Una piedra es lo más semejante a un cálculo renal, el cual se caracteriza por ser un objeto duro que está hecho de sustancias químicas en la orina.

Los malos hábitos alimenticios y la falta de consumo de líquido podrían llevarlo a padecer de un cálculo renal o piedras en los riñones que ataca a una de cada diez personas.

La incomodidad asociada con los cálculos renales se debe principalmente al dolor intenso que puede causar. Esta sensación puede ser extremadamente angustiante y dificultar la realización de las actividades diarias. Además, el malestar causado por los síntomas puede llevar a un síntoma general de incomodidad y afectar la calidad de vida de la persona afectada.

“La dieta, el exceso de peso corporal, algunas afecciones médicas y ciertos suplementos y medicamentos se encuentran entre las muchas causas de los cálculos renales. Los cálculos renales pueden afectar cualquier parte de las vías urinarias, desde los riñones hasta la vejiga. En general, los cálculos se forman cuando la orina se concentra, lo que permite que los minerales se cristalicen y se unan”, afirmó la Clínica Mayo.

Una piedra es lo más semejante a un cálculo renal, el cual se caracteriza por ser un objeto duro que está hecho de sustancias químicas en la orina. | Foto: Libre de derechos

Frente a esto, muchas personas tienen el temor de tener probabilidades de padecer cálculos renales que en la mayoría de las ocasiones suele ser muy doloroso.

Por ello, expertos han realizado diversidad de estudios para determinar las probabilidades de padecer cálculos renales de acuerdo al grupo sanguíneo de cada persona. De hecho, un estudio publicado en la revista eLife ha confirmado que existe una conexión entre determinados tipos de sangre y el riesgo de padecer algunas patologías, entre ellas cálculos renales.

El autor principal del estudio, Gustaf Edgren, profesor asociado de Epidemiología del Karolinska Institutet y médico del Departamento de Cardiología del Hospital Södersjukhuset de Estocolmo (Suecia), afirmó que: “Nuestros hallazgos ponen de manifiesto nuevas e interesantes relaciones entre afecciones como los cálculos renales y la hipertensión inducida por el embarazo y el tipo o grupo sanguíneo”.

¿Cuál es el grupo sanguíneo con más probabilidades de sufrir de cálculos renales?

De acuerdo con la investigación publicada en la revista eLife, liderada por profesor asociado de Epidemiología del Karolinska Institutet y médico del Departamento de Cardiología del Hospital Södersjukhuset de Estocolmo, Suecia, existe una conexión entre el tipo de sangre 0 y A, al parecer, habría mayor posibilidad de desarrollo. El estudio anota que tener sangre tipo B, disminuye el riesgo de padecer cálculos renales.

El estudio anota que tener sangre tipo B, disminuye el riesgo de padecer cálculos renales. | Foto: Getty Images

A pesar de esto, la investigación reconoce que se debe llevar a cabo más estudios con el fin de confirmar dicha teoría y resultados, según los autores de la investigación se presentaron hallazgos muy importantes que serán claves para estudios futuros. “Sientan las bases de futuros estudios para identificar los mecanismos que subyacen al desarrollo de la enfermedad, o para investigar nuevas formas de identificar y tratar a los individuos con determinadas afecciones”, concluyó Edgren.

Síntomas de los cálculos renales

Según la Clínica Mayo, los síntomas más frecuentes son:

  • Dolor punzante e intenso en los costados y la espalda, debajo de las costillas.
  • Dolor que viene en oleadas y cuya intensidad fluctúa.
  • Dolor o sensación de ardor al orinar.
  • Orina de color rosado, rojo o marrón.
Los cálculos renales pueden ser muy dolorosos. | Foto: Getty Images
  • Orina turbia o con olor desagradable.
  • Necesidad constante de orinar, necesidad de orinar con mayor frecuencia u orinar en pequeñas cantidades.
  • Náuseas y vómitos.

Vale la pena resaltar que si una persona presenta estos signos y síntomas anteriormente mencionados, se le recomienda asistir a un especialista de salud lo más pronto posible, con el fin de mitigar el dolor y establecer el tratamiento necesario después de los respectivos exámenes médicos.