Cada vez que a Alez Guerrero, líder social de Siloé, le preguntan cómo acabar con la violencia y generar un cambio social en la Comuna 20, su respuesta es contundente y corta: educación.
Bajo esa premisa inició un activismo social desde el año 2010 para terminar con las pandillas en esta zona de ladera y, por ende, disminuir la tasa de homicidios.
Según relata, la tarea no fue nada fácil. Primero recorrió las angostas calles de los 11 barrios que componen la Comuna 20 para tener acercamientos con las pandillas; segundo, se dio cuenta de que muchos de esos jóvenes no querían ese estilo de vida y que la mayoría no sabía leer ni escribir; tercero, buscó aliados y, con una convicción que sobrepasa su 1,55 metros de estatura, consiguió recursos económicos para iniciar un programa educativo de bachillerato por ciclos.
Tan solo en la previa del proyecto se demoró cinco años. En el 2015, y luego de batallar contra la incredulidad de los jóvenes, se dictó la primera clase de bachillerato y primaria por ciclos en el colegio Abriendo Caminos, institución aledaña a la estación Brisas de Mayo del MÍO Cable.
En ese largo camino encontró aliados: una empresa privada que aportó recursos económicos; apoyo de la Fundación Centro Educación del Movimiento (Funcem); el plantel educativo donde se desarrollan las clases y orientación de Metrocali y Cable Aéreo de Manizales.
En esta última compañía, que regula la operación del MÍO Cable, Alez trabaja desde 2010, cuando inició la construcción del transporte aerosuspendido.
“Yo trabajaba en Almacenes la 14, y cuando comenzaron con la idea de la construcción del MÍO Cable me llamaron para que socializara el proyecto con la comunidad, porque toda mi vida he residido aquí y tengo un reconocimiento entre la gente. Una vez acepté el cargo como coordinador logístico de proyección social del Cable Aéreo de Manizales empecé a recorrer las calles y a entender que siempre habíamos hecho las cosas mal para acabar con la violencia”, cuenta.
Recuerda que en sus años como pandillero, por allá en los 80’s, siempre la solución planteada por las entidades sociales y públicas para terminar con la violencia en Siloé fue la de otorgar oportunidades laborales, pero pocas se centraban en la educación que, según él, es la única capaz de generar un cambio verdadero.
Cuando echó a andar su proyecto educativo, las clases iniciaron con 10 personas, número que rápidamente se multiplicó.
Con cada nueva clase el sueño irrealizable se desvanecía y le daba paso a un proyecto real, que solo tenía como sustento las ganas de superación, pequeñas libretas, viejos pupitres y el deseo de aprender. En todos esos factores reposaba la esperanza de acabar con la violencia.
Tanto fue el impacto de esta iniciativa que el pasado sábado 1 de julio se graduaron de bachillerato 96 jóvenes y adultos, pertenecientes a la primera promoción. 500 personas más están estudiando para obtener ese título. El proyecto creció significativamente.

Alez Guerrero, más conocido como ‘El enano’ fue uno de los graduandos.
Especial para El País
Lo Paradójico es que Alez hacía parte de los graduandos, su revolución educativa la realizó desde el empirismo. A sus 42 años obtuvo su título de bachiller.
“Necesitábamos que la gente cambiara, yo quería que los jóvenes salieran de las esquinas porque es la única posibilidad de cambiar la imagen de Siloé”, afrima.
Agrega que el proyecto, aunque fue su idea, no lo ejecutó solo. La iniciativa creció y otros líderes sociales se vincularon para aportar su grano de arena en la lucha para acabar con la violencia en este sector de Cali.
“Cuando Alez me comentó del proyecto me interesó inmediatamente, iniciamos los trabajos y no fue fácil, pero mire ya dónde vamos: 96 personas graduadas y otras 500 estudiando. Esto es algo increíble porque siempre que se quiere intervenir en una comunidad vulnerable lo hacen con ayudas económicas y comerciales, pero todo eso se acaba, sin embargo la educación empodera a los jóvenes y les entrega otra visión social”, afirma Alexander Murillo director de la Fundación Centro Educación del Movimiento, Funcem, corporación de la Comuna 20 y participante en esta iniciativa educativa.
“Nosotros no pedimos dinero, pedimos educación”, añade.
Y es que según la Alcaldía de Cali, en un censo realizado en 2014, la Comuna 20 tiene 280.000 habitantes y 68 establecimiento educativos entre privados y oficiales.
De ese número de instituciones educativas, 28 están destinadas para preescolar; 30 para primaria y 10 para secundaria.
Quizá esa es una de las causas para la deserción escolar en la Comuna 20. “Una cosa es lo que digan los datos y otra, muy diferente, es que la vemos aquí. Por ejemplo, tenemos jóvenes de 20 años, desplazados, que residen en Siloé y no saben descifrar una composición de palabras. La única opción para ellos es trabajar muy duro o encontrar un destino en las calles”, complementa Alez.
Por su parte, Natalia Mosquera, de 16 años, y una de las estudiantes beneficiadas por esta iniciativa, cuenta que luego de retirarse de varios planteles educativos no quería seguir estudiando. “Yo estaba en mi casa y Alez fue y me comentó del proyecto, fui y desde la primera clase me gustó mucho la temática. Ahora quiero estudiar Contabilidad”.

El sábado 1 de julio se graduaron de 96 jóvenes y adultos de la primera promoción del proyecto ‘Abriendo Caminos’.
Especial para El País
MÍO Cable, punto de partida
Así como a mediados de 1960 el medio de transporte que determinó el crecimiento de Siloé fue el caballo, animal con el que movilizan el material de construcción por las angostas calles de esta extensa ladera, en los últimos años el encargado de cambiarle la cara a la Comuna 20 fue el MÍO Cable.
Con la llegada de este transporte aerosuspendido fue necesario socializaciones con la comunidad y en ese proceso salieron a relucir problemas como por ejemplo la falta de educación, comenta Alez.
Precisamente en la estación Brisas de Mayo del MÍO Cable hay un pequeño salón de clases improvisado con 20 pupitres deteriorados en un espacio cedido por Metrocali; allí, Alez cita a la comunidad cada vez que alguien se ofrece a dictar charlas sobre alguna disciplina de interés general.
“Esto parte de unos programas de gestión social que se tienen estipulados en el contrato con Metrocali, y tienden a mejorar las condiciones de vida de la comunidad. Actualmente se están capacitando 30 personas en electrónica y nos encontramos en el desarrollo de otros proyectos”, acota Andrés Felipe Aristizábal, gerente de Cable Aéreo de Manizales.
Igualmente, Paola Andrea Varela, jefe de cultura y gestión social de Metrocali, señala que en Siloé esta entidad trabaja en temas sociales, culturales, deportivos, educativos y artísticos.
“Nosotros tenemos claro que el MÍO Cable es más que un medio de transporte, es un sitio, que ha generado una sinergia con la comunidad y le ha cambiado la cara a Siloé en todos los aspectos”, dice Varela.
Entre tanto, Alez ya piensa en una segunda fase del proyecto para continuar el proceso con las 96 personas, que ya se graduaron. Al ser consultado por la nueva estrategia responde con una sonrisa y dos palabras: más educación.