Desde hace dos meses los habitantes de los Llanos Orientales sufren las consecuencias de las intensas lluvias.

Poblaciones de los departamentos de Guaviare, Arauca, Casanare, Vichada, Guainía y Meta han sufrido por las inundaciones y los deslizamientos.

Son 11.000 familias damnificadas, muchas han tenido que dormir bajo el agua durante semanas porque no tienen otro sitio para pasar las noches.

Estas familias viven una tragedia que les ha hecho perder sus cultivos y bienes, como resultado, hoy afrontan problemas económicos, ambientales y de salud.

Pero tan solo ahora, que el invierno hizo colapsar la vía Bogotá-Villavicencio, se empezó a mirar lo que pasa en esta zona del país.

Ya se habla de alza en el costo de los alimentos y de abusos en el precio de los pasajes para llegar por vía terrestre a la capital del Meta, sin mencionar el valor de los tiquetes aéreos.

No obstante, se dice poco del drama que viven los habitantes de las zonas más aisladas de esa región.

Si bien el Gobierno ha llevado ayudas a algunas poblaciones, especialmente del Vichada, y se anunció un plan de acción sectorial, la población de los Llanos requiere la solidaridad de los colombianos.

Hoy se encuentran incomunicados, sus viviendas bajo el agua y con la esperanza de que el país no les dé la espalda.