El doctor Merrill Mitler, experto en sueño y neurocientífico de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, señaló que “dormir mantiene todos los aspectos del cuerpo de una forma u otra: el equilibrio energético y molecular, así como también la función intelectual, el estado de alerta y el humor”.

Además, otro experto del sueño de los NIH, el doctor Michael Twery, explicó que una buena noche de sueño consiste en cuatro o cinco ciclos de sueño. Cada ciclo incluye períodos de sueño profundo y movimientos oculares rápidos (MOR) o sueño desincronizado, cuando soñamos.

Dormir bien es clave para cuidar la salud en general. | Foto: Getty Images

“A medida que avanza la noche, la porción de ese ciclo que se encuentra en sueño desincronizado aumenta. Resulta que este patrón de ciclos y progresión es fundamental para la biología del sueño” dijo el doctor Twery.

Ahora bien, es importante señalar que las necesidades personales varían, pero en promedio, un adulto necesita entre siete y ocho horas de sueño por noche; los bebés duermen unas 16 horas diarias; los niños pequeños necesitan unas diez horas de sueño y los adolescentes necesitan, al menos, nueve horas.

No obstante, La Vanguardia citó un estudio de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Huazhong, en Wuhan (China) que revela que “dormir más de nueve horas durante la noche puede incrementar significativamente el riesgo de sufrir problemas cerebrales”.

El cuerpo debe descansar por lo mínimo seis horas. | Foto: Getty Images

Además, Xiaomin Zhang, uno de los autores del estudio, dijo, según el medio, que “estudios previos han demostrado que el sueño prolongado en siestas o durante la noche comporta cambios negativos en los niveles de colesterol, así como un incremento del volumen corporal, dos elementos que suponen factores de riesgo de un problema cerebral”.

Por ello, para evitar dormir más se pueden seguir algunas recomendaciones de Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, como, por ejemplo:

  • Acostarse y levantarse a la misma hora, ya que ir a dormir a la misma hora todas las noches entrena al cuerpo y cerebro para relajarse y prepararse para el sueño.
  • Levantarse si no se puede dormir. Si después de 15 minutos no se concilia el sueño hay que salir de la cama e ir a otra parte de la casa. De esta forma será menos probable que la cama se convierta en un lugar que provoque estrés.
  • Hacer algo tranquilo y relajante como leer un libro. Esto también puede ayudar a distraer del hecho de que no se está durmiendo y cuando se sienta sueño hay que regresar a la cama.

Sobre la misma línea, otras recomendaciones son:

  • Hacer actividad física, ya que la actividad regular promueve dormir mejor, pero es importante hacerlo al menos de tres horas antes de dormir.
  • Evitar o limitar las siestas.
  • Evitar o limitar la cafeína y el alcohol.
  • Dejar de fumar, porque la nicotina de los cigarrillos puede afectar el sueño.
La melatonina es una hormona producida por el cuerpo que regula los ciclos de día y noche. | Foto: Getty Images

Entre tanto, también se pueden probar diferentes formas de relación como:

  • Beber algo tibio y sin cafeína como leche tibia o té de hierbas.
  • Tomar una ducha o un baño caliente.
  • Escuchar música suave o un audiolibro.
  • Contar hacia atrás a partir de 300, de 3 en 3.
  • Meditar.
  • Tensar cada grupo de músculos por un segundo o dos comenzando por los pies e ir avanzando hacia la cabeza, y luego relajarlos.

De todos modos, la información antes dada no sustituye la asesoría médica y es de vital importancia consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.