Las obras de la Terminal Sur del MÍO llevan suspendidas desde junio del año pasado a la espera de un estudio de impacto ambiental y aún no se sabe qué va a pasar.

Mientras tanto la Contraloría Municipal dice que al contratista se le entregaron anticipos que no ha justificado y por tanto comenzará una investigación.

En medio están los usuarios que reclaman soluciones y piden que se reanude el proyecto, necesario para agilizar la movilización en el sur de la ciudad y ayudar así a su descongestión.

La suspensión, ordenada por el Consejo de Estado atendiendo una petición de la comunidad, debía durar tres meses, tiempo que el Tribunal consideró suficiente para que la Universidad del Valle adelantara el estudio pertinente.

Desde entonces han pasado once meses, nada se sabe del documento y una obra que debía hacerse en dos años va para tres, con apenas un avance del 9%.

Lo que quieren los caleños es que se resuelva el problema cuanto antes, que se diga cuál es el impacto ambiental real y, de ser necesario, que se hagan los ajustes al proyecto que la ciudad espera hace diez años.

El limbo en el que se encuentra la construcción de la Terminal del MÍO en Valle del Lili afecta a miles de usuarios que necesitan movilizarse desde ese sector, y un retraso mayor puede significar un costo más alto del proyecto, lo que supondría, ahí sí, un detrimento a las arcas municipales.