La Nasa dio a conocer un hallazgo que podría cambiar la manera en como hemos entendido el origen de la vida, tal y como la conocemos. Según información publicada por la agencia el 2 de diciembre, se habrían encontrado varias moléculas en el asteroide Bennu: se trataría de aminoácidos anteriores al ARN.
Este hallazgo fue posible gracias a la OSIRIS-REx, la primera misión estadounidense que recolectó muestras de un asateroide y que regresó a la Tierra el pasado 24 de septiembre trayendo consigo material de Bennu, un asteroide que pasa cerca de la Tierra cada seis años, aproximadamente y en cuyo interior hay rocas de más de 4.000 millones de años de antigüedad.
Esta muestra fue analizada por científicos, quienes encontraron ribosa y glucosa, componentes del ARN. La Nasa explicó que ambos materiales fueron encontrados en una sustancia viscosa que no había sido encontrada anteriormente.
El descubrimiento no es poca cosa. Estos elementos podrían contribuir a desentrañar el enigma más grande de la humanidad: el origen del sistema solar y de la vida, tal y como la conocemos. Pese a que estos aminoácidos por sí solos no constituyen una evidencia de esto, sí prueban que “los ingredientes químicos cruciales para la vida estaban disponibles de manera extensa en asteroides por todo nuestro sistema solar”, señaló la Nasa.
Es decir: las posibilidades de que vida similar a la nuestra pueda haberse dado en otros lugares, incluso mucho antes que la nuestra, es plausible.
“Los cinco componentes utilizados para construir ADN y ARN ya se han encontrado en las muestras de Bennu traídas a la Tierra. El nuevo descubrimiento de la ribosa (uno de los azúcares encontrados) significa que todos los elementos para formar la molécula de ARN están presentes en el asteroide”, señaló Yoshihiro Furukawa, uno de los participantes de la investigación.
Otra de las conclusiones que sugiere este hallazgo está relacionada con la presencia de dichos aminoácidos: al parecer, se podría comprobar la hipótesis de que las primeras formas de vida no dependían del ADN sino de estas moléculas, contrario a como se creía inicialmente.
“La vida actual se basa en un sistema complejo de ADN, ARN y proteínas. Sin embargo, la vida primitiva podría haber sido más simple. El ARN es el principal candidato para ser el primer biopolímero funcional, ya que puede almacenar información genética y catalizar numerosas reacciones biológicas”, añadió Furukawa.
Actualmente, el OSIRIS-REx se encuentra en otra misión hasta el 2029, esta vez con el objetivo de explorar al objeto Apophis.