Como si fuera tierra de nadie, así está el municipio de Pradera, asolado por los delincuentes, el microtráfico, las extorsiones, los asesinatos y las incursiones de la guerrilla.Razón tienen sus ciudadanos en exigir acciones de las autoridades y un cambio en la estrategia de seguridad, porque la actual no funciona.Este año van 59 personas asesinadas, el mismo número de muertes violentas que hubo en los 12 meses del 2010.Y mientras en algunas zonas los delincuentes obligan al toque de queda en la noche, en otras es la misma gente la que prefiere no volver a salir de sus casas cuando cae el sol.Está bien que las autoridades les pidan a los ciudadanos que denuncien, para poder judicializar a los responsables y para que entre todos puedan vencer a quienes tienen en zozobra a Pradera, pero sobre todo hay que actuar para garantizarle la tranquilidad y la seguridad a ese municipio del Valle.