El pueblo antioqueño cuyo nombre honra a los árboles que lo vieron nacer: esta es su historia

A un árbol de la especie Anacardium excelsum, nativo de América tropical, que se usa en reforestación y construcción, se le conoce como Caracolí, nombre que también se le da a un municipio en Antioquia.

Este lugar es conocido principalmente por su historia minera y su potencial ecoturístico.

La madera de esta especie de árboles fue durante la fundación de Caracolí, el recurso que incentivó el desarrollo de asentamientos en toda la zona, tal y como lo menciona el portal oficial de Corregimientos de Antioquia.

Dichos árboles también fueron utilizados en la construcción del ferrocarril y del mismo municipio.

Hoy, uno de los atractivos de este pueblo, que fue fundado en 1872 por Rodolfo Ceballos, y que inicialmente recibía el nombre de Sardinas de la Plata, cuenta con un sendero donde se encuentra la última especie de este árbol, el cual se caracteriza por tener 80 metros de altura y ocho metros de diámetro.

Dicho sendero ecológico tiene piscinas naturales las cuales se encuentran en un buen espacio para que propios y visitantes puedan disfrutar de sus aguas cristalinas.

Este sitio además es muy rico en biodiversidad, razón por la cual los amantes de la naturaleza lo visitan para disfrutar del ambiente 100% natural.

Para llegar hasta Caracolí debe recorrer cerca de tres horas desde Medellín.

En sus bosques húmedos se encuentra una gran cantidad de especies de fauna y flora. También está el Mirador del Cañón, el cual es un punto que ofrece una vista impresionante del Cañón del río Samaná (o Nare) y es accesible a través de una exigente caminata de aproximadamente 3 horas, siendo parte de la ruta hacia las Cavernas del Nus y ofreciendo paisajes naturales fascinantes.

Este municipio posee además fincas productoras de cacao, caña y leche.

Sobre las Cavernas del Nus, se conoce que es un impresionante sistema de cuevas ubicado en el municipio de Caracolí, el cual fue descubierto en 1932.

Se caracterizan por sus diversas cámaras llenas de formaciones de mármol, como estalactitas y estalagmitas de gran altura, lo que crea un entorno subterráneo único y de gran belleza.

Es uno de los destinos de ecoturismo más famosos del país, combinando la exploración de estas formaciones con actividades en la naturaleza como un recorrido en lancha por el río y una visita a las cascadas.

Los visitantes pueden disfrutar de las aguas refrescantes de la cascada y un “jacuzzi natural”, así como avistar fauna en su hábitat, como monos aulladores.