No hay razón para que los controladores aéreos hayan decidido iniciar la ‘operación tortuga’ que ha provocado demoras en las salas de embarque de algunos aeropuertos. El Gobierno y la Aerocivil han mostrado toda la voluntad de escucharlos y de tener en cuenta sus peticiones, tanto así que se han acordado reuniones para discutir sobre sus condiciones laborales.Y se han producido avances ya que se han tomado medidas al incrementar el número de controladores aéreos y al presentar un plan de inversiones para atender algunos de los pedidos. Por eso es inconcebible que después de que se les ha atendido, los controladores estén afectando los itinerarios de los vuelos nacionales.Lo más grave es que los pasajeros son quienes se están viendo perjudicados con estas dilaciones. Antes de producir el caos, los controladores deben recordar que son los millones de pasajeros quienes sufrirán las consecuencias.