En el sur del Valle de Aburrá, Itagüí hay un atractivo navideño único que cada noche atrae a visitantes locales y nacionales: un pesebre gigante elaborado con materiales reciclables, instalado en el Centro Administrativo Municipal (CAMI).
Esta iniciativa, además de embellecer la ciudad durante la temporada decembrina, busca fomentar la conciencia ambiental y el reciclaje creativo entre los visitantes.
El artista detrás de esta obra es Alejandro Gaona Gaona, reconocido maestro plástico y pedagogo con más de 40 años de trayectoria. Gaona lidera talleres en la Casa de la Cultura de Itagüí, donde promueve proyectos artísticos con enfoque en sostenibilidad y educación ambiental.
Según el artista, el pesebre invita a los espectadores a reflexionar sobre la importancia del reciclaje y el respeto por el entorno, mientras disfrutan de una tradición cultural profundamente arraigada en la región.
Detalles de la obra
El montaje incluye un portal del nacimiento, viviendas tradicionales, montañas, caminos, ríos y puentes, integrando escenas de la vida cotidiana de la región. La Sagrada Familia, los Reyes Magos, pastores, animales y la vegetación local también forman parte de la instalación, todo recreado desde una mirada sostenible y educativa.
El pesebre servirá como punto central para que la comunicad se acerque a hacer las novenas organizadas por la Alcaldía de Itagüí, que iniciarán el martes 16 de diciembre, y permanecerá abierto al público durante toda la temporada navideña. La obra no solo celebra la tradición de la Navidad, sino que también promueve valores de reciclaje, creatividad y respeto por el medio ambiente.
El pesebre gigante representa un ejemplo de cómo la creatividad puede unirse con la sostenibilidad, los materiales reciclables utilizados en su construcción fueron transformados mediante técnicas de reutilización artística, demostrando que los recursos desechados pueden convertirse en elementos de gran valor cultural y educativo.
Esta iniciativa también refuerza la identidad cultural de Itagüí, mostrando cómo la tradición navideña puede integrarse con valores ecológicos y educativos.
Los visitantes pueden apreciar cómo el arte y la tradición conviven, al mismo tiempo que se transmite un mensaje de responsabilidad ambiental, alineado con los esfuerzos de la ciudad para promover prácticas sostenibles y conciencia ecológica en la comunidad.
La obra invita a reflexionar sobre cómo pequeñas acciones, como separar residuos o reutilizar materiales, pueden generar un impacto positivo en la ciudad. Asimismo, se convierte en un atractivo turístico que une a locales y visitantes en torno a la Navidad, la creatividad y la sostenibilidad.