Entre demandas, contrademandas, errores en los reclamos ante los tribunales y peticiones extras de los jueces que llevan los procesos, la solución a la huelga de pilotos de Avianca se dilata.

Se cumplen 32 días de un paro declarado por la Justicia como ilegal y le ha traído consecuencias graves a la empresa y, en especial, a los miles de pasajeros que han perdido su tiempo en medio de unas diferencias que debieron resolverse mediante el diálogo.

Las repercusiones se extienden a otros sectores de la economía como el turismo, con la industria hotelera como una de las más afectadas, mientras los viajeros han sido los principales perjudicados del traumatismo que ha provocado el cese de actividades de los pilotos.

Y así Avianca anuncie que ha logrado despachar al 100% de la demanda, es claro que el fin del paro no puede estar sujeto a los procesos judiciales que se adelantan y pueden extenderse por meses.

En esas condiciones, y si el diálogo tampoco sirve, el Estado está obligado a tomar las medidas que le devuelvan la normalidad a la movilización aérea.

Ésta es la huelga de pilotos más larga de la que se tenga referencia en el mundo y le deja a Colombia una lección sobre lo que sucede cuando un servicio público esencial como el del transporte aéreo termina afectado por la lucha de los intereses de quienes deben prestarlo.