Los precios de los combustibles siguen subiendo y parece que el Gobierno no se da cuenta de con ello incentiva el contrabando, fenómeno que dejó pérdidas por $100 mil millones en el 2011.La política errática de fijar valores según el precio internacional del petróleo, más los impuestos y las sobretasas que llegan al 40%, fomenta también que la gente, como es el caso de Cali, opte por consumir combustible de municipios vecinos por ahorrarse unos pesos, afectando los ingresos de la ciudad.Al Gobierno no se le puede olvidar que el país es productor de combustible y no es justo con los colombianos abusar del monopolio que administra, explota y grava sin consideración con los consumidores que deben pagar la exagerada carga de impuestos.Ojalá quienes tienen la atribución de fijar el precio, no desafíen la paciencia de los colombianos y arriesguen a sacrificar la ‘gallina de los huevos de oro’ que significa el monopolio de los combustibles.