Los callos y las callosidades son causados por presión o fricción en la piel, mientras que los hongos son una infección común en el pie, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

No obstante, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, explicó que los callos y las callosidades no son lo mismo, ya que:

  • Los callos son más pequeños y más profundos que las callosidades y tienen un centro duro rodeado de piel inflamada. Además, pueden ser dolorosos cuando se ejerce presión sobre ellos y los callos duros suelen formarse en la punta de los dedos de los pies o en el borde externo del dedo pequeño del pie, mientras que los callos suaves tienden a formarse entre los dedos de los pies.
Si una callosidad o un callo se vuelve muy doloroso o se inflama, hay que consultar a un experto de la salud. | Foto: Alina Solovyova-Vincent
  • Las callosidades no suelen ser dolorosas y tienden a formarse en lugares en los que se ejerce presión, como los talones, la parte anterior de las plantas de los pies, las palmas de las manos y las rodillas. Adicional, pueden tener diferentes tamaños y formas, y con frecuencia son más grandes que los callos.

Respecto a los síntomas, se puede presentar:

  • La piel está endurecida y gruesa.
  • La piel puede ser escamosa y seca.
  • Se encuentran áreas de piel gruesa y endurecida en las manos, los pies u otras zonas que pueden sufrir fricción o presión.
  • Las zonas afectadas pueden ser dolorosas y pueden sangrar.

Entre tanto, sobre los hongos, la entidad señaló que los factores de riesgo son:

  • Usar calzado cerrado con frecuencia.
  • Sudar intensamente.
  • Compartir alfombras, tapetes, ropa de cama, ropa o zapatos con alguien que tiene una infección fúngica
  • Caminar descalzo en áreas públicas donde la infección puede propagarse, como vestidores, saunas, piscinas, baños y duchas comunes.

Dicho lo anterior, el portal Medical News Today reveló algunos remedios naturales para eliminar los callos, hongos y durezas de los pies:

2. Sales de Epsom (sulfato de magnesio): sirve como exfoliante natural cuando se mezcla con agua tibia y se sumerge la piel por diez minutos y además, posee propiedades analgésicas, relajantes, calmantes, antiinflamatorias y antioxidantes.

3. Limar con piedra pómez: cuando se salga del baño, que es cuando la piel está blanda, hay que frotar el callo o la callosidad con una piedra pómez, una lima de uñas, una lima de cartón o un paño.

Limar la piel engrosada ayuda a reducir los callos. | Foto: GettyImages

Entre tanto, para prevenir los callos, hongos y durezas de los pies, la entidad sin ánimo de lucro recomendó:

  • Utilizar zapatos que tengan amplio espacio para los dedos. Una forma de saber si los zapatos quedan bien es mover los dedos y si estos no se pueden mover, es porque los zapatos son muy ajustados.
  • Usar recubrimientos de protección.
  • Dejar que los pies se aireen.
  • Lavarse los pies a diario.
  • Cambiarse los calcetines a diario o varias veces al día si los pies sudan en exceso.
  • Alternar los pares de zapatos. De este modo, el calzado tendrá tiempo para secarse después de cada uso.
  • Proteger los pies en lugares públicos. Usar sandalias o zapatos impermeables alrededor de las piscinas públicas, las duchas y los vestuarios.
  • Humectar la piel. Usar humectante en las manos y los pies con regularidad.
El pie de atleta es contagioso y puede propagarse mediante el contacto con una persona infectada o con superficies contaminadas. | Foto: Copyright Dazeley

De todos modos, la información antes dada no sustituye la asesoría médica y es de vital importancia consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.