Preocupa que la cifra de quemados con pólvora en el Valle en los primeros días de diciembre ya vaya en 23.Y aunque comparado al año anterior se han registrado ocho casos menos, todavía no hay la conciencia sobre los peligros que conlleva su uso indebido y no se ha logrado generar el control necesario.La gente conoce las consecuencias que puede ocasionar la manipulación de cualquier clase de fuegos artificiales, especialmente en manos de niños.Pero de poco parecen servir las campañas de prevención o las sanciones, si la comunidad no atiende las advertencias y continúa pensando que la pólvora es inofensiva. Que no haya ni un quemado más en esta Navidad no es solo responsabilidad de las autoridades, sino de las familias, que deben dejar la pólvora en manos de expertos.