Al Unión Magdalena solo le servía ganar frente a Llaneros si quería ascender de la Liga Betplay del fútbol colombiano.

Y cuando parecía imposible porque se habían cumplido los 90 minutos del tiempo reglamentario y el equipo perdía 1 a 0, se produjeron dos milagros: un gol a los 95 minutos y otro a los 96.

Ese golpe de suerte habría quedado en una anécdota, si lo que se vio en el campo de juego no hubiera despertado tantas sospechas.

Los jugadores de Llaneros se quedaron quietos, no defendieron su arco ni hicieron el mínimo esfuerzo para evitar los goles.

No tardaron los comentarios sobre un probable arreglo para facilitarle el ascenso al Unión Magdalena, a los que se sumaron futbolistas, periodistas, medios nacionales e internacionales y el Presidente Iván Duque quien calificó como “vergüenza nacional” lo ocurrido.

El asunto ya va por la Fiscalía, que investigará si hubo fraude, mientras la Dimayor anunció la recopilación de testimonios y pruebas para esclarecer lo sucedido en la cancha, aunque no detendrá el ascenso del equipo samario a la A.

Entre tanto los colombianos esperan saber la verdad, si la suerte jugó a favor del Unión o si resultan ciertas las sospechas sobre fraude y corrupción para que ganara el partido, y quienes estarían detrás de los hechos.

Son escándalos como este los que más daño le hacen a un deporte que solo debería entretener y despertar pasión entre sus aficionados.