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La doctora María Isabel Llano, durante ‘Latin American Training Program’ un curso internacional que organizó en 2017 en la Universidad del Valle, auspiciado por la Society for Neurosciences’, que por primera vez un curso de ese nivel se hacía en Colombia en el área de neurociencias. | Foto: Archivo El País

María Isabel Llano, la caleña experta en redes neuronales

La científica caleña ha realizado una notable investigación que ayuda a develar cómo funcionan las redes neuronales. Por su aporte a la ciencia en Colombia, el Senado de Francia la condecoró recientemente.

2 de septiembre de 2018 Por: María Antonia González Echeverri, Integrante del Semillero UAO-El País

María Isabel Llano es una mujer puntual. Al otro lado de la línea y del Atlántico, la voz serena y pausada de la neurocientífica caleña saluda sin prisa, justo a la hora acordada. Contesta desde la costa de Marsella, el tercer puerto más importante de Europa, al suroeste de Francia. Hace años que Llano no vive en Colombia, sin embargo, en su voz y sus actos se percibe su arraigo.

María Isabel es la hija mayor de los siete que tuvo el matrimonio de Marichú Restrepo de Llano y Alberto Llano Buenaventura, un empresario pionero en la producción de té artesanal colombiano.

Desde muy niña se inclinó por el estudio y la investigación, y sus primeras incursiones en el campo de la medicina fueron bajo la dirección del Doctor Emilio Aljure Nasser, en la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas de la Universidad del Valle. Allí se hizo médica y obtuvo además un magíster en Ciencias Fisiológicas.

Su disciplina y rigurosidad la llevaron a realizar un estudio de doctorado en neurociencias en la Universidad de California, donde se interesó en las propiedades biofísicas de las neuronas, haciendo parte de una investigación dirigida por el chileno Francisco Benzanilla.

Durante el inicio de su trayectoria, la vida de María Isabel se cruzó con la de Rodolfo Llinás, y años más tarde la neurocientífica hizo parte de la Comisión de Sabios presidida por él, a la que pertenecieron las mentes más brillantes del país.

Tras un periodo de trabajo post-doctoral en la Universidad de Pensilvania en Filadelfia, María Isabel se instaló en Francia y se vinculó al Laboratorio de Fisiología Cerebral de la Universidad París Descartes, con el fin de comprender mejor el funcionamiento de las interacciones neuronales y su papel en el funcionamiento del cerebro a través de métodos biofísicos y ópticos.

Antes de que María Isabel se dedicara de lleno al estudio del cerebro, se creía que las neuronas se comunicaban de forma unidireccional.

El juego de la infancia en el que dos vasos unidos por un hilo permitían que dos niños se comunicaran, se asemejó al mundo de la ciencia, y para ese entonces se afirmaba que lo mismo sucedía con las neuronas: una neurona emisora enviaba un mensaje y una neurona receptora lo recibía.

Junto a su grupo de investigación, Llano demostró que la información a través de las neuronas no se propaga de forma unidireccional, sino que también la neurona receptora puede enviar mensajes a la emisora.

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Hoy en día, María Isabel Llano es investigadora titular del Centro Nacional de Investigación Científica en Francia, y dirige el Departamento de Fisiología Cerebral (Laboratoire de Physiologie Cerebrale) en París 5.

Su contribución a la educación colombiana la hizo merecedora de la medalla del Senado Francés de manos del Presidente del Senado Gérard Larcher en el marco de la Semana de América Latina en Francia gracias al vínculo permanente que mantiene con universidades colombianas, y su continua estimulación para el fortalecimiento de la educación e investigación científica en su patria chica, el Valle del Cauca, y Colombia.

Precisamente en 2017, fue parte del equipo que organizó en la Universidad del Valle el “III Latin American Training Program”, una iniciativa financiada por la Sociedad de Neurociencias Americana, que promueve la formación en neurociencias avanzadas, en la que participan estudiantes investigadores de América Latina y el Caribe, y conferencistas entre los que se encontraban reconocidos docentes investigadores del mundo como Erwin Neher, premio Nobel de Medicina.

Junto a la colaboración y apoyo de Leonardo Fierro, Director del Departamento de Ciencias Fisiológicas de la Universidad del Valle, María Isabel llevó a cabo la formación de un laboratorio con equipos competitivos que permiten que estudiantes caleños y colombianos puedan trabajar en investigaciones al nivel de otros países más desarrollados.

Para su hermana Carlota, Marisabel, –como la llama con cariño–, siempre fue la hermana mayor con notables capacidades, pues afirma que “es un polo a tierra para todos los miembros de la familia, orienta a sus sobrinos en los niveles de educación, y es un referente de sencillez y generosidad. Su ética encarna los valores de la familia y del Valle del Cauca, y su aporte científico es un gran legado para la humanidad”.

María Isabel es modesta, rigurosa, y ampliamente reconocida y notable en la comunidad científica internacional. Para ella, la mayor satisfacción ha sido realizar un aporte a los jóvenes colombianos y vallecaucanos que han elegido el campo de la investigación.

A esos jóvenes les recuerda que “descubrir algo da gran satisfacción, pero para hacerlo deben ser dedicados, y es necesario amar lo que hacen porque el camino para innovar es difícil en un país como Colombia”.

La neurocientífica considera que es necesario ofrecer más oportunidades en el extranjero para que los jóvenes salgan del país y busquen una luz y una fuente de inspiración, para realizar así más aportes a la comunidad científica colombiana.

A casi nueve mil kilómetros de distancia, María Isabel realiza por su región una labor titánica. El legado que hasta ahora ha construido, permite que hoy en día se gesten iniciativas y posibilidades de crecimiento científico y desarrollo humano que contribuyen constantemente a la educación de los jóvenes colombianos.

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