Ernesto McCausland, Editor General de El Heraldo de Barranquila, fue uno de los grandes exponentes de la vida en el Caribe. De esa parte del territorio colombiano especialista en crear y recrear historias, en convertirlas en fábulas que desconciertan porque nadie sabe cuando desbordan la realidad y se hunden en la ficción, o porque son capaces de arrancar la sonrisa en medio del peor de los dramas. En esa cultura, Ernesto será recordado como su cronista, para quien no había diferencia entre la pluma de escritor, el micrófono de reportero radial o la cámara de realizador de televisión, cuando de contar historias se trataba. El gran Ernesto McCausland, ganador de todos los premios posibles y merecedor del afecto eterno de sus colegas, de quienes lo conocieron, lo vieron, lo escucharon y lo leyeron, murió ayer, dejando un inmenso vacío en el alma del periodismo colombiano.