El deleite durante una buena comida se transforma en pesar después. Ya sea en las celebraciones festivas, encuentros con amigos o simplemente ante un plato tentador, comer en exceso brinda un placer momentáneo, pero conlleva consecuencias a largo plazo.
Cuando estos episodios se vuelven habituales, el cuerpo experimenta diversas complicaciones relacionadas con la ingesta desmedida y repetitiva.
El aumento de peso es solo el primer síntoma visible. A este le siguen riesgos mayores, como enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, diabetes tipo 2, problemas respiratorios e incluso varios tipos de cáncer. Además de las repercusiones físicas, los excesos alimenticios también pueden afectar el estado de ánimo, generando sentimientos de culpa y ansiedad.
Los motivos detrás de los atracones pueden ser diversos. Si bien puede ocurrir por el simple placer de disfrutar de una comida, también pueden estar vinculados con la ansiedad, el estrés o las dietas restrictivas. La capacidad del ser humano para comer en exceso durante períodos prolongados se evidencia incluso en concursos de comida, donde se ingieren grandes cantidades de alimentos en un tiempo determinado.
Según la Clínica Mayo, en Argentina, los problemas derivados del apetito descontrolado puede tener repercusiones tanto psicológicas como físicas. Estos incluyen una baja calidad de vida, dificultades en el trabajo, problemas sociales, aislamiento, obesidad y enfermedades asociadas, como problemas articulares, enfermedades cardiacas, diabetes tipo 2 y trastornos respiratorios relacionados con el sueño.
El exceso de comida no solo afecta al sistema digestivo, sino también al cerebro. De acuerdo con un estudio realizado por investigadores escandinavos, las personas mayores que tienen hábitos alimenticios desmedidos experimentan una disminución en sus facultades intelectuales, incluida la memoria y otras capacidades cognitivas, en comparación con aquellas que mantienen un peso saludable y una ingesta controlada.
El sistema digestivo es el primero en sufrir las consecuencias de la sobrealimentación. El estómago, que tiene un volumen aproximado de 75 ml. en estado vacío, se expande considerablemente cuando se llena de comida, alcanzando casi un litro de capacidad.
Consumir grandes cantidades de alimentos puede provocar sensaciones de náuseas y vómitos, ya que el estómago se ve sometido a una intensa presión.
Además, el exceso de comida puede ocasionar la aparición de gases y la hinchazón abdominal. Estos síntomas son comunes no solo después de una sobrealimentación, sino también tras consumir alimentos como legumbres, ciertas verduras, cereales integrales y bebidas gaseosas.
La bebida natural rica en fibra que ayuda a reducir los niveles de azúcar
Dentro de las recomendaciones se destaca una bebida natural que es rica en fibra y que, además, ayuda a reducir los niveles de azúcar. En cuanto a su preparación, resulta importante comentar que se necesita conseguir los siguientes ingredientes: 3 cucharadas de semilla de lino o linaza (45 g) y un litro de agua.
El primer paso es poner a hervir el agua y añadir las tres cucharadas de semillas de linaza. Luego, retire la olla del fuego y deje reposar el líquido durante 8 o 12 horas. Se recomienda realizar el proceso en las noches para que al otro día esté listo.
Esta preparación se recomienda consumirla con moderación y bajo supervisión médica. Como dato adicional, el portal digital de Mejor con Salud indicó que el agua de semillas de lino cuenta con alto contenido de fibra soluble que, al parecer, disminuye la resistencia a la insulina. Así se indicó en un estudio publicado en The British Journal of Nutrition. A pesar de lo positivo, este remedio natural no reemplaza ningún tratamiento ni medicamento ordenado previamente por un experto en salud.