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Según el Dagma, en el humedal hay alrededor de 30 patos, los cuales habitan en hacinamiento, ya que el espejo de agua del ecosistema es pequeño para tal cantidad de animales. La entidad también advierte que estos patos ponen en peligro la diversidad biológica nativa. | Foto: José Luis Guzmán / El País

DAGMA

El nuevo conflicto ambiental del Sur es por patos, ¿qué hay detrás?

Habitantes de la Comuna 22 se quejan por anuncio del Dagma de entregar animales en adopción.

17 de octubre de 2019 Por: Redacción de El País 

El anuncio de una jornada de adopción de los patos que habitan en el humedal El Retiro (Calle 20 con Carrera 118) tiene alarmados a algunos vecinos de este sector de la Comuna 22, que temen un posible maltrato de los animales.

Jackeline Ceballos, habitante de la zona, señaló que el tema no ha sido ampliamente socializado y lo único que conocen es un oficio del Dagma, que recibieron los administradores de los conjuntos residenciales aledaños al lago, donde se afirma que los patos son especies invasoras y no deben habitar el humedal.

“Estamos con mucho dolor por esta situación, puesto que el lago de los patos (como se le conoce popularmente) se llama precisamente así por la presencia de estos paticos, son el encanto de este lugar, entonces pedimos que se respeten estas vidas, no queremos ver ese espectáculo doloroso que los retiren de allí”, dijo la señora y añadió que hoy el Dagma citó a la comunidad en el lugar.

A su vez, Ruth Pantoja, otra vecina del lugar, añadió que si el Dagma no desiste de la medida, los patos se deben trasladar a un hábitat donde se garantice su bienestar, “aunque no queremos que los patos salgan de aquí, no se puede imaginar el lago de los patos, sin patos”.
De hecho, en el humedal hay señalización que advierte la presencia de los patos y los vehículos transitan con precaución, pues estas aves también atraviesan las vías.

“No podemos pensar en repartir los paticos, porque no sabemos a dónde irán a parar, si a una casa, si se los van a comer, si los van a llevar a un apartamento, sería terrible, eso es atentar contra las normas que protegen los animales, que son seres sintientes”, precisó Pantoja.
Por su parte, Luz Marina Rojas, quien recorre a diario el humedal para pasear a sus mascotas, manifestó que es pertinente realizar un control de los patos, “que a veces están hacinados en el lago”.

“Es bueno que los lleven a otra parte para que los que queden allí tengan más espacio y una mejor calidad de vida... los excrementos de ellos en todo el camino y en el lago contaminan otras especies y también se contamina mucho el lago porque ellos hacen sus deposiciones ahí”, aseguró Rojas.

Ante los reclamos, Mónica Londoño, líder del Grupo de Conservación de Ecosistemas del Dagma, aseguró que los patos no serán trasladados hoy, aunque ya hay unos posibles adoptantes, y lo que se hará es una jornada educativa. La ingeniera explicó que el retiro de los patos es necesario porque se trata de una especie doméstica que ha sido introducida por el hombre en ese ecosistema, generando diversos impactos.

Asimismo, precisó que no se hará una erradicación de los patos, sino un control. Actualmente hay alrededor de 30 de estas aves contabilizadas y, para evitar la sobrepoblación, se dejarían entre 5 y 10 en el humedal.

“Los patos nos pueden afectar la llegada de aves migratorias y los animales que son propios del ecosistema, también son animales que pueden traer enfermedades. Lo que hemos identificado es que la gente los tiene en casa y van y los tiran al humedal cuando ya no los quieren, es lo mismo que nos ha pasado con las babillas”, indicó Londoño.

En el oficio que recibió la comunidad, el Dagma también enumera los siguientes impactos generados por los patos: alteración de la calidad del agua debido al aumento de carga orgánica depositada; transmisión de enfermedades a la fauna y a los humanos, que podría darse por los agentes patógenos y parásitos introducidos con las especies invasoras; daños al talud del humedal, el cual se ha erosionado gradualmente, resultado del picoteo de los patos en busca de alimento.

La líder de Ecosistemas del Dagma precisó que la existencia de los patos en este humedal es de hace cuatro o cinco años: “la visión humana es que un lago necesita patos, pero este no es un lago, es un ecosistema de humedal que no podemos perturbar con especies domésticas y como autoridad ambiental nuestra misión es la recuperación del ecosistema. Hace algunos años, antes de los patos aquí habíamos avistado especies asociadas al humedal (ver recuadro), que han ido desapareciendo”.

Finalmente, el Dagma precisó que los patos se darán en adopción con un acta de entrega y a personas que tengan las condiciones para su tenencia, por ejemplo, podrían ir a lagos de haciendas.

Otros impactos

  • En el humedal también se ha identificado disposición de alimento procesado y en descomposición.
  • La presencia de los patos perjudica fauna como las iguazas, pollas de agua, galli- nuelas, el pato aguja y el carrao, entre otros. “Algunas aves asociadas a este humedal son muy tímidas y cuando les llega un pato que es más grande, canta más duro y es muy territorial, lo que hacen es alejarse”, dijo Londoño.

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