No tiene sentido insistir en la idea de construir un puerto marítimo en Tribugá cuando las voces conocedoras dicen que no es posible realizarlo sin hacer un daño ambiental gravísimo y de consecuencias incalculables.

Ahora es la Corporación Autónoma Regional para el Desarrollo Sostenible del Chocó la que ratifica que esa obra de infraestructura causaría afectaciones a una zona de conservación ecológica única en el mundo y a las poblaciones que habitan en ella, por lo cual no se le puede dar el aval.

Así ha quedado establecido en la revisión del Plan Ambiental del Distrito Regional de Manejo Integrado del Golfo de Tribugá y Cabo Corrientes, que acaba de concluir y al que apenas le falta la consulta previa con la comunidad para ser adoptado mediante acuerdo departamental.

Las conclusiones son claras: Tribugá se encuentra en uno de los 24 ‘hotspots’ -o puntos calientes- de biodiversidad del mundo, llamados así porque en ellos se concentran las mayores riquezas en especies, sobre todo endémicas, y además se encuentran bajo amenaza.

Por ello hay la obligación de protegerlas para preservar los ecosistemas, los servicios que prestan para la fauna propia o para el tránsito de especies marinas, así como para el sustento de las comunidades de la región.

Es el futuro de esa riqueza sin igual, que se ha podido conservar hasta ahora y aprovecharse de manera sostenible, lo que se pondría en riesgo con la construcción de un puerto en Tribugá y con la infraestructura vial que atravesaría la selva del Chocó.