El primer martes de mayo se celebra el Día Mundial del Asma, una fecha para generar conciencia sobre esta enfermedad que afecta a más de 262 millones de personas en todo el mundo.

Según el Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia, se estima que aproximadamente 1 de cada 8 colombianos sufre de asma, convirtiéndose así en la segunda patología respiratoria crónica más relevante en el país, después de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).

Siendo así, un número importante de la población sufre la enfermedad, que como lo indica la doctora Lina Claudia Santos Hernández, presidente de la Sociedad de Médicos Generales, se ha ido normalizando sin serlo. Pero ¿en qué consiste la condición? La neumóloga y médico internista, Audrey Piotrostanalzki Vargas, miembro de la Asociación Colombiana de Neumología y Cirugía de Tórax, explica que “el asma es una enfermedad bronco-obstructiva es decir, de obstrucción de los bronquios, que se caracteriza por la presencia de una sensación de ahogo, de falta de aire, silbido de pecho y tos”.

“Además, se diferencia de otras enfermedades, en donde también se obstruyen los bronquios, al tener una reversibilidad o una respuesta positiva al broncodilatador en la espirometría, que es una de las pruebas diagnósticas útiles para la confirmación o descarte de la enfermedad”. A su definición añade que, “puede aparecer en niños o en adultos tanto por primera vez como en una reactivación de la enfermedad. Su frecuencia se ha descrito más en niños que en adultos, y su prevalencia general es del 12 % en Colombia. Es una enfermedad crónica, pero que tiene control”, puntualiza.

El asma es una enfermedad heterogénea, que generalmente se caracteriza por una inflamación crónica de las vías aéreas. Se define por las manifestaciones clínicas de síntomas respiratorios como: sibilancias, dificultad respiratoria, opresión torácica y tos que varían a lo largo del tiempo y en su intensidad, junto con una limitación variable de flujo aéreo espiratorio.

Aunque cada persona experimenta el asma de manera diferente junto con su sintomatología, la gravedad de la enfermedad y opciones de tratamiento pueden variar según el caso, gracias a los avances científicos los pacientes pueden manejar los síntomas a través de diferentes alternativas terapéuticas. Sin embargo, en la actualidad hasta el 45% de las personas con asma tiene síntomas que no están bien controlados y cerca de 35 millones de personas en todo el mundo viven con síntomas de asma grave, los cuales afectan la calidad de vida y pueden poner en riesgo su vida.

Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que las personas que no reciben un tratamiento adecuado contra el asma pueden sufrir trastornos del sueño, cansancio durante el día y problemas de concentración. Algunos de los pacientes asmáticos y sus familiares pueden llegar a ausentarse de la escuela y el trabajo, lo que tiene repercusiones económicas para ellos y la comunidad en general.

“Para disminuir las brechas de atención en asma es necesario trabajar de manera mancomunada entre las diferentes especialidades médicas, padres, cuidadores y profesores y por eso nos unimos a la conmemoración del día mundial de esta patología con la campaña ‘Cuidado del asma para todos’, señaló Martha Herrera, presidenta de la Fundación Inspirat, miembro del Grupo Colombiano de trabajo en Asma.

La búsqueda de un diagnóstico oportuno es fundamental, porque muchos pacientes tienden a normalizar los síntomas, y, por lo tanto, llegan a consultar cuando la patología está muy avanzada. | Foto: El País

El impacto de un asma no controlada

El asma es una enfermedad crónica que afecta tanto a niños como a adultos. Sin embargo, estudios han demostrado que las mujeres tienen dos veces más probabilidades que los hombres de padecerla, debido a que la testosterona obstaculiza una célula inmunitaria vinculada a los síntomas más característicos de la patología, como lo son la inflamación y la producción de moco en los pulmones.

La aparición de otros síntomas de asma, como tos, sibilancias, disnea y opresión torácica depende de diversos factores, incluida la exposición a alérgenos e infecciones virales, y pueden presentarse en cualquier etapa de la vida. Por ello, los profesionales de la salud clasifican el asma en cuatro tipos que se determinan según la frecuencia y la gravedad de los síntomas, puede ser clasificada como: asma leve, asma moderada y asma grave.

Lamentablemente, muchos pacientes pasan por alto la gravedad de esta enfermedad y normalizan sus crisis asmáticas como un aspecto más de su cotidianidad, sin dimensionar que la presencia de los síntomas puede afectar significativamente su calidad de vida e incluso llevar a la muerte.

De acuerdo con Natalia Gómez, Medical Manager AS para Sanofi COPAC, “un asma leve no controlada, puede incluir despertares nocturnos y restringir múltiples actividades diarias como deportes, socialización y actividades fuera de casa como ir a la escuela o al trabajo. En otros casos, cuando el asma es grave, los síntomas se tornan más severos e incapacitantes y en caso de presentar una infracción respiratoria ésta podría llegar a ser mortal”.

De hecho, encuestas han señalado que el 97% de las personas con asma grave indica que su afección ha limitado sus tareas cotidianas, y el 81% ha sentido que su capacidad para ejercitarse se vio afectada. Adicionalmente, se estima que entre el 30% y 50% de los pacientes asmáticos en el mundo experimenta síntomas de depresión a causa de dichas limitaciones en su día a día. Asimismo, es de resaltar que la inflamación tipo 2 está presente en aproximadamente un 50-70% de los pacientes adultos con asma y, de no ser tratada, puede incrementar los episodios de exacerbación.

El asma tiene un entorno de base, una predisposición genética, que cuando se encuentra en un medio ambiente que tenga los estímulos favorables para la aparición de la enfermedad, hacen que se presente. Son entornos o condiciones que pueden darse tanto en la niñez como en la edad adulta. | Foto: Copyright (c) 2019 Aquarius Studio/Shutterstock. No use without permission.

Ambientes seguros y prevención

El impacto de enfermedades como esta es real y se evidencia en casos como el de Rocio Carpio Flórez, una mujer de 42 años que vive en Corozal, Sucre, quien desde los 21 años batalla contra el asma, enfermedad que cambió por completo su vida, pues siendo tan joven tuvo que decidir entre hacer las cosas que alguien de su edad haría, como salir a cualquier hora a disfrutar de un paseo al campo, un viaje con amigos, a bailar en las noches, hacer deporte, hasta trabajar… o cuidar su salud para vivir.

Ella es madre de cuatro hijos, dos de ellos nacieron antes de la confirmación de que padecía de un asma grave y los otros dos llegaron luego, incluso su tercera hija tuvo que nacer de seis meses, porque los médicos por precaución decidieron que era necesario, ya que los episodios de ahogo y la dificultad para respirar de Rocío, las ponían en riesgo. Y es que los cambios para procurar una vida libre de factores detonantes para el asma la han llevado a ella y su familia hasta tumbar su casa; reconstruirla y convertirla en una especie de urna de cristal, construida especialmente para ella, libre de humedad, polvo, ácaros, extremadamente limpia; un espacio seguro para procurar un ambiente libre de factores que exacerben la enfermedad.

El caso de Rocio es complejo, y aunque ella consultó en cuanto empezaron los síntomas, su cuadro no puede compararse con el de ningún otro paciente, cada uno es un mundo frente a la enfermedad y ante las barreras que puedan presentarse. Al respecto, dice la doctora Santos, lo primero es la búsqueda de un diagnóstico oportuno, porque muchos pacientes tienden a normalizar los síntomas, llegan a consultar cuando la patología está muy avanzada, “los remedios caseros y los mitos demoran los diagnósticos y la atención”.

Por otra parte, está la distribución de los medicamentos. “Es claro que en Colombia tenemos dificultades, mucho más en ciertas regiones del país e incluso en las ciudades principales, como lo que ha sucedido recientemente, con el desabastecimiento de ciertos medicamentos, y aquí las tutelas y el apoyo de las asociaciones de pacientes es clave para el acceso a ellos y a los procedimientos, y otro aspecto es que es difícil cambiar los entornos que rodean a estos pacientes, como la humedad en sus hogares, el polvo o el frío, estos son factores que deben y pueden controlarse”, asegura la presidente de la Sociedad de Médicos Generales.

Frente a ello es primordial conocer aquellos factores que predisponen una reacción asmática de manera exagerada, producto de diferentes desencadenantes dentro de los que se encuentran la exposición a alérgenos como los ácaros del polvo doméstico, presente en las camas, alfombras y muebles; la caspa de los animales de compañía; los pólenes o los hongos; la contaminación atmosférica; el humo del tabaco o fumar, por supuesto, y los irritantes químicos en el lugar de trabajo o el hogar, así como la obesidad.

Igualmente, y algo muy importante es que puede existir un factor genético como lo explica la doctora Audrey Piotrostanalzki, quien dice que el asma tiene un entorno de base, una predisposición genética, que cuando se encuentra en un medio ambiente que tenga los estímulos favorables para la aparición de la enfermedad, hacen que se presente. Son entornos o condiciones que pueden darse tanto en la niñez como en la edad adulta. Diferentes tipos de exposiciones y situaciones que pueden predisponer la aparición de la enfermedad.

“Situaciones como los nacimientos prematuros, la prematuridad. También la presencia de infecciones respiratorias, que cuando son graves o repetitivas, y que pueden generar cambios a nivel estructural pulmonar, llevando a un asma postinfecciosa, entre otros aspectos”, indica la especialista.

El asma tiene una relación directa con la salud mental, pues se estima que, del 30% al 50% de personas con sintomatología de asma grave experimentan depresión.

Tos ferina: la clave para prevenirla está en la vacunación

Los adultos con asma tienen hasta cuatro veces más probabilidades de contraer tos ferina y estudios han comprobado que, entre los pacientes asmático que contraen el virus, existe un 40 % más de hospitalizaciones en comparación con personas sin ese diagnóstico.

La tos ferina es una enfermedad que registra 24 millones de casos anuales en todo el mundo entre la población menor de cinco años. No obstante, aunque este virus puede ser más grave entre los niños, los adultos también pueden sufrir problemas de salud significativos como pérdida de peso, incontinencia urinaria, fracturas de costillas y neumonía.

“Se ha demostrado que la inmunización con la vacuna Tdap (tétanos, difteria y tos ferina acelular), contribuye a prevenir, no solo la tos ferina, sino también las muertes relacionadas con la misma. Esto resulta de gran importancia en pacientes con asma ya que con la vacunación se reduce la probabilidad de que se contraiga la enfermedad y, si se contrae, las posibilidades de desarrollar una infección grave son menores”, asegura Ofelina Vergara, gerente médico de vacunas para Sanofi COPAC.

A su vez, la especialista recomienda refuerzos periódicos de esta vacuna para restaurar los niveles de inmunidad, pues investigaciones demuestran que menos de un tercio de las personas que habían recibido todas las vacunas durante la infancia todavía estaban protegidas a los 18 años. Por ello, es importante impulsar y promover la vacunación de refuerzo en la edad adolescente y en el adulto cada 10 años.

Un día para procurar un mejor ambiente para todos

Finalmente, la iniciativa Global para el Asma (Gina) ( www.ginasthma.org ), un órgano colaborativo de la OMS fundado en 1993, “adelanta una estrategia global para el trabajo en asma, realizado por múltiples médicos en el mundo, líderes usualmente de opinión y expertos en la materia, que desean trabajar en conjunto por el bien de la población, para disminuir y controlar los síntomas y la incidencia de la enfermedad. Nosotros como país nos hemos unido, integrando a las asociaciones y los equipos multidisciplinarios como lo es, el Grupo Colombiano de Trabajo en Asma, tomando las recomendaciones o iniciativas que nos da Gina para implementar, evaluar y trabajar en conjunto para que los pacientes tengan una mejor calidad de vida”, concluye Piotrostanalzki.

Datos relevantes de la OMS:

  • El asma está presente en todos los países, independiente de su grado de desarrollo, sin embargo, según la OMS más del 80 % de las muertes por asma tiene lugar en países de ingresos bajos y medio-bajos.
  • El asma se puede controlar con medicación; evitando sus desencadenantes y disminuyendo su gravedad.