Los departamentos no son propiedad de nadie, ni este ni ninguno; tampoco las ciudades. Ni se puede seguir haciendo esos pactos y esas componendas de ‘tú coges la capital y yo cojo esto...’”, asegura Enrique Gómez, director del Movimiento Salvación Nacional sobre la puja por la Gobernación del Valle del Cauca.

Agrega que está recorriendo el país para construir las estructuras de su partido y poder cumplir con la meta de estar en los 1103 municipios del país con listas a Concejo y, en algunos casos, con candidatos a Alcaldía para los comicios regionales del próximo año.

¿Cómo se está preparando Salvación Nacional para la cita electoral de octubre de 2023?

Estamos construyendo estructuras a nivel municipal y departamental, de manera que Salvación Nacional tenga estructuras que puedan escoger candidatos viables para concejos y alcaldías. Aspiramos, obviamente es una meta ambiciosa, estar en los 1103 municipios del país y en todos los del Valle del Cauca, con listas a Concejo y, en algunos casos, con candidatos a Alcaldía. También, estamos estudiando la posibilidad de tener alianzas o una lista autónoma para la Asamblea Departamental.

Estamos contentos, porque la receptividad ha sido buena. Esta es una alternativa a los partidos tradicionales y al Pacto Histórico, y en ese escenario nos están buscando muchos líderes políticos a los que les han cerrado las puertas en otros partidos, gente preocupada por el futuro de sus municipios, entonces estamos buscando militantes, gente que nos ayude a hacer estructura y que nos cuente sobre sus aspiraciones.

El reto en Cali y el Valle es muy grande, dada la votación que obtuvo el Pacto Histórico en las elecciones de este año...

La presencia del Pacto Histórico parece un reto, pero también es una oportunidad. Creo que hay personas con una visión diferente del Estado que se están activando, volviendo a la militancia, preocupadas por la política y creemos que Salvación Nacional es un escenario bueno para ellas. Tenemos una meta que es ambiciosa: tener concejales en 20 o 30 % de los municipios, ojalá más, y de pronto tenemos algunas posibilidades interesantes para alcaldías.

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A propósito, ¿ha tenido acercamientos con candidatos a la Alcaldía de Cali?

Sí, me he entrevistado con varios de los candidatos, conociéndolos, entendiendo su visión para la ciudad, cómo ven su aspiración y qué posibilidades reales tienen.

Hemos liderado una mesa de unidad nacional desde la centroderecha en todo el país, con los partidos que se han declarado en oposición al Gobierno, buscando concretar candidatos que puedan ser alternativas fuertes de unidad, no solo frente a la izquierda, sino a la política tradicional en las grandes capitales y en algunos departamentos.

¿Y para la Gobernación del Valle?

Creo que hay espacio para una tercería, pero es muy pronto para pensar en eso. Aquí en el Valle hay una hegemonía política. Yo he venido diciendo: los departamentos no son propiedad de nadie, ni este ni ninguno; tampoco las ciudades, ni se puede seguir haciendo esos pactos y esas componendas de ‘tú coge la capital y yo esto’. A mí la política con posesivos no me gusta y por eso no pierdo la fe de que exista una tercería que sea importante y atractiva para la población del departamento.

¿Con qué partidos se haría esa alianza de la que usted habla?

En principio, con los partidos de oposición, que es con quienes hemos hablado, es lo lógico y lo coherente, porque la búsqueda del poder no puede implicar transacciones en términos ni éticos ni estructurales de política pública. El Pacto Histórico fue elegido democráticamente, plantea una serie de posturas y reformas para el país y hay quienes están por conveniencia en esa coalición de Gobierno y hay quienes nos oponemos por convicción, entonces en principio nuestras alianzas son con quienes comparten la convicción.

Cambiando de tema, ¿cómo ve el hecho de que varios líderes del conservatismo, su partido ‘hermano’, no estén de acuerdo con pertenecer a la coalición de Gobierno?

Es una situación muy dolorosa para la base conservadora y su liderazgo histórico. La junta de parlamentarios y el directorio no solo van en contra de la doctrina del partido, sino también de la conveniencia del mismo en el largo plazo. Por eso tenemos muchos contactos en este y otros departamentos con esa base, que sufre dos cosas: de incoherencia y de bloqueo, porque esa misma camarilla parlamentaria tiene bloqueados a los liderazgos del partido en todo el país. Por eso mantenemos un diálogo y esperamos reclutar buenos líderes conservadores que quieren seguir haciendo política en sus municipios y que no lo logran hacer.

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Es conocida la inconformidad con respecto a la gestión del alcalde Jorge Iván Ospina, ¿qué le dice a los caleños de cara a las elecciones de octubre próximo?

Elegir mal se paga caro en inseguridad, en retraso en infraestructura, en mala calidad en el transporte masivo, que es un elemento crucial de la producción y la calidad de vida, y se paga caro en corrupción, porque así las entidades de control territoriales departamentales y municipales hayan dejado inmune a Ospina, las evidencias de corrupción en su administración son muy extensas.

Entonces, la ciudadanía tiene que pensar mejor, no dejarse seducir por mensajes populistas y evaluar a los candidatos, y nuestro reto, como organizaciones políticas, es presentar no solo candidatos que permitan identificar a la ciudadanía, sino que traigan un plan de gobierno y una transparencia en su hoja de vida que les dé garantías a los electores.

¿Cómo ha visto al Gobierno Petro en estos primeros meses?

En lo económico los resultados no mienten y el efecto en la devaluación, la reducción en los estimativos de crecimiento de 2023 y la falta de acción ejecutiva en el control de la inflación son lamentables.

Por otro lado, tengo preocupaciones sobre la autosuficiencia energética. Creo que esta doctrina de transición energética a las patadas nos puede llevar rápidamente no solo al apagón, sino a perder la suficiencia energética, que nos afecta de dos maneras: en la oferta de energéticos y en la balanza cambiaria, y eso puede quebrar a Colombia.

También me preocupa mucho la persecución loca que apunta a destruir el sistema de salud. Creo que se está induciendo una crisis sistémica, los índices de demora en consultas están altísimos porque la gente está angustiada de perder su cobertura, su EPS, están anticipando consultas y saturando el sistema y mientras tanto el Ministerio retrasa los pagos de los ajustes de precios especiales y el Superintendente habla todos los días intimidando desde la óptica de vigilancia y control, en vez de ser imparcial, de ser un funcionario que ejerza la función legal, está amenazando a toda hora a las EPS. ¿Qué hace eso?: Ahuyenta al capital, no hay inversiones y genera pánico económico.