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Este es el drama de 17 municipios del Valle por incendios forestales

Verano extremo, unido al fenómeno de El Niño, empeoraría situación. Valle del Cauca suma 1800 hectáreas calcinadas.

6 de septiembre de 2015 Por: José Luis Carrillo Sarria / Reportero de El País

Verano extremo, unido al fenómeno de El Niño, empeoraría situación. Valle del Cauca suma 1800 hectáreas calcinadas.

En junio inició   la temporada de incendios forestales  para Cali y el Valle, los vientos de agosto la atizaron, y aunque se esperaba un respiro para septiembre, el fenómeno de El Niño la prolongaría hasta marzo de 2016.

Desde  la Plaza de San Francisco los caleños ven cómo arden los cerros, desde Menga hasta las Banderas, también cómo surcan Terrón Colorado.  Según el Cuerpo de  Bomberos  las conflagraciones    inician en el Norte y terminan en el Sur, pero  temen que este año  se prolonguen hasta zonas de protección en Pance.

En el resto del Valle el panorama no es mejor. En  16  municipios, al igual que en Cali,   se encuentran decretada la  alerta roja  por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam). Dos ya están bajo la figura de calamidad: Yumbo y Florida.

En este último, no habían  controlado las llamas que devoraban más de 700 hectáreas  de bosque y en el territorio yumbeño la semana pasada, una conflagración en el corregimiento de Dapa  arrasó en cinco días con 500 hectáreas, cifra alarmante si se tiene en cuenta que en Cali durante todo este año van  438 hectáreas afectadas en 745 conflagraciones.  

Además este viernes, en Dagua, se registró la primera víctima en el Departamento.  Una mujer  de 45 años de edad falleció bajo  las llamas en un incendio forestal. Un bombero y un civil también   resultaron heridos.

A  15 metros de perder el hogar 

Don Luis Emilio Monsalve sintió cómo las llamas de 15 metros de altura lanzaban fogonazos de calor hasta su finca en el sector de Dapa  (Yumbo). El fuego se acercaba como una avalancha sin control, alimentada por ese ventarrón que sube desde el cañón. 

Resignado se sentó en un tanque de agua y vio como una ardilla subió hasta la copa de un árbol de mango donde finalmente fue atrapada por las llamas. “Entonces lloré, y con las  lágrimas llegó la descarga de agua que   mojó  la casa”. Don Luis está  convencido de que eso evitó que su finca se quemara. El incendio se sofocó a escasos 15 metros. 

Lo sucedido en Dapa es  muestra de cómo los incendios afectan el Valle, donde  28 de los 42 municipios  registran conflagraciones  que han incinerado  1380 hectáreas de bosque (sin contar Cali), un área similar al área urbana de Tuluá.  

“En las últimas dos  semana  se quemaron casi mil hectáreas, la misma superficie afectada durante todo el año en el Valle del Cauca”, explica Mauricio Castro, del Comité Departamental de Prevención de Desastres.

Estas  emergencias también revelan la difícil situación económica de los cuerpos de bomberos del Valle. En algunos municipios los recursos para los organismos de socorro no superan ni los tres millones de pesos.  “No hay dinero. En nuestras bodegas no tenemos mayor cosa. Desde la Gobernación despachamos unas colchonetas para los bomberos de Florida y estamos pidiendo al Gobierno Nacional combustible para los vehículos. De seguir así tendremos que declarar la calamidad pública en el Valle para lo que se  viene. Eso quiere decir, destinar recursos de otros rubros para atender las emergencias. Pero la gestión se complica porque estamos en Ley de Garantías por las elecciones”, sostiene Castro.

Rodolfo Paredes, comandante del Cuerpo de Bomberos de Pradera y presidente de  Asobomberos Valle, explica  que, salvo Cali, Palmira, Buga, Cartago, Tuluá y Buenaventura, los  municipios del Valle no  tienen dotación de uniformes para incendios forestales. “De los 3400 bomberos del Valle al menos 850 deberían tener uniformes  forestales, es decir, un traje por cada cuatro bomberos.  Eso sin contar las máquinas  y  dotación básica como batefuegos y machetes ”.

Señala que los alcaldes deben tomar conciencia de que los fondos municipales para la gestión del riesgo tienen que estar activos porque las cifras son irrisorias. “Los alcaldes son pusilánimes para afrontar las emergencias. Falta voluntad política y que el Departamento los presione”, manifiesta.

Provocando incendios

Los principales generadores de incendios forestales en Cali son los humanos,  provocan  el  99 % de los casos. Unos los ocasionan   fascinados por el ‘show’ de las llamas, otros, por descuido y  un porcentaje incuantificable los desatan  por acceder a un pedazo de tierra.

John Fitzgerald Rodas, oficial del Cuerpo de Bomberos de Cali dice: “Los que andamos entre   los incendios somos los bomberos y sabemos que muchos de ellos se originan para tratar de invadir. Aunque hay personas que lo niegan”.

Sostiene que  prueba de ello es el sector de   Menga,  zona  donde se registra la mayor cantidad de  incendios forestales en Cali  y    desde hace diez años allí han aumentado los  asentamientos subnormales. “Hay una relación entre  el número de incendios y el crecimiento de invasiones”, manifiesta Rodas.  

Entonces los bomberos llegan para apagar el incendio en Menga y a la semana siguiente, los organismos de socorro se encuentran con que la zona  donde se presentó  la conflagración  fue ‘loteada’ con guaduas, postes, líneas de piola y cambuches. “Muchos de los asentamientos subnormales de la Comuna 1 están bajo predios  afectados por incendios forestales. La gente necesita limpiar rápido. Es más fácil meterle candela que  talar  para invadir”.

Este año en la Comuna  1, donde se encuentra Menga, se han registrado  120 incendios forestales,  le sigue la Comuna 2  con 76.  

El bombero Rodas comenta  que en el mes de junio, en las  Tres Cruces y Montebello, la gente tenía pretensiones de invadir y todos los días se registraban incendios. “Era muy palpable. Allí estaba la gente metiéndole candela, construyendo cambuches. El grupo antidisturbios de la Policía fue en varias ocasiones para desalojar. En el  sector se  encuentran marcas de incendios y  de lotes”.

La situación también se estaría trasladando a la Comuna 17, en la zona de expansión de Cali, donde este año se atendieron 66 incendios. 

Otro  fenómeno que los bomberos notaron en las últimas semanas, pero que aún no se atreven a confirmar, es que algunos incendios serían ocasionados para que las máquinas extintoras lleven agua hasta los sectores donde actualmente se presentan racionamientos del vital líquido. 

“Atendimos un llamado de incendio en la  ladera y la misma comunidad, con tarros en mano, nos detuvo y exigió que le diéramos el agua que llevábamos en el camión”, cuenta el bombero Rodas. 

Lo que se pierde en un incendio

Cerca de 25 años se tardarán las 500 hectáreas de Dapa, incineradas el pasado fin de semana,   para  recuperar la vegetación y la fauna. Además del daño ambiental, también se generan pérdidas monetarias. “Estimamos  que para sofocar  este incendio se invirtieron cerca de $300 millones”, explica Germán Páramo Cuéllar, sargento del Cuerpo de Bomberos de Yumbo. 

Por su parte, el comandante del Cuerpo de Bomberos de Cali, Roberto Duque,  expone  que  una hora del helicóptero con el bambi bucket tiene un costo aproximado de  $14 millones. 

“Apagar un incendio de diez hectáreas  puede costar $50 millones,  pero el daño ambiental es imposible de cuantificar. Armadillos, zorros de monte, guacharacas, ardillas, reptiles no pudieron escapar o se trasladaron a otros sectores.  Todo esto se evitaría si la gente tuviera más conciencia ”, concluye Duque.

Así se  preparan para lo que se avecina En diciembre   entrarán 100 bomberos nuevos a reforzar el pie de fuerza en Cali, adicionalmente con el Ejército están preparando, como apoyo, a 50 soldados  en temas de contingencias en incendios forestales. En un mes estarían preparados.  Desde este domingo, la Escuela de Bomberos empezará  jornadas de capacitación en la zona rural de Cali para educar en prevención de incendios forestales. “Visitaremos  todos los corregimientos de la ciudad para crear redes de información y apoyo, la idea es que tengan buena información y nos ayuden a prevenir”, explica Rafael Palomino, jefe de la Escuela de Bomberos, quien sostiene  que aspiran a  capacitar a más de 300 personas. A los habitantes de la zona rural   se les solicitó hacer rondas de despeje de maleza, al menos de 20 metros, alrededor de los hogares y de esta manera protegerlas de futuros incendios forestales. 

Cámaras vigilantes  

Cinco cámaras,   que detectan el calor, vigilan el 60 % de los cerros de Cali. Su valor fue de mil millones de pesos. Según los bomberos, dichos equipos han facilitado atender con más prontitud  las emergencias.

 

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