La intervención del Hospital San Francisco de Asís en Quibdó, por segunda vez en cinco años, no es una sorpresa para nadie.

Desde hace 20 años se conocen los malos manejos que le afectan, del déficit financiero creciente y de su incapacidad para cumplir con la atención que debe prestar un centro hospitalario de nivel 2, el único en el Chocó.

Tan viejo y conocido como la crisis del San Francisco, es su origen, que tiene nombre propio: la EPS Barrios Unidos.

Esa Empresa Prestadora de Salud, que tiene el mayor número de afiliados en el Chocó, le adeuda desde hace años miles de millones al Hospital.

Y pese a las irregularidades e incumplimientos que se le han comprobado, ha sido imposible que se le revoque su operación en ese departamento, como sí se hizo el año anterior en el Valle del Cauca, Magdalena y Córdoba.

La EPS, cuyo gerente durante 14 años fue el recientemente destituido gobernador del Chocó Ariel Palacios Calderón, ha sido una de las causas de las quiebras del Hospital San Francisco y sigue tan campante.

La clave para que sea intocable estaría en sus nexos con la política y en la laxitud de la Justicia en esa región que ha suspendido en más de una ocasión la orden de cierre emitida por la Superintendencia de Salud.

El resultado es el único hospital del Chocó quebrado e intervenido por segunda vez a causa de las deudas impagadas de la empresa Barrios Unidos, y una comunidad que no tiene cómo recibir la atención en salud a la que tiene derecho.