Boyacá es un departamento lleno de historia y tradiciones. Con 123 municipios, se ubica en el segundo puesto de los departamentos con más localidades en el país.

Dentro de ellas, a pocos kilómetros de la provincia de Oriente, se encuentra un pueblo que debe su nombre a una planta que abundaba en la región en tiempos de su fundación, y que todavía forma parte de la memoria colectiva de sus habitantes.

Se trata de Macanal, un pueblo, ubicado a 145 kilómetros de Tunja y conocido popularmente como la Ciudad Jardín. Rodeado de verdes paisajes y con una temperatura promedio de 20 grados centígrados, este municipio boyacense se ha ganado un lugar en el mapa turístico y cultural de la región.

Su cabecera municipal está asentada a 1.700 metros sobre el nivel del mar, lo que le otorga un clima templado ideal para actividades agrícolas y para recibir visitantes durante todo el año.

De acuerdo con el Sistema de Información Turística de Boyacá (Situr Boyacá), Macanal recibió su nombre por la presencia abundante de macanas, una palma del género Wettinia que puede alcanzar hasta ocho metros de altura y cuyo tallo solía usarse como garrote.

Aunque la palabra tiene orígenes en comunidades indígenas de Haití, en Colombia se utilizó para identificar esta especie vegetal que marcó la identidad del territorio.

Antes de adoptar su nombre actual, el municipio tuvo otras denominaciones, pues durante la época de la conquista fue llamado El Volador y en tiempos de la colonia, hacia 1807, se conoció como San Pedro de Alcántara.

Embalse La Esmeralda

Según Situr, un hecho que transformó la vida de los macanalenses ocurrió en la década de los setenta con la construcción del embalse La Esmeralda, el cual se construyó en inmediaciones de los municipios de Chivor y Almeida.

Dicho lago artificial se creó para alimentar la central hidroeléctrica de Chivor, una de las más importantes del país. Aunque su construcción generó un gran impacto, proveyó empleo durante la obra, mejoró la infraestructura vial, impulsó el turismo y reactivó la economía.

También modificó las dinámicas tradicionales, lo que afectó la agricultura y la ganadería, alteró el clima y cambió la vida rural de cientos de familias.

Tradiciones y atractivos

Hoy, Macanal conserva su esencia natural y cultural. Cada año se celebra el Festival Cultural y Reinado del Agua, un evento que destaca las costumbres de la región y la importancia de los recursos hídricos, especialmente alrededor del embalse La Esmeralda.

Macanal, un pueblo mágico que lo invita al descanso | Foto: Instagram @travelwhityou

El municipio también cuenta con una amplia red de quebradas, manantiales y arroyuelos que abastecen a la población y sostienen actividades como la pesca, la ganadería y la agricultura.

Además, ofrece escenarios turísticos como la cuchilla El Varal, que avanza hacia su declaratoria como reserva natural, y el Alto de La Virgen, un mirador desde donde se aprecia la majestuosidad de la Ciudad Jardín.

Con su historia, legado cultural y fuerza de sus recursos naturales, Macanal se consolida como uno de los municipios más representativos del oriente boyacense.