalo de Calisalud, la EPS del Municipio que finalmente entró en liquidación.Pero aún faltan minutos para la hora afro. Jorge Édison Portocarrero -ex candidato a la alcaldía de Cali y tal vez el único afrodescendiente que ha ocupado cargos locales de primer nivel en los últimos años, como la Contraloría de Cali-, sostiene que “es necesario avanzar en políticas de Estado que generen mayor número de oportunidades para la gente de raza negra en los distintos estamentos, sobre todo en acceso al poder”. En la práctica esto no existe, asegura, porque el único alto funcionario que hay en el gobierno regional es el Secretario de Etnias por derecho propio. Sin embargo, asegura que debería haber un afrodescendiente por méritos propios en cargos de decisión como el Ministerio de Hacienda o Gobierno. “De hecho, yo prefiero al actual Secretario de Etnias en Infivalle porque esa es su competencia ya que es un experto financiero de alto nivel y ahí los negros nos sentiríamos mejor representados”, expresa Portocarrero.Tiempo de los negrosRosalba Castillo cree que este es el tiempo de los negros y la Cumbre Mundial de Alcaldes Afrodescendientes que se realizará esta semana en Cali no es casualidad. La hora va llegando. En la política, en la empresa, en la justicia, en la academia, en el arte y la inclusión social. En todas la áreas hay negros talentosos e importantes, al menos más de los que había hace 20 años cuando se expidió la Ley 70 sobre negritudes en Colombia.No es una ley de cuotas -como la de las mujeres- porque los negros no tienen cuotas en el gobierno, pero les abrió el camino para que sus derechos humanos y legales sean reconocidos. Fruto de ello se han expedido 132 títulos colectivos de comunidades negras en 4,7 millones de hectáreas por el Incoder. Eso es un avance.Se ha logrado también que el 4 % de los estudiantes de universidades públicas como la del Valle sean afrodescendientes. Hoy 400 de ellos estudian en Univalle en condiciones especiales.Pero Óscar Maturana, abogado y escritor de la etnia, cree que eso es muy poco para un grupo racial que, según él, hoy constituye el 25% de la población colombiana, aunque el censo de 2005 dice que los negros en Colombia son 4.273.722, es decir, el 10.52 % de la población.“El problema de la exclusión no es que nos digan negros o que no nos dejen entrar a una discoteca por ser negros, sino que nos den las mismas oportunidades en igualdad de condiciones que a las demás personas”, advierte el académico. En efecto, un estudio del Dane en 2009 reveló que los indicadores de la población afrodescendiente en Colombia están por debajo del resto de la gente. Por ejemplo, el ingreso per cápita de los hogares afro es de US$95,2 mientras que el de los no afro es de US$115.7. De igual manera, el ingreso laboral es US$237 para los afros y de US$278,9 para no afros. Y el desempleo en la población negra colombiana alcanza el 16,4 % frente a 11.4 % para los no afros.Los ojos con que hoy se miran a los afros son distintos. Se ha avanzado en su inclusión. Y muestran méritos como Giovanni Ramírez para cosas mayores. Pero el tiempo de los afro apenas está llegando.Del deporte al trabajo socialJesús María Lucumí es uno de los más veteranos luchadores por la inclusión social de los afro en Cali. Es el director de la Fundación Afrocolombia Viva, una entidad que trabaja por poner en vigencia los derechos de las comunidades afrodescendientes en el país. Corrió siete vueltas a Colombia entre 1955 y 1966. “He sido el único negro que ha corrido una vuelta a Colombia”, comenta. Luego se dedicó a las causas afrodescendientes, dice, porque de muy pequeño quería ser monaguillo en Popayán, su ciudad natal, pero el cura le puso la mano en la cabeza y le dijo: no puedes ser monaguillo porque eres negrito.“Eso me dejó marcado. Y empecé a interesarme por el tema de nosotros los afrodescendientes”.Lucumí se convirtió en uno de los activistas más destacados de la región y promueve la recuperación de la memoria histórica de su raza y la promoción, defensa y protección de los derechos de los afrodescendientes ante las instancias oficiales. Dice que, por fortuna, la actual Secretaría de Asuntos Étnicos está apoyando la etnoeducación para la población afrodescendiente, porque en nuestra fundación estamos convencidos de que la formación étnica es el espacio donde nosotros entendemos quiénes somos a nivel étnico y cultural.La cátedra está implementada a nivel legal, pero falta desarrollarla. La lucha de Lucumí es lograr su implantación.Mujer de emprendimientoMaría Teresa Colorado, es propietaria de la empresa Uniformes del Sur. En realidad es un conjunto de pequeñas empresas familiares que confecciona y provee uniformes para pequeñas, medianas y grandes compañías del país. Hace 24 años decidió volverse empresaria. “Uno siempre tiene miedo a quedarse rezagado, invisibilizado y decidí emprender mi negocio”, afirma.Estudió diseño de modas y decidió incursionar en la confección de uniformes. Lo curioso es que pese a que ella tiene su sede empresarial en el barrio Belalcázar, decidió ayudar a sus empleadas a que también pongan su propia empresa. “Yo las capacito, ellas salen, se consiguen dos máquinas, van a su casa y trabajan desde allá. Yo les mando el trabajo y ellas derivan su sueldo”. Pero lo más importante es que, de esta manera, están en casa cuidando sus niños para que no se pierdan en el abandono, “porque la experiencia que me tocó vivir fue dejar mis hijos solos para ir a trabajar y eso me impulsó a ayudar a otras mujeres a que no les pase lo mismo”, dice María Teresa.Así, esta empresaria oriunda de Puerto Tejada, ha formado cinco mujeres que trabajan con su empresa en sus casas, aparte de otro grupo de talleres satélites que hacen sinergias con Uniformes del Sur.Un afro pintor del cuerpo Yaír Moreno Escobar (‘Yamore’), es un artista singular. Es un pionero del ‘body painting’ en Cali, la disciplina de la pintura corporal que se ha abierto camino en el mundo del arte y la belleza contemporánea. Es un arte del cine. Un prestigioso gimnasio lo utilizó con algunos fisiculturistas en un Exposhow para resaltar músculos y líneas del cuerpo y causó sensación. ‘Yamore’ se dedica a eso, a pintar cuerpos, a resaltar líneas, a cumplir fantasías artísticas de hombres y mujeres que se enfundan en otro personaje por unas horas, porque la pintura es lavable.A este arte llegó después de dedicarse al dibujo, a la caricatura y a pintar murales. Fue una forma de aparecer sin dar la cara porque era muy tímido. Sus hermanos estudiaron medicina, arquitectura y administración de empresas, pero él prefirió el lápiz y el color. Su madre lo apoyó y hoy es un artista de éxito patrocinado por una firma europea. La cultura afro está muy enfatizada al folclor y la música. Lo mío es más gráfico, dice. El ‘body painting’ es como enfundarse en otra piel como si fuera otra ropa sin serlo, afirma. Lo están usando grandes cadenas comerciales en el lanzamiento de campañas publicitarias y productos.La fiesta del Halloween es una de las fechas en que más demanda tiene su arte, porque muchos prefieren un disfraz pintado en la piel, que una máscara tradicional.Un fiscal amante de las letrasÓscar Maturana es abogado de profesión, oriundo de Istmina, Chocó, y radicado en Cali. Ingresó a la Fiscalía Seccional por concurso de méritos hace 18 años. Pero su segunda profesión son las letras. Es poeta, escritor, historiador y participa en el proceso del movimiento social afro, sobre todo desde la parte literaria. Tiene cinco libros publicados sobre esta lucha y temas jurídicos: ‘Bolívar y el despertar negro’, ‘Recuerdos del litoral’, ‘La antijuridicidad en el peculado’, ‘El color de la justicia’ y ‘Afrodescendientes en la independencia’. Ahora está escribiendo un texto sobre el compromiso social de la poesía afrocolombiana. En su última obra narra la participación de la comunidad negra en las guerras de independencia de todo el continente americano, desde Norteamérica hasta Argentina. “Existen historias locales y regionales, país por país, pero no había un compendio de todo el continente”, precisa Maturana.Explica que “la historia de la comunidad afroamericana inicia con la esclavización y termina con la abolición de la esclavitud y parece que allí nos volvemos invisibles los afro. Nosotros hicimos la independencia y no figuramos en los textos de historia porque esta la escribieron los escritores oficiales”, dice.De hecho, se dice que en el Ejército libertador, el 70 % de los soldados eran afros, negros, mulatos y zambos. "Mi aporte es resaltar ese papel", según afirma.

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