El contrato de la URT&T, que tiene la concesión del recaudo de los pasajes del MÍO ha sido cuestionado desde su misma adjudicación.Y ha generado inconformismo por decisiones como la de permitírsele usufructuar el espacio público en las estaciones y su intento de instalar puestos de comida en las estaciones, lo que fue rechazado incluso por los organismos de seguridad.También se pregunta sobre los beneficios que, por ejemplo, tiene para el municipio o para el sistema de transporte la explotación publicitaria que también se le concedió a la URT&T.Ahora son las declaraciones de la presidenta de Metrocali sobre la imposibilidad de verificar el número de pasajeros que abordan el MÍO las que causan incertidumbre.Todos son motivos suficientes para que el contrato se revise y se determine si es bueno o no para Cali y su Sistema de Transporte Masivo.