Al menos el 50% de los llamados policías acostados o resaltos de Cali han sido construidos por los particulares sin previa autorización de las autoridades competentes. Así lo denunció la Secretaría de Tránsito, quien también ve con preocupación que se instalan resaltos de todas las formas, anchos, alturas, en lugares inapropiados y, lo que es peor, sin señalización.Aunque muchos defiendan la necesidad de tenerlos, la incultura vial y los excesos de velocidad no se resuelven con un poco de cemento y pintura amarilla. Si a cada ciudadano se le ocurriera lo mismo terminaríamos viviendo en una ciudad-carrusel. Lo único que se logra de esta manera es obstaculizar aún más la fluidez y la movilidad del tránsito, dañar los automóviles y hasta ocasionar accidentes y choques por evitar el obstáculo. Así como nadie puede hacer justicia por su propia mano, tampoco puede ser posible atribuirse el derecho de obstaculizar las vías.