A pocas semanas de que se cumplan 16 años del asesinato de Álvaro Gómez aún no se sabe quién ordenó el crimen ni hay un sólo detenido por el caso.Y tiene que ser un partido político, el Conservador, el que pida que se declare como delito de lesa humanidad para evitar que se venzan los términos y el caso termine en la impunidad. Lo que se sabe es que la Fiscalía ha dado bandazos y ha actuado de manera extraña frente al crimen de quien con más decisión denunció y enfrentó el régimen que llevó a que Colombia fuera calificada como una narcodemocracia.Por años se han desechado testimonios valiosos, se han embolatado expedientes, se han desestimado pruebas y no ha pasado nada.Es increíble que en lugar de las acciones de jueces y fiscales, se necesite la petición de un partido político para que se encuentre la verdad de este magnicidio.