Édgar Alejandro Lugo Pereira entró a Colombia como cualquier turista y permaneció aquí diez días.

Nada raro si no fuera porque el señor es el director general del Viceministerio para América Latina y el Caribe, dependencia de la Cancillería de Venezuela, y militar activo de alto rango en las fuerzas armadas de ese país.

De la presencia de Lugo se conoció el sábado pasado, cuando pretendió salir por el aeropuerto Eldorado con 20 pasaportes en su maleta, 14.000 dólares, 74 millones de pesos y 500 euros en efectivo.

El porqué de su presencia en territorio nacional, cuáles ciudades visitó y a qué se dedicó en esos días son preguntas que necesitan respuestas.
Más aún cuando el gobierno de Nicolás Maduro rompió relaciones diplomáticas con Colombia hace 30 días y la presencia del funcionario nunca fue informada.

Es bien conocido el interés del régimen venezolano por generar conflicto con nuestra nación, así como las acusaciones que se le hacen de espionaje y financiamiento de movimientos políticos en varios países de Suramérica.

Por ello es necesario que haya claridad sobre la presencia encubierta del coronel Lugo Pereira.

Colombia ha sido abierta y generosa para recibir a los venezolanos que salen de su país huyendo de las carencias o de la persecución impuestas por el régimen.

Pero no es aceptable que personas como el militar Lugo entren a territorio colombiano y permanezcan en él haciendo lo que quieran.